Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina
Sinopsis de la película
Lisbeth Salander es buscada por la policía, tras verse envuelta en el asesinato de dos colaboradores de Millennium, a punto de sacar a la luz un escándalo sobre el comercio sexual en Suecia. Sin embargo, Lisbeth es más un ángel vengador que una víctima indefensa, y arremete con justa ira sobre los que la han herido… Segunda parte de la trilogía Millennium, adaptaciones de las exitosas novelas de Stieg Larsson.
Detalles de la película
- Titulo Original: Flickan som lekte med elden (The Girl Who Played with Fire) aka
- Año: 2009
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
Película
5.9
60 valoraciones en total
Tenía unas ganas enormes de ver la adaptación cinematográfica de la parte de la trilogía que más me gustó leer. Y la verdad, me he quedado un pelín frío. Si bien no esperaba nada del otro mundo con la primera parte salí bastante gratamente sorprendido al ver cómo los personajes de Stieg Larsson cobraban vida de la mejor manera posible, y eso es lo que esperaba de esta segunda parte, que como película me parece incluso mejor que la anterior, aunque es gélida, nada extrema y se resuelve un poco por encima. Por eso, y pese a considerarla como ya he dicho, mejor que la anterior, le casco dos puntos menos que a aquella.
Porque la novela es mejor y más fácil de adaptar, no tiene tantos trucos ni enrevesados entresijos.
Porque la introspección de Lisbeth Salander podría haber dado para mucho más.
Porque algunos de los actores, sobre todo Sala- no desvelaré nada- cumple regular.
Porque el tirón de la primera parte parece haber precipitado un poco el rodaje de esta segunda.
Aún así, la adaptación de lo que ya se ha considerado una de las obras literarias más importantes del siglo XXI tiene grandes virtudes, entre las que destaca, irremediable y nuevamente, Noomi Rapace en el papel de Lisbeth, estupenda.
De nuevo, el acercamiento a esa sucursal del infierno como define Vargas LLosa a la Suecia de Larsson revela estupenda y cristalinamente ese fresco de la sociedad moderna sueca de bajos fondos que sirven de emplazamiento a la trilogía.
Recomendable, sin más. Aunque gustará más a los no lectores del amigo Stieg.
Lo mejor: Noomi, como heroína antisocial, vengativa, resuelta y dura como nadie.
Lo peor: Sala.
A esperar La reina en el palacio de las corrientes de aire que cierre el ciclo.
Por cierto, Noomi con peluca rubia es igual que Berta Collado!!!!!. Vale, en más feo y sueco chungo…
Continuación de la saga Millennium que deja bastante que desear.
La primera me pareció una película sorprendente e impactante, entretenida, intensa, intrigante y con unos personajes muy bien construídos (tal vez de ahí mi expectación con Millennium 2 ). Pero no puedo decir lo mismo de su continuación.
Tal vez vista dentro de la trilogía, Millennium 2 sí resulte básica ya que parece más bien un preludio largo para la tercera y última entrega, pero como película individual es un desastre. De entrada, si no han visto la primera entrega o no han leído la novela, no se molesten en verla porque no se enterarán de nada en absoluto, porque Millennium 2 no se molesta en explicar mínimamente al espectador NADA de lo que acontece en el metraje ni porqué.
Todo es un lío largo, aunque el hecho de que esta vez se nos ofrezca una historia de intriga que lo único que hace es ir dando tumbos en vez de hacerse interesante (como sí logró la primera sobre aquel misterioso asesino en serie) tampoco ayuda. Millennium 2 no tiene introducción ni desenlace, y su nudo es un caos absoluto de situaciones desaprovechadas y mal hiladas con poca coherencia. La trama está mal trabajada ya que todo son escenas de pretendida intriga o investigación, pero que resultan o bien previsibles las primeras o bien incompletas las segundas (con esto me refiero a la falta de explicaciones de las cosas en la narración). Por su parte los personajes están penosamente trabajados, muchos parecen caricaturas y Lisbeth Salander que en la anterior era una mujer fuerte y luchadora, aquí acaba casi destrozada (lo de su pasado al que hace referencia el título de la cinta solo ocupa al metraje unos segundos) y parece más bien un superhéroe fantástico totalmente irreal.
Por cierto, la historia trataba sobre… ¿la trata de blancas? ¿seguro?. La verdad es que yo esperaba que la película ahondara en el tema sin ningún tipo de pudor o contención al igual que la primera trató el tema de los maltratadores y violadores… pero obviamente me equivoqué ya que Millennium 2 solo trata de secuencias de acción que resultan incluso cómicas y de escenas de investigación frente al ordenador o correspondencia poco explicativas que llegan a cansar soberanamente.
Aun así no aburre en exceso… porque como están pasado todo el rato acontecimientos inacabados, pues despierta un mínimo interés. Pero no esperen un tratamiento intimista, intenso o profundo al tema de la trata de blancas, ni mucho menos personajes creíbles como la primera (a excepción del personaje interpretado por Michael Nyqvist que está bastante bien y mucho mejor que en Millennium 1 , resultando el único personaje de interés a pesar de que la narración pase de puntillas por él).
Lo mejor: Probablemente Michael Nyqvist.
Lo peor: Que sea comparada con su predecesora (como es de obligación). Pocas explicaciones. Desenlace decepcionante. Escenas de acción y lucha que resultan poco creíbles…
Es muy arriesgado llevar al cine un libro tan leído como este. En la primera parte de la trilogía consiguieron estructurar un buen guión, descartando personajes y escenas del libro que podían perjudicar el ritmo de la película. Pero a veces, lo que va bien para una, no quiere decir que te funcione para las demás. En Millennium 2 no funciona. Con la necesidad de rebajar el tiempo de metraje, el guión desprecia partes del libro que harían más inteligible el desarrollo de la historia.
El libro ofrece una imagen sobre la corrupción policial, que no se ve en la película. Los policías no aparecen o simplemente son testimoniales. Eso hace perder profundidad a la historia. Las referencias a la problemática del comercio de mujeres se pasa por encima, o solo se utiliza para describir a los puteros. Lo mismo pasa con el desarrollo de personajes como los de la redacción de Millennium o la banda motera. Es verdad, que para llevar a la pantalla todo eso, quizá se necesite media hora más de película y eso implica trabajar mejor el guión, eso implica más tiempo, eso implica retrasar el estreno quizá un año más, y por lo tanto eso implica, perder lo que ahora es un producto que todo el mundo quiere comprar. El dinero es el dinero, bien lo sabe la familia de Larsson y nosotros sus fans tenemos que conformarnos con lo que nos den sus herederos.
Me da pena ver como la película va destrozando poco a poco la imagen de Blomkvist (Larsson estaría llorando, seguro) y lo único que se salva es Salander, gracias en parte por Noomi Rapace que parece haber nacido para interpretar este papel. Larsson consiguió que este personaje calara tanto en sus lectores, que fue capaz de llevar a millones de ellos a ver un Thriller de tercera categoría.
Lo mejor: Cuando Salander sale a escena.
Lo peor: Que la película desprecia partes del libro y hay personajes y escenas fuera de contexto.
Recomendada para: Exclusivamente fans de Salander.
No recomendada para: Fans de los libros de Larsson (aunque seguro que la irán a ver) y todo aquel que no se lea antes el libro porque no va a pillar la mitad de la mitad.
Definitivamente el talento artístico no entiende de genética. El director de ‘Millennium II: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’ es Daniel Alfredson, hermano de Thomas Alfredson, aquel gran desconocido que el año pasado sorprendió a medio mundo con la prodigiosa ‘Déjame entrar’, peculiar historia de amor vampírico que hacía de la elegancia visual y de la sutileza argumental sus mayores virtudes. Todo lo contrario ocurre con la segunda entrega de la adaptación cinematográfica de la aclamada saga del malogrado Stieg Larsson. También es cierto que sería injusto comparar directamente dos cintas que por su planteamiento y por su temática nada tienen que ver la una con la otra. Aún así, sorprende la diferencia cualitativa abismal que separa a ambos hermanos.
Pero quizás lo más sorprendente es que aunque ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’ ya dejó bastante satisfechos a los seguidores de los libros, el realizador sueco no sigue el manual del antecesor Niels Arden Oplev. Peor aún, sólo lo hace en sus peores aspectos. Recuerdo que si algo había que reprocharle al Millennium I cinematográfico era que (quizás por el temor de que las siempre amenazantes zarpas americanas se apoderaran del proyecto) se notaba en el acabado cierta sensación de desidia, de que se habían hecho las cosas quizás demasiado rápido. No ha pasado ni un año desde entonces y llega ya a nuestras salas la segunda parte de la serie… demasiado precipitado.
Como uno de los pocos no-lectores en este país de la obra de Larsson, ya me perdonarán si me equivoco, pero creo que el material literario tampoco ayuda demasiado al dubitativo Alfredson. En ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’, la atmósfera opresiva de aquella isla habitada por una apoderada familia escandinava, cuyos miembros habían cultivado a lo largo de los años horribles recelos entre ellos, jugaba a favor de un relato intenso y que de paso destapaba alguna que otra lacra de una sociedad misógina y marcada por sus propios fantasmas. En esta ocasión sigue la crítica social, sobre todo en lo que al trato vejatorio a las mujeres se refiere, pero todo parece más diluido, más confuso. No sólo esto. Si la primera historia se las apañaba muy bien para trenzar los caminos de Blomkvist y Salander, aquí los puntos de conexión entre ambos están cogidos por los pelos, hasta flirtean en más de una ocasión con tics almodovarianos.
Violencia, venganza, abusos a mujeres, delincuencia y corrupción vuelven a ser los protagonistas de Millennium II: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.
Lisbeth Salander vuelve a los cines, esta vez con más fuerza. A pesar de sus silencios, y siendo razonablemente fiel a la novela, en esta película somos testigos de cómo empiezan a desvelarse secretos del pasado de esta nueva heroína, sirviendo de preludio a la tercera película de la saga: Millennium III: La reina en el palacio de las corrientes de aire.
Debido al tremendo -y merecido- éxito de la primera entrega de esta trilogía, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina ha creado muchas espectativas. Y debo decir que, aunque es una buena película, para los que hemos leído los libros y visionado el primer film, esta segunda entrega no llega al nivel de Los hombres que no amaban a las mujeres.
Uno de los aspectos principales es el ritmo, y la falta de tensión o misterio en la primera parte del film. Toda la trama inicial y el atractivo que hay en la novela pasan inadvertidos en prácticamente la primera media hora. No es hasta el momento en el que Lisbeth empieza a investigar el por qué su rostro aparece por todas partes como presunta responsable de unos asesinatos que la película se recupera.
Han pecado de simplificación en cuanto a la adaptación. Han omitido datos que eran necesarios para una mejor comprensión del filme, y que aportaban un grado de tensión de la que carece la primera parte de la cinta: por qué ella se ha marchado de Suecia y ha estado ausente a lo largo de un año y medio, cuáles son las razones por las que ha cortado todo contacto con Mikael Blomkvist (lo cual formaría parte del primer libro), cuál es el motivo por el que decide regresar a Suecia, y un largo etcétera.
Aun así, la historia te mantiene en la butaca sin mirar el reloj en ninguna ocasión durante dos horas. Es destacable la interpretación de sus actores –principales y secundarios-, así como la correcta y fiel caracterización de sus personajes. Sin artificios que escondan a los actores bajo una tonelada de maquillaje y filtros, el film sigue respirando y transmitiendo naturalidad y credibilidad, aun cuando nuestra Salander se convierte en una especie de Tomb Raider hacia el final de la película, que es lo menos creíble del film (y de la novela).
Millennium II es una confirmación sobre quién es en realidad el personaje protagonista de toda esta trama: Lisbeth Salander. Es ella quien da consistencia tanto a las películas como a los libros, sin su historia no habría nada. Su vida, como se muestra en esta entrega, contiene todo aquello que Larsson denuncia de su país: extrema violencia, corrupción en la propia policía secreta sueca, obviar a sectores de la sociedad esclavizados a una vida de violaciones continuas porque son de un sustrato social tan bajo que no importan a los gobiernos, manipulación de los medios de comunciación.