Moonraker
Sinopsis de la película
El agente secreto James Bond recibe la orden de localizar la nave espacial Moonraker, que ha desaparecido misteriosamente. Sus primeras pesquisas lo llevan a seguir al millonario Hugo Drax, el constructor de la nave. Tras ser capturado por Drax, Bond descubre que el villano posee una base de lanzamiento de cohetes espaciales con los que se propone esparcir un gas tóxico que acabe con la vida terrestre, pero ésta no es más que la primera fase de un perverso plan que Bond intentará frustrar con la ayuda de la Doctora Goodhead.
Detalles de la película
- Titulo Original: Moonraker
- Año: 1979
- Duración: 126
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Opinión de la crítica
5.6
50 valoraciones en total
Con este film estamos en el reino de las más altas traiciones. No sólo frente al referente literario (para mí una de las mejores novelas de la saga Bond, de la cual la película toma prestados escasos elementos) y, en general, el imaginario de Ian Fleming para con su agente secreto, sino también frente a las características más específicas y reconocibles de Bond como personaje puramente cinematográfico (que podemos identificar con el encarnado por Sean Connery en los primeros títulos, y que también tiene una entidad propia respecto al de los libros: en este sentido, quizás la traslación más fiel de la página a la pantalla se dé en Casino Royale ). Para más inri, James Bond convertido en el agente de las galaxias por el influjo en esos años de Star Wars , supuso y supone para muchos seguidores el no va más de lo inaceptable.
Y, sin embargo —seguramente porqué no soy especialmente aficionado al Bond cinematográfico—, Moonraker es uno de los episodios que a día de hoy paladeo con mayor gusto. Interviene en este caso un factor autobiográfico, ya que las películas de 007 interpretadas por Roger Moore forman parte del paisaje sentimental de mi infancia. Con el paso de los años, no obstante, me desentendí de los films protagonizados por Timothy Dalton o Pierce Brosnan, al tiempo que me aficioné al Bond novelesco y descubrí, con agrado pero sin excesivo entusiasmo, el de Sean Connery, el único de Lanzeby (que aprovecho para reivindicar como uno de los más estimulantes, al igual que la novela), hasta llegar a Daniel Craig, donde el interés resurgió, al menos en la primera película.
El caso es que después de muchos años sin ver los films de Moore, y cuando en los recuerdos se confunden qué secuencias corresponden a cada entrega, posteriores revisiones me revelaron que la mayoría de los momentos que se habían instalado para siempre en mi memoria visual (Bond volando sin paracaídas, Bond preso en una extraña máquina centrifugadora, Bond destrozando vitrinas de cristal en una lucha, Bond en otra lucha sobre el techo de un teleférico con el gigantón, Bond conduciendo una góndola sobre la Plaza de San Marcos…) pertenecían precisamente a Moonraker .
Y el caso es también que, en la actualidad, es de todas ellas la que me sigue resultando más entretenida. Y es más que probable, como decía, que ese efecto tenga que ver, curiosamente, con esas mismas traiciones antes enunciadas respecto al espíritu del personaje: el desenfado generalizado (no hay alta tensión : en cada situación dónde su vida corre peligro, Bond pronuncia una réplica humorística), la autoparodia evidente, la irrisoria exageración del donjuanismo, la absoluta sobreabundancia de inverosimilitud, etc., me proporcionan el inevitable y entrañable placer asociado al cine que tan sólo pretende ofrecer un rato de la más pura evasión.
Decimoprimer título de la serie oficial de James Bond y cuarto protagonizado por Roger Moore, realizado por Lewis Gilvert. Se basa libremente en la novela Moonraker (1955), de Ian Fleming. Se rodó en escenarios naturales de Alaska, Guatemala, Londres, Venecia, Florida, Río de Janeiro y Francia, con un presupuesto estimado de 34 M dólares. Producido por Albert R. Broccoli, se estrenó el 26-VI-1979 (Londres, RU).
La acción tiene lugar en Alaska, Londres, California, Venecia, Río de Janeiro, la selva del amazonas y en el espacio, en 1978, a lo largo de unas pocas semanas. M (Bernard Lee), jefe del M16, encarga a Bond que investigue la desparición de la nave espacial Moonraker cuando era transportada de California al RU en un Boeing 747. Las investigaciones le llevan a seguir la pista de Hugo Drax (Michael Lonsdale), millonario excéntrico y megalomaníaco, que planea extinguir la Humanidad para sustituirla por una nueva generación nacida de las parejas que ha seleccionado.
La película es una obra de acción, aventuras, Sci-Fi y un thriller. La progresión drmática se apoya en los duelos y luchas, cada vez más violentos, que Bond ha de afrontar y en el descubrimiento gradual de un plan diabólico de dimensiones impensables. La acción contiene escenas destacables como el duelo de Bond con Tiburón (Richard Kiel) para robarle el paracaídas mientras caen desde un avión, la pelea con Chang (Tashiro Suga) en el museo de cristal de Venecia, la lucha feroz con una serpiente pitón en una charca de la selva amazónica, el duelo con Tiburón en lo alto de la cabina de un teleférico y otras. No faltan las persecuciones y huidas, en esta ocasión en lancha por los canales de Venecia y lagunas de un afluente del Amazonas. Las aventuras le llevan a recorrer el mundo: Venecia, calles carnavalescas de Río, selva del Amazonas y la estación espacial del siniestro Drax. Los amigos que le apoyan, bien mueren (Corinne Dufour), bien no le creen (M en Venecia) o le abandonan (Dra. Holly Goddhead). Los gadgets incluyen un reloj de pulsera lanzadardos explosivos o venenosos. Se hace exhibición del jet de fabricación francesa Concorde . El film aprovecha el éxito de Star Wars para construir una aventura espacial fantasiosa, aderezada con humor sencillo y en ocasiones autoparódico, de gran éxito en su momento.
La música se beneficia del regreso de John Barry, que compone un score espectacular y de calidad, con temas tan gratos, de aires brasileños, como Bond Arrives To Rio y Boat Chase , o la canción Moonraker , interpretada por Shirley Bassey en la apertura (vensión lenta) y cierre (versión más rápida). La música añadida incorpora fragmentos de Los siete magníficos , 1960 (Elmer Bernstein), Romeo y Julieta (P. Tchaikovsky), Chopin y del tema James Bond (Monty Borman). La fotografía, de Jean Tournier ( Chacal , 1973), colorista y luminosa, realza la comicidad visual. La película se orienta a un público objetivo que busca el entretenimiento y la evasión.
Analizando en esta película en comparación con todas las de la saga de James Bond, por supuesto que queda en un ranking muy bajo. Su bajo contenido es evidente. De la novela original de Fleming: Moonraker se tomó sólo el nombre del villano: Hugo Drax, ya que en esta novela este megalómano hombre pretendía destruir Londres con un cohete. En la película se va más allá a los tiempos actuales (fines de los 70´s) y se lleva a nuestro héroe al espacio. Siento que el guión no es malo, es hasta entretenido, pero la mezcolanza de tanta parodia para hacernos reír, hizo que nos diéramos cuenta de que no queríamos un Bond bufón. Pero, esto, era lo que honestamente Roger Moore nos quería ofrecer, por que él mismo consideraba que el público no le creería el rol de asesino despiadado y se inclino por la comedia. El supo que no poseía el físico de Sean Connery, alguien mucho más rudo. Ahora volvemos al Bond más tosco con Daniel Craig, con cuerpo de Marin, de comando, un Bond más oscuro, no tan sibarita, pero esa es otra historia. En Moonraker no todo es malo obviamente, tenemos el bello escenario de Brasil, con su carnaval. Venecia siempre bella y la muy recordada secuencia de los paracaídas.
En cuanto a la chica: Lois Chiles, es guapa, de bellos ojos, pero se quedó lejos de darnos el prototipo de la mujer feminista en las películas del 007.
Sería interesante ver una nueva adaptación de Moonraker al estilo de la reciente Casino Royale y por qué no… con un Daniel Craig más apegado a lo que Fleming nos dió como personaje literario.
Realmente cuando la vi, no sé si estaba viendo un anuncio de marcas demasiado largo (Seiko, 7Up, Lamborghini, etc.), si estaba viendo a Indiana Jones, o se trataba de La Muerte Tenía un Precio , o incluso la Guerra de las Galaxias . Pero me resultó cuanto menos simpática la mezcolanza de tantos géneros en el género de intriga y acción que es en el que se desenvuelven las historias de este agente secreto.
Es por ello que me entretuve en ver cuantas parodias podía sacar de esta película, en la que también encontramos auto-parodias, como la de La Espía que me Amó o la de Vive y deja Morir , por ello estuve pegado a la pantalla buscando estas y otras parodias que se ven reflejadas en la cinta.
Interesante es porque la verdad es que un Bond espacial era lo que le faltaba al personaje para haberlo probado todo, ya que recordemos ha luchado sobre y bajo el mar, en tierra, en centrales, en fábricas, etc., alrededor del mundo, pero le faltaba irse a la estratosfera para completar el círculo de misiones increíbles.
Por lo demás, creo que empieza a acusar la pérdida de cierto interés en el personaje, por lo que por encima de una dirección cuidada lo que se va buscando ahora es el mero entretenimiento del espectador, con el gancho de tratarse de 007.
Además, vemos a algún que otro malo repetido, que esta vez se transformará en aliado, dándole un toque a la película de simpatía que rara vez podemos encontrar en un malo que a pesar de su altura se viene a menos, por golpe de guión, desmontado por el amor. Este sentimiento que es capaz de cambiarlo todo.
Se deja ver, entretiene pero no es de las mejores. Moore tras haber logrado en su anterior entrega un status alto del personaje, aquí se vuelve a desinflar, dándonos un Bond normalito, sin más pretensiones.
El aventurero más grande de la literatura y el séptimo arte regresa en una colosal y extravagante décimo primera misión. Moonraker fue dirigida por Lewis Gilbert, veterano artesano de dos filmes previos de la serie, y escrita en solitario por Christopher Wood, quien por encargo del productor Albert Broccoli, se alejó casi totalmente de la novela, denotando la influencia de las súper producciones de ciencia ficción de finales de la década. Lo único que el film conserva de la historia de Fleming, y eso sin ser muy fiel al original, es el personaje de Hugo Drax.
La historia del falso magnate filántropo que osa construir un cohete destinado a destruir Londres se cambió por un ambicioso plan de aniquilación de la raza humana y la posterior creación de una raza maestra, una especie de Adolph Hitler tan poderoso incluso para construir una estación espacial con el fin de concretar sus propósitos a una distancia prudente. Hay personas que incluso se han atrevido a dar prueba de que esta película no es mas que una re visitación de, curiosamente, una parodia de la serie, producida en italiana en el año 1966 por Dino De Laurentis, titulada Se tutte le donne del mondo.
Roger Moore regresa por cuarta vez como el singular, duro y seductor espía, y esta vez es acompañado por bellezas como Lois Chiles y Corinne Clery, un pomposo Michael Lonsdale, y por los habituales Bernard Lee (M), Lois Maxwell (Moneypenny) y Desmond Llewelyn (Q).
Aquí se dieron cita también algunos de los mejores artistas y técnicos de Gran bretaña (esta vez en co-producción con Francia), como es el caso del músico John Barry, componiendo una de sus mejores y propiamente etéreas partituras, encargando por tercera vez en la canción principal a la que fue y siempre será la voz en los temas principales de la saga, la incomparable Shirley Bassey. Otros miembros indispensables de la producción fueron el fotógrafo Jean Tournier, el editor y director de segunda unidad John Glen, el supervisor de efectos visuales Derek Meddings, y el diseñador de producción Ken Adam, en el que tristemente seria su ultimo trabajo en la serie.
Aunque muchas personas, incluso fanáticos de Bond, acusan a Moonraker de ser una burda, superficial y bufonesca entrada en la longeva serie, no se puede negar que se esta ante una de las cintas mas entretenidas, todo por el inmenso placer de ver al 007 en su carrera de mas grande escala, sorteando como siempre infinidad de peligros, frustrando los planes de millonarios inadaptados, y cerrando su día seduciendo a alguna hermosa damisela, esta vez a la luz de las estrellas y el espacio sideral. Nostálgica.
Pierluigi Puccini
James Bond Fan