Montana
Sinopsis de la película
Morgan Lane es un ovejero australiano que llega a los territorios ganaderos de Montana buscando nuevos pastos para sus ovejas. Allí tropezará con la oposición de la rica ganadera Maria Singleton y la de otros muchos rancheros.
Detalles de la película
- Titulo Original: Montana
- Año: 1950
- Duración: 76
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Opinión de la crítica
Película
5.9
53 valoraciones en total
Western realizado por Ray Enright y Raoul Walsh (no acreditado). El guión, de James R. Webb, Borden Chase y Charles O’Neal, desarrolla un argumento original de Ernest Haycox. Se rueda en escenarios naturales y en los platós de Warner Studios, con un presupuesto de serie B. Producido por William Jacobs para la Warner, se estrena el 28-I-1950 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar, en 1879, en el núcleo urbano de Fort Humbolt y alrededores, en el llamado Territorio de Montana, o de las grandes llanuras, que no alcanza la condición de estado de la Unión hasta 1889. Morgan Lane (Flynn), antiguo marino australiano, llega a Montana al frente de un nutrido rebaño de ovejas en busca de buenos pastos y con el deseo de rendir homenaje a su padre, antiguo ovejero, que en el pasado fue expulsado del territorio por los caciques del lugar. A causa de estos hechos el padre emigró a Australia con el hijo de corta edad. Dos grandes terratenientes, María Singleton (Smith) y Rod Ackroyd (Kennedy), que están comprometidos y piensan casarse en breve, se oponen a los planes de Morgan, porque consideran que las ovejas y las vacas no pueden compartir los mismos pastos libres. Seis años atrás (1873) las familias Singleton y Ackroyd sostuvieron una guerra de exterminio contra inmigrantes ovejeros, con bajas por ambos bandos, como las del padre y hermano de María Singleton y las del padre y hermano de Rod Ackroyd, en el sangriento enfrentamiento del 6-VI-1873. Morgan es tranquilo, dialogante y razonable, y sabe defenderse con los puños y la pistola. María es dura, apasionada, intransigente y de genio fuerte.
El film suma acción, aventuras, romance y western. Es una obra modesta, pero vigorosa y entretenida. Pese a contar con un presupuesto de serie B, se apoya en un guión muy correcto, escrito por dos grandes especialistas del género, James R. Webb (El gran combate, Ford, 1964), y Borden Chase (Río rojo, Hawks, 1948). Los diálogos son breves, rotundos, lacónicos y emotivos. La cinta se presenta punteada de un humor blanco, alegre e incisivo, basado en el absurdo y la exageración. La dirección cuenta con la colaboración de Raoul Walsh, patente en las escenas de acción y en los movimientos de ganado en campo abierto.
El protagonismo corresponde a un Flynn de 41 años, en declive tras su reinado indiscutible en el género de aventuras durante los años 30 y 40. Había trabajado en varias ocasiones a las órdenes de Walsh, con resultados satisfactorios para ambos. Por lo demás, ésta es la cuarta y última colaboración de Flynn y Alexis Smith. Es uno de los últimos films de Flynn en Hollywood.
Western del subgénero ovejero en el que se aplica a rajatabla la máxima de que Ningún novillo puede vivir donde ha pastado una oveja , basada en la falsa creencia que el olor ovino impedía la adecuada alimentación del ganado vacuno. Creencia tramposa e interesada que propagaban los grandes ganaderos, para impedir por la fuerza de las pistolas la competencia de los modestos pastores: La tierra que habían conquistado con las armas la defendían con las armas de indios, cuatreros y ovejeros. Era suya por derecho de conquista .
Y esto es ni más ni menos lo que ocurre en la pequeña localidad de Fort Humbold (Montana), adonde llega Morgan Lane (Flynn) con su rebaño de ovejas y sus pastores hispanos que, por cierto, entonan con garbo la canción de Cielito lindo . Pero allí va a encontrarse con los grandes criadores de ganado vacuno dispuestos a aplicar sin contemplaciones La ley de los ganaderos, nada de ovejas . En Montana cardan bien la lana. Al frente de todos ellos una temperamental y enamoradiza María Singleton (Smith), a la que deben administrar de vez en cuando un vaso de leche caliente para calmarle los nervios.
Argumento sin sorpresas pero bien desarrollado, tanto en el guion como en la realización. Buena ambientación tanto de exteriores con espectaculares movimientos de los rebaños de ovejas y de vacas, como de interiores con la interesante escena de saloon de la actuación de un cuarteto musical.
Correctas interpretaciones a la altura del elenco donde sobresale ese gran secundario que es Sakall, aquí en el papel de Papa Otto Schultz, mitad médico ambulante y mitad buhonero, que pregona por los pueblos que pasa su grasa de médula de tigre, una especie de curalotodo que recomienda para pies corvos o planos, verrugas, callos, juanetes, incluso limpia y fortalece las muelas picadas. Otro Dr. Schultz en el Oeste llegado desde tierras germanas, lo mismo que veremos luego con el Django de Tarantino. Sin dejar el tema sanitario, destacar que no eran caros los baños que había junto a la barbería, apenas 25 centavos por inmersión.
Y hablando de recordatorios, el tema desarrollado en Montana se trata también de forma bastante similar aunque en un tono más de comedia en Furia en el valle (George Marshall, 1958), aquí con Glen Ford en el papel de Flynn. Ambas películas presentan algunos elementos comunes.
A pesar de la escasa originalidad argumental de la cinta o del superficial tratamiento de la personalidad de los protagonistas, la obra es interesante y mantiene en todo momento la atención del espectador. No es una obra espectacular, pero es distraída.
Ya el cine había oído hablar del escritor estadounidense, Ernest Haycox (1899-1950), pues, fue él el responsable de la historia que inspirara, Stagecoach (John Ford, 1939), otra novela suya fue también la base para, Union Pacific, película que dirigiera, Cecil B. DeMille, ese mismo año… y una decena de filmes más se harían basados en sus historias, entre ellos, <>, título que, con bastante acierto, dirigiera el veterano Ray Enright, y cuyo guion sería firmado nada menos que por, James R. Webb, Borden Chase y Charles O’Neal, los cuales incorporaron y modificaron algunas situaciones e incluyeron una serie de diálogos francamente atinados.
>, goza de una lograda fotografía en technicolor, puesta en manos del celebrado, Karl Freund (Metropolis, The Good Earth, Tortilla Flat…) y, con excepción de los evidentes backprojections, obligados por una cierta austeridad presupuestal, el registro es de primera línea y el filme nos deja complacidos visualmente. La edición mantiene una buena dinámica, y aunque creemos que el atractivo personaje, Papa Schultz (S.Z. Sakall), no se merecía terminar de tal manera, los demás protagonistas están muy bien trazados y uno logra sentirlos con sus particulares caracteres.
Por fortuna, y por enésima vez -como si casi todo el mundo presintiera lo que, años después, representaría para La Casa Blanca-, Ronald Reagan fue descartado para ser el protagonista, y el rol del ovejero, luchador y galán, Morgan Lane, terminó en manos de, Errol Flynn, quien forjaría un héroe bastante atractivo y sugerente.
Se trata aquí de la rivalidad que, por muchos años, sostuvieron los ganaderos – todopoderosos- contra los ovejeros -gente modesta-, con argumentos ‘inflotables’ que solo servían de excusa para mantenerlos arrinconados. Esto daría origen a odios exacerbados, crímenes despreciables y rencillas generacionales bastante comunes en la ya larga y penosa historia social del coloso de Norteamérica.
Morgan Lane, huérfano de padre-ovejero asesinado en uno de esos viejos enfrentamientos, se ha propuesto romper con las rancias e injustificadas discriminaciones, y su aspiración es lograrlo con base en el diálogo y en acuerdos racionales… pero va a chocar con la intransigencia y la prepotencia de los ganaderos, y en el proceso conocerá a, Maria Singleton (la felina, Alexis Smith), una fuerte rival que, por su temple y su bello rostro, entre otras cosas, conseguirá atraerlo irremediablemente.
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En forma resuelta, el filme recrea la lucha de clases… y de nuevo demuestra que, la lucha armada es una resolución forzosa a la que obligan siempre los opresores.
Soy un gran fan de Errol, no hay película donde no te enamore, este hombre se come la cámara y te transmite su energía y humor como pocos que yo haya visto. Sin embargo, este western es de las más flojos que hizo. La historia se queda corta, la acción se reparte con cuentagotas y los secundarios no aportan gran cosa. Nada que ver esta visita de nuestro héroe a Montana con sus anteriores viajes a Dodge City, Virginia City o incluso a San Antonio, donde peleas de saloon, compañeros socarrones o grandes duelos a pistola estaban presentes.
Sin embargo, cuenta con una bonita fotografía y color, así como la preciosa canción Reckon Im in love interpretada por los propios Flynn y Alexis Smith. Sólo por oírla, merece la pena verla.
Western de serie B emprendido por Raoul Walsh y concluido por Ray Enright. Su argumento adapta una historia de Ernest Haycox, acerca de un antiguo marino australiano convertido en ovejero que llega a Montana en busca de nuevos pastos para su rebaño y se topa con la oposición de una rica ganadera. El narciso Errol Flynn y la pelirroja Alexis Smith compartieron protagonismo por cuarta y última vez.
Entre otras cosas.