Michael Collins
Sinopsis de la película
Michael Collins (1890-1922) fue un líder revolucionario irlandés que luchó encarnizadamente contra la ocupación inglesa de su patria. Con sus jóvenes pistoleros llevó a cabo una serie de sanguinarios atentados que generaron una no menos cruel represión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Michael Collins
- Año: 1996
- Duración: 132
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Opinión de la crítica
Película
6.7
98 valoraciones en total
Desgarradora, dura, intensa, demoledora. La historia de Michael Collins es la historia de un pueblo que luchó por su libertad y del precio que pagó por ella. Está contada como se cuentan las epopeyas, a fuego lento pero con un gran sentido del ritmo. El irlandés Neil Jordan cruza el charco por cuarta vez para contar con los medios que se merecen esta historia épica sobre su pueblo. Un tema difícil, sobre todo en 1996, con el conflicto aún latente. Se muestra lo que ocurrió sin tapujos ni sesgos, al contrario de cómo trató esta misma historia Ken Loach en El viento que agita la cebada (que parecía querer imponerte su verdad). Una lección de cine y de historia.
Un Liam Neeson en la plenitud de su carrera se mete en la piel de Collins creando un personaje complejo y lleno de matices, llevando el peso del film sobre sus hombros sin desfallecer en ningún momento. Una actuación notable que le valió la Colpa Volpi en Venecia. Le acompañan una legión de secundarios que están a la altura.
El trabajo de fotografía, a cargo del dos veces ganador del Oscar (La misión, Los gritos del silencio) Chris Menges, es un regalo para la vista. En los ambientes más lúgubres la luz se cuela por cada rendija y casi se puede tocar, mientras que la niebla parece cobrar vida.
Triunfadora en Vanecia pero despreciada en los Oscar, como suele pasar con todas las grandes películas que tocan temas tan conflictivos como este (no fuera a ser que se molestaran en los dominios de su majestad…).
Algunas películas se olvidan más deprisa que otras, a unas las ocurre de forma muy justa y en cambio con unas pocas se comete una equivocación. A este segundo apartado corresponde Michael Collins, un estupendo fresco histórico de la Guerra por la Independencia de Irlanda, que surgió en un momento donde este tipo de películas épicas de corte histórico estaban de moda por el éxito de la infantiloide Braveheart.
Aquí la cosa es menos heroica y mucho más áspera, sobre todo si se es muy poco políticamente correcto como lo es Neil Jordan. En esta no salen bien parados ni ingleses, ni americanos, ni siquiera los mismos irlandeses. La lucha de interesas y de egos en la que se sumerge la historia, magníficamente ambientada, va por caminos donde no es fácil transitar, al menos que no se pertenezca a ningún bando.
El Festival de Venecia acertó profundamente con Michael Collins, todo lo contrario que sucedió con el mundo anglosajón donde no tuvo evidentemente buena prensa, sobre todo siendo el protagonista un personaje histórico que despierta más odios que simpatías en las islas, ya sean británicas o irlandesas.
Una de las mejores películas de Neil Jordan, un director con más prensa que obras de postín, y que aquí a pesar de dar un punto de vista bastante personal, no es una visión tan imparcial ni antihistórica como algunos especialistas quisieron denunciar en su momento.
En toda la preproducción de la película estuvo colaborando nuestro hombre favorito, Michael Cimino, y se nota para bien, porque toda ella tiene ese sabor amargo y melancólico de la imposibilidad de éxito verdadero que transmitía también La puerta del cielo.
Lo más negativo, son las concesiones a la comercialidad, como la señorita Julia Roberts, interpretando un personaje florero que pulula por la película sin ninguna importancia en la inevitable historieta de amor. Desde un punto de vista más formal se echa de menos una visión más holística del conflicto político y menos individualizada en la persona de Collins. Unos títulos finales, explicando al público los acontecimientos siguientes que acaecieron después del desenlace del film, no hubieran estado de más precisamente.
Nota: 7,2.
Gran interpretación de Liam Neeson de una película que pesa a ganar en Venecia, no ha gozado de todo el apoyo de la crítica tal y como se merece, debido a que trata sobre el idealista del IRA, si bien hay que entender la situación en su momento, y no asociar esta película como un ensalzamiento del terrorismo ni mucho menos, sino como una busqueda de la libertad en un pasado no tan reciente.
Si a esto le sumamos un ingenioso guión el resultado es michael Collins gran película que creo que se merece más reconocimiento.
Creo que hoy en día es muy difícil tratar este tipo de temas con delicadeza. A los ingleses siempre les dolerá tratar el tema irlandés, pero todavía siguen tratando a los irlandeses en el norte de Irlanda como ciudadanos de segunda. Esta película no se va por las ramas porque trata los temas de una manera lo más fidedignamente posible a pesar de ser una película épica, pero como buenos finisterreños este tema solo podía tratarse de esta manera.
El final de la película es sencillamente tan trágico como bello, bajo la interpretación del que para mí es el tema más bonito escrito sobre la faz de la tierra, She moved through the fair interpretado por Sinead O´Connor.
Aquí no encontrareis el maniqueísmo político de El viento que agita la cebada, aquí encontrareis una historia humana.
Grandísima película de Neil Jordan, aderezada con un extraordinario guión que huye conscienetmente del maniqueísmo y funciona perfectamente como crónica de la situación política irlandesa. No es ni mucho menos una alabanza a Collins (de hecho, a mí me cayó un poco mal, pero éso sí, queda mejor que De Valera), y reparte bastante bien las culpas entre todos los implicados. Además cuenta con escenas francamente impactantes, como el final y también la última escena en la que aparece Stephen Rea.
Si a ésto le sumamos un equipo de actores extraordinario, el resultado es una de las películas clave del último lustro de los 90.
Lo mejor: Los actores (en especial Quinn, Hart y por supuesto Neeson) y su admirable postura ideológica.
Lo peor: El ritmo es un poco inconstante.