Mi familia y otros animales (TV)
Sinopsis de la película
El tiempo gris y lluvioso de la Gran Bretaña hacen que la Sra. Durrel (Imelda Stauton) y sus hijos escojan la Isla de Corfú para iniciar una nueva vida. En tierras griegas, descubren hobbies como cazar, escribir, tomar el sol y hasta ligar. Menos Gerald, el pequeño de la casa, que decide crear un zoo doméstico en su propia habitación el cual se le acaba escapando un poco de las manos. Basada en el libro autobiográfico de Gerald Durrell, del mismo nombre.
Detalles de la película
- Titulo Original: My Family and Other Animals (TV)
- Año: 2005
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6
75 valoraciones en total
Amable adptación del libro de Gerald Durrell de igual título, se puede ver con niños.
Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, una viuda con cuatro hijos adolescentes toma la decisión heroica de sacar a su familia de la humedad británica y llevarla por mar hasta la soleada Corfú. Allí, con la ayuda del factótum local Spiro, cada hijo seguirá enloqueciendo con su tema, pero al menos lo hará al aire libre: Larry (el futuro Lawrence Durrell del Cuarteto de Alejandría) con su pose intelectual, ferozmente ridiculizada, Leslie, con su arsenal de rifles, Margot, con su físico y coqueterías, …y el pequeño Gerald quien, más próximo a los bichos de la isla que a su extravagante familia, descubrirá gozosamente la vocación de zoólogo.
Numerosos personajes, entre isleños e invitados, van apareciendo y desapareciendo, en carrusel un tanto acelerado, sumando anécdotas a piñón fijo, como es de un solo registro la comicidad, acuñada mediante diálogos irónicos, agudos, punzantes.
Algo se plasma de la belleza cautivadora de la isla, y del encantamiento del niño ante la fauna.
Gracias a alcanzar con holgura los mínimos, la película tiene un valor añadido: el de conducir al maravilloso libro de Gerald Durrell: el mismo mundo, pero de verdad.
Compendio introductorio de la célebre Trilogía de Corfú en la que el naturalista Gerald Durrell relató las deliciosas memorias de su niñez en la isla griega junto a su madre viuda y a sus cuatro hermanos. Acumula sobre todo anécdotas del primer y segundo libro un poco al tuntún, pero el resultado es correcto y aunque no están todos los que son, sí son todos los que están: la familia, por supuesto, pero también Spiro, la hipocondríaca Lugaretzia, el misterioso Hombre de las Cetonias, Theodoro Stephanides o Agati, y del lado de los animales propiamente dichos, la tortuga Aquiles, las Curracas, el palomo Quasimodo y la gaviota Aleko, más un sinfín de bichejos anónimos que comparten el día a día con la imprevisible familia.
El reparto es más que adecuado y el estilo humorístico de Durrell funciona sin aspavientos en pantalla, pero lo mejor sin duda son esas envidiables escenas de la familia disfrutando de unas perpetuas vacaciones griegas, ya sea disfrutando de una comida a la orilla de un mar color turquesa o leyendo apaciblemente en el jardín con espectaculares vistas de la isla: no es de extrañar que los griegos -según los recuerdos de Durrell- creyesen que todos los ingleses eran damas y lores.
Con todo y siendo una adaptación correcta, debo aprovechar la ocasión para recomendar la trilogía literaria mucho antes que su versión televisiva: es entretenida, divertidísima y emocionante y retrata de una forma inolvidable una de esas infancias que por sí solas redefinen el concepto de evocador . Un soplo de verano griego de tres libros de duración.
Un episodio de la infancia del zoólogo y ecologista Gerard Durrell en Corfú sirve de pretexto para la base narrativa de esta película, que si bien en ocasiones deja a los griegos a la altura del betún y rezuma cierta aristocracia rancia, se trata de una historia deliciosa.
El contexto de una Europa al borde de la II Guerra Mundial sirve para situar a la familia Durrell, una madre viuda con cuatro hijos de personalidades dispares y algo excéntricas. A pesar de la mezcla de tan diferentes caracteres podrían desembocar en situaciones de elevado estrés, el director prefiere escoger un tiempo largo (si se me permite el símil musical) y lleva la narración con tempos que más o menos se van repitiendo. Cada episodio se introduce y acaba con una cortinilla musical que, lejos de molestar, contribuye a sentarse cómodamente en la butaca, y si es con la familia, mejor.
Y de nuevo ese estereotipo llamado humor británico reaparece de forma espléndida, con golpes de ironía que sorprenden a pequeños y no tan pequeños.
Además, la película incluye excelentes tomas de insectos, aves y otros bichos digno de valorar.
Lo peor, como he dicho, la forma de ver a la población griega que acoge a esta peculiar familia.