Merlí: Sapere Aude (Serie de TV)
Serie de TV (2019-2021). 2 Temporadas. Spin-off de Merlí , protagonizado por el personaje de Pol, alumno preferido de Merlí, de quien se muestra su vida universitaria en la Facultad de Filosofía de la Universitat de Barcelona.
Segunda temporada: El grupo de amigos empieza el segundo semestre de universidad. Tras el parón, regresan a las aulas con ganas de iniciar la segunda parte del curso. Como bienvenida encuentran el paraninfo en obras. Un grupo de operarios ha empezado a restaurarlo. El encargado de las tareas de restauración tendrá una relación especial con Pol Rubio.
¿La serie está bien? Sí
¿Es Merlí? No
Los 8 capítulos que presenta la serie que nos ofrece Movistar está bastante bien, nos muestra un Pol en la Universidad de Filosofía donde hace nuevas amistades y convive con ellas. Si aislamos los capítulos y los hacemos una serie independiente, pues seguramente hubiera tenido más nota.
El hacernos creer o el intentar vendernos un Pol más maduro, el cual ya no tiene problema con su condición de bisexualidad, solo nos lleva a una serie con más sexo, eso vende, está claro, pero ¿era la filosofía de la serie Merlí? No.
Merlí nos ayudaba a entender la vida desde la filosofía, cada capítulo nos desvelaba un filosofo diferente y su forma de ver la vida, y mediante lo que iba pasando en el completo del capítulo podíamos ver reflejada la idea que tenía ese filósofo en particular, permitiendo que nos posicionáramos, si opinábamos como él, si no, o si dependía de la situación.
En esta nueva versión, en cada capítulo se ve un concepto y la visión que tienen algunos filósofos sobre ese concepto, la idea es muy buena, y cuando supe que iba a ser así, la verdad es que me gustó bastante. El problema es que se deja más aparte la esencia que tenía la serie original, se olvida durante el capítulo lo que se suponía que se estaba tratando, haciendo hincapié más en las relaciones entre amigos que en sí en cómo ver la vida, se hace una serie más adolescente que la primera, y eso que nos querían vender una historia con personajes más maduros.
También, los personajes son mucho más planos y la mayoría de ellos están muy estereotipados, además se abren muchas tramas de personajes y las dejan ahí, como si no existiera, si no se van a tratar, mejor ni abrirlas, espero que muchas de ellas se traten en la siguiente temporada.
Tras esto, aclarar que la serie por si sola es bastante buena y entretenida. La recomiendo.
Siempre es un reto producir un spin-off de un gran exitazo, y en muy pocas ocasiones, se supera con éxito. Y esta serie no es esa excepción.
La idea era buena, y la fórmula de mezclar filosofía con adolescentes ya había funcionado con creces en el Merlí original. Tenían todos los ingredientes para crear otra serie que estuviera a la altura, pero no lo han logrado. El primer error ha sido la poca evolución que han tenido los personajes. Mientras que en su antecesora se centraban en los adolescentes, y les dotaban de tramas más maduras y realistas, alejándose de otras series pelmazas de adolescentes, en Sapere Aude no dan en la tecla, y nos presentar personajes planos, sin aspiraciones ni mayor inquietud que follar y ligarse al vecino, (salvo alguna excepción como el padre de Pol y Rai) Bajo mi punto de vista, también he notado la ausencia de un reparto más coral y con más conexión.
La filosofía sigue presente en los capítulos, y se abren interesantes debates morales, pero que no logran calar hondo, ni suponer un cambio significativo en los personajes. Sin embargo, otro de los puntos fuertes que encuentro es María Pujalte. Menudo papelón! Bajo mi punto de vista, gracias a la actriz y a un personaje pasable, la Bolaño sí que logra igualar a Merlí, y estoy deseando ver la evolución que tiene en las próximas temporadas.
Espero que en la segunda temporada subsanen estos errores que he mencionado, y conviertan a Merli: Sapere Aude en una serie diferente, única, pero compartiendo la misma esencia que Merlí. Y sobre todo, que se atrevan a saber!!!
Si Merlí tuvo una virtud que la hacía diferente de otras series fue la sinceridad y espontaneidad con la que describía el mundo adolescente, sus preocupaciones, la nueva visión que tienen del sexo y las restricciones sociales y culturales que los amenazan. Yo trabajo con adolescentes y puedo asegurar que la serie retrata fielmente su mundo interior. Cuando nos enteramos que Héctor Lozano preparaba la continuación de la serie original, nos preguntábamos cómo abordaría ese momento tan único en la vida de los estudiantes que es el paso del bachillerato al primer año de carrera y la verdad es que la serie vuelve a ser un gran acierto.
La nueva temporada afronta temáticas más maduras, por ejemplo lo que supone a un joven de estas edades tener que trabajar y estudiar a la vez, o estar pendiente de la burocracia que aprueba o deniega becas, ayudas económicas, etc. También el sexo está muy presente, como no podía ser de otra forma en una serie que pretende ser un fiel reflejo de la vida de un joven de 18 años.
Mención especial merecen el grupo de actores que representan los diferentes personajes del elenco, especialmente los protagonistas, inconmesurable Carlos Cuevas y la relación con su padre, reflejo de una familia desestructurada donde falta la comunicación, y felicitaciones por la extraordinaria interpretación de María Pujalte, que representa a una catedrática a la que la sociedad le exige que sea perfecta, pero no lo es en absoluto.
Por cierto, yo estudié en la misma universidad, la que está situada en Plaza Universidad de Barcelona, y tuve profesores que impartían las clases en castellano y tuve como compañeros alumnos que venían de Argentina, de otros paises hispanoamericanos, incluso tuve una compañera recién llegada de Alemania. Lo digo por algún escéptico que se cuestiona la veracidad de lo que se describe en la serie, seguro que ni ha puesto un pie en la ciudad de Barcelona en su vida y mucho menos en dicha universidad. No solamente las clases se realizan con la más absoluta normalidad sino que la cuestión del idioma no plantea ningún problema para quien quiere aprender y tiene la mente un poco más abierta…. pero en fin, creo que aludo al problema de siempre.
Felicidades al equipo de Merlí y esperaremos la continuación entusiasmados.
Lo siento, pero no me la cuelan.
Aunque ya no sea adolescente, estoy estudiando en la universidad y soy lo suficientemente joven para saber que esta serie tiene más ficción que una película de Star Wars. Me gustó la primera temporada de Merlí porque, como la gran serie de adolescentes Freaks and Geeks , presentaba una serie de instituto sin necesidad de crear situaciones imposibles. A partir de la siguiente temporada, los guionistas de Merlí, mientras sus bolsillos se llenaban, sus ideas se acababan y la calidad fue bajando hasta llegar a una última temporada que me fue muy difícil de tragar.
En Sapere Aude, pese a contar con un elenco y ambiente diferentes, la calidad sigue siendo la misma que en la última temporada de Merlí: casi inexistente. Pese a algunas escenas potables, el resto está lleno de clichés y de malas actuaciones que demuestran que importa más llenarse los bolsillos que hacer un producto de calidad.
Sapere Aude es la digna cuarta temporada de Merlí, siguiendo la decadencia.
Cuidadito con estirar los chicles: con el tiempo van perdiendo el sabor. Por fortuna aquí estamos en manos de un artesano dispuesto a dar coherencia y seguir fluyendo -buscando el sabor- en el mundo que él mismo ha creado: Héctor Lozano.
Algunas críticas dicen que esto ya no es Merlí . Pues claro que sigue siendo Merlí: los guiones están escritos por la misma persona de la serie original (ahora en solitario), y como bien dice un capítulo de esta continuación: la esencia de las cosas siempre permanece. Aunque algo diferente, sí que te bañarás dos veces en el mismo río. ¿Acaso no todos los ríos -y ésto es cosecha propia- son sólo uno en realidad?
La serie original convenció y enamoró (no sólo dentro de España) por plantear dilemas existenciales interesantes y, sobre todo, por un intento de humanizar y dar presencia a todos los personajes secundarios. Es decir, hacerlos más parecidos a cómo es todo el mundo en la vida real: con luces y sombras. Tanto es así que el argumento se sostiene con la vida de algunos de esos personajes que se presentaron como secuandarios. Eso sí, también da la impresión de que ahora en ocho capítulos no da tiempo a explayarse tanto con todos.
El presupuesto y la realización ha mejorado: mejores localizaciones, cámaras, iluminación y etalonaje (nunca nadie habla del etalonaje, y es todo un arte). Y todo apunta a que habrá más temporadas.
Mi única pega, como ya ha comentado más gente, es que -exceptuando el buen personaje de la Bolaño – al final el resto de tramas parece que se mueven casi siempre entorno al mismo tema: el sexo. Tiene sentido teniendo en cuenta la edad de los personajes y el lapso temporal de la historia, a paso lento. Pero estaría bien dar más peso a los temas filosóficos u otros conflictos.