Millennium Mambo
Sinopsis de la película
Vicky es una joven con el corazón dividido entre dos hombres, Hao-hao y Jack. Por las noches, trabaja como relaciones públicas en una discoteca para ayudar a ambos. Hao-hao la vigila constantemente: controla las cuentas, las facturas de teléfono, los mensajes de su móvil e incluso su olor, para descubrir lo que ha hecho en su ausencia. Ella ya no le puede soportar y huye, pero Hao-hao la encuentra y le pide que vuelva. Entre tanto, Jack invierte en diferentes negocios, su manía de recibir con los brazos abiertos a todos los que necesitan ayuda, le causa algún problema que otro. Vicky ya se ha refugiado dos veces en su casa. Se establece entre ellos una relación más íntima, que podría conducir a una relación más estrecha o a una sólida amistad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Qianxi manpo (Millennium Mambo)
- Año: 2001
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
6.7
69 valoraciones en total
Hou Hsiao Hsien es un director taiwanés que goza de bastante aceptación entre los aficionados al cine asiático, pero lamentablemente no tiene la distribución merecida en España. Con Millennium Mambo, Hou Hsiao Hsien varía radicalmente de ambiente con respecto a su anterior proyecto, Flowers of Shanghai. En lugar de mirar al pasado, Millennium Mambo retrata la postmodernidad asiática, con los pequeños apartamentos, las discotecas de música electrónica y las drogas de diseño…vamos, el maldito siglo XXI. La historia transcurre entre Taipei y el helado norte de Japón, Hokkaido. De esta manera, Hous Hsiao Hsien retrata un mundo de contrastes, saltando de la excitación y la luminosidad a una clara mañana nevada, igual que se contrastan Hao Hao y Jack, los dos amantes de Vicky, cada uno venido de un mundo distinto, y ella volando entre ambas dimensiones.
A pesar de que el retrato de la sociedad contemporánea está bien llevado acabo, como bien desarrollados están los personajes y el guión, la película no está exenta de defectos. El ritmo de las películas de Hou Hsiao Hsien es muy lento, y aunque esto no suele suponer un problema en películas estéticamente sublimes como ésta, en este caso a veces da la impresión de que algunos momentos se alargan demasiado. No llega a ser desesperante, pero a veces sí un poco aburrido, si bien estos extensos períodos de silencio parecen ser el sello del autor. También da la impresión de que la película tiene menos fondo del que cabría esperar, si bien no se la puede llamar superficial , tampoco va a hacer que nadie se coma la cabeza, o al menos en la primera visualización (siempre hay detalles que se nos escapan).
De todas maneras y a pesar de los defectos, un gran trabajo por parte de los actores, una banda sonora a juego con la cuidadísima estética y una historia que- si bien no muy original- logra emocionar bastante e implicar al espectador, son suficientes razones como para recomendar Millennium Mambo. No es una obra maestra, pero sí suficientemente buena como para que Cahiers du Cinema la considerase una de las mejores diez películas del año 2001.
Últimamente tengo un sueño recurrente.
En mi sueño voy caminando por un túnel.
Es de noche.
Una mujer de espaldas con su largo cabello al son del viento.
Escucho el latido de mi corazón.
Ella me mira.
Soy feliz.
El sueño no acaba…
Esta vez el escenario a cambiado.
Estoy en un club.
La sala oscura se llena de luces de neón.
De repente siento su abrazo.
Ella me mira.
Soy feliz.
Continua…
Voy en un coche.
Ella se eleva como queriendo acariciar el cielo.
El aire mueve su pelo.
La música se adueña de nuestros cuerpos.
La ciudad nos rodea.
La noche nos quiere.
Ella me mira.
Soy feliz.
Arranca desde una ruptura que se va sucediendo a lo largo de la película entre Vicky y Hao-Hao. El argumento es simple. Esta especie de dilatación de la trama nos permite si más no comprender la crisis de una pareja que se juntó muy joven (y siguen siendo jóvenes), los ambientes nocturnos de Taipei, clásicos problemas de drogas, alcohol etc.
Los personajes están muy bien encontrados. Una chica que culpa a un novio (que recordemos no puede dejar) porque no le ha permitido ser lo que se esperaba de ella. Un chico sin ningún tipo de motivación a parte de la música electrónica y cerciorarse de que su chica no le pone los cuernos, con toda una serie de rituales. Un hombre más adulto, altruista, que de tan centrado nos lleva a más de una sorpresa.
El argumento es pobre, salta en su linealidad complicando algo que es bastante simple. Sin embargo se perdona porque visualmente es muy potente. Tanto la fotografía, colores y vestuario, actores suenan muy convincentes y ladean el platillo de la balanza. Tiene momentos muy bien filmados con unos primeros planos difíciles de resistir, con unos planos fijos largos que, aunque argumentalmente no sepamos si eran necesarios o para cubrir metraje, se agradecen de ver.
Trágica, dolorosa, desconsoladora. Millennium Mambo es una de esas películas que te empapa y te sumerge en los retazos de las vidas de una juventud derribada por mundos desoladores de drogadicción y decadencia, y Hou Hsiao Hsien lo retrata perfectamente ajustando su cámara milimétricamente y trazando un retrato sórdido, triste y tan lúcido como sombrío sobre todas esas almas que, un día, sin saber porque, perdieron el hilo del que pendían, el que les sujetaba, y se lanzaron hacía una espiral de temores.
Temores y angustia reflejados perfectamente en cada una de las miradas de Shu Qi, que retrata todas aquellas inquietudes que la envuelven espectacularmente, dando paso a un personaje perdido en una lugar que nunca pareció ser el suyo y que se halla tan desorientado que resulta imposible no comprender esa incertidumbre que la envuelve.
Millennium Mambo , pues, es una angosta mirada hacía ese universo repleto de personajes que vagan sin rumbo ni sentido, en el que no poseen ninguna meta, ni intentan palpar una realidad que emerja de entre todo aquello que les rodea y que les otorgue la oportunidad de ser lo que algún día, cuando aun conservaban un ápice de inocencia y esperanza y no sabían qué se les vendría encima, quisieron llegar a ser.
La voz en off, traza uno de esos testimonios desgarradores que se adhieren al espectador rápidamente y que, acompañada por esos planos casi estáticos, nos mete en la piel de la protagonista que, rebasada por sus propios sentimientos e inquietudes, transportará a nuestro propio interior todas aquellas emociones impresas en su rostro o su actitud y es que, retratar así un mundo decadente no es una tarea complicada, sin embargo, conseguir que uno mismo lo pueda palpar y sentir de ese modo, es digno de admiración, pese a la tristeza en que te ves inmerso durante un recorrido que, pese a ello, nunca desearías terminar.
Por desgracia, termina, pero por suerte, ese mundo no es tan inmenso como para no poder salir de él. Y es que siempre quedará un resquicio para la esperanza. Para volver a sonreír de nuevo, cueste lo que cueste, se interponga quien se interponga.
Es el cambio de milenio y en Taiwán como en el resto del planeta, los adolescentes siguen drogándose, bebiendo, peleándose, amándose, bailando y sintiéndose perdidos en un mundo que no les comprende. Hasta aquí el señor Hou Hsiao Hsien no presenta nada nuevo, la clave de la cuestión es el envoltorio en el que nos lo presenta. Un envoltorio oscuro como la boca de un lobo y aburrido como una partida de ping pong entre un tipo sin brazos y un ciego.
Aburrido porque las conversaciones que mantienen entre ellos son del tipo Superpop y porque las situaciones son tan cotidianas que podrían aparecer en cualquier consultorio sentimental de dicha revista, y seria mas o menos como sigue:
Pregunta- Mi novio es muy celoso, espía mis llamadas y mis facturas y además me olisquea cuando llego a casa.
Respuesta- Tu novio no es que sea de un mundo y tu de otro, tu novio es gilipollas.
Además el director este hace saltos temporales cuando le sale del nabo y presenta situaciones que luego se da el lujo de olvidar y pretende que nosotros las olvidemos también.
Pues no amigo, conmigo no cuela y me acuerdo de que la policía estaba registrando la casa de uno de los personajes por un robo y que en la siguiente escena no hay policías y ni siquiera están en el piso, y que la cuestión no vuelve a relucir por ningún lado.
Ahora comprendo la etiqueta de made in Taiwán que llevan muchos productos de escasa calidad.