Mil sexos tiene la noche
Bajo los efectos hipnóticos de Fabián, La Gran Irina realiza con enorme éxito un número de telepatía en una sala de fiestas. Después de sufrir terribles pesadillas en las que comete crímenes, acude al médico. Este averigua que Irina, manejada hipnoticamente por Fabián, le sirve de instrumento para llevar a cabo una venganza personal.
Abstenerse de ver esta película todos aquellos que no sean fans de Jess Franco.
Encontramos la misma actriz de (casi) siempre, Lina Romay, la misma iluminación/fotografía, la misma o parecida banda sonora, las abundancia de desnudos, el flojísimo guión, los diálogos (casi) inexistentes, un final absurdo…
En fin: como película, mala. Para cine erótico, pasable.