Memorias de un hombre invisible
Sinopsis de la película
Nick Halloway (Chevy Chase) es un analista financiero muy jovial y divertido que conoce a Alice Monroe (Daryl Hannah), una atractiva rubia de la que se enamora. Un día Nick, estando en un laboratorio, es víctima de un accidente que le convierte en invisible. Cuando el agente del gobierno David Jenkins (Sam Neill) conoce la existencia de Nick, intenta recrutarlo como agente de espionaje para la CIA.
Detalles de la película
- Titulo Original: Memoirs of an Invisible Man
- Año: 1992
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
5
28 valoraciones en total
Chevy Chase, el camaleón, tuvo sus días de triunfo, justo por entonces. Aquí está junto a Daryl Hannah, una tía desconcertante en su momento álgido. Más Sam Neill, el todoterreno siempre eficaz. Y el aspecto trágico de las películas de Carpenter sin fallar.
La película cuenta con buenos efectos especiales y puede ser intrascendente, pero no por eso es una película aburrida. Al revés, las memorias son relatadas por el pobre protagonista acompañadas por una acción apropiada y una historia romántica que deberá superar el fatídico destino del hombre transparente.
Son las memorias de un hombre invisible por accidente que quería ser visto. No es lo mismo que uno quiera que no le vean en un momento dado que ser invisible para siempre. En este caso, incluso, por desgracia, siendo invisible, no puede pasar desapercibido y tendrá que sufrir la persecución de la gente que le quiere dar caza. No se puede ser distinto y no pagar por ello, al fin y al cabo ocupa un lugar. Es una buena, curiosa y entretenida película.
En mi opinión, una película muy infravalorada, es sin duda una película muy original además de ser muy entretenida, Carpenter plantea la idea de cómo sería la vida si fuésemos invisibles, algo que todos en algún momento nos hemos planteado.
La idea de ser invisible resulta tentadora pero realmente no existiríamos para el mundo real, el mundo visible pues así es el mundo, eso que se ve y se toca, las cosas grandes no se ven ni se tocan.
Me ha gustado la película porque me hace pasar un buen rato y de una manera muy ligera, disfruto de un buen cine sin tener que romperme mucho la cabeza y disfruto con una serie de bromas muy originales que surgen todas de la base de ser invisible.
Es la clásica película que se ve en el sofá de casa con la familia un domingo por la noche, hacer una película realmente entretenida no es tan fácil.
Nick Halloway es miembro de un club masculino de tiburones de las finanzas que buscan un ambiente íntimo y selecto para tomar unas copas y relacionarse con pelanduscas. Allí conoce a la despampanante Alice Monroe que, con facilidad, accede a morrearse con Nick. Lo más sorprendente, sobre todo para él, es que le sale gratis y que, aunque no pueda dar rienda suelta a su apetito esa misma noche, consigue una cita. Lo relatado apunta a una versión hardcore de Pretty woman, pero toma un giro inesperado cuando las moléculas del interfecto se tornan inestables por mor de un accidente en los laboratorios de su empresa y adquiere un cuestionable don, la invisibilidad.
La película está narrada en primera persona, con voz en off y también con numerosos planos en los que el hombre invisible es registrado por la cámara como si no fuese transparente, y en los que es ignorado por todos los personajes que le circundan en la pantalla. Ello da pie a un sinnúmero de situaciones cómicas cuya gracia reside en su efecto visual (Carpenter retoma sin rubor las espectaculares caídas de espaldas que popularizaron los cómicos de la productora Keystone a principios del XX). Pero, además, contribuye a dramatizar la toma de conciencia, por parte de Nick, de su verdadera naturaleza, solitaria e insípida. La conversión en un monstruo actúa en Nick como revulsivo que le hará tomar importantes decisiones vitales. Por su condición de monstruo, es incapaz de relacionarse (como la criatura de Frankenstein o King Kong) y necesita la bella novia de turno que le redima de su soledad.
Pero su estatus de nuevo monstruo le acarrea problemas añadidos…
Según tengo entendido, la presente película no funcionó demasiado bien en taquilla y es que tal vez el film no esté hecho para todos los gustos. Dicen que el guión origina de Goldman era mejor, sin embargo y tras ver Marathon Man o Mysery donde era él quien estaba tras el libreto, pongo en entredicho tal afirmación.
De John Carpenter siempre esperamos demasiado, de eso no hay duda, pero sigue siendo John Carpenter a fin de cuentas. Tal vez no esté a la altura de Halloween , La Niebla o La
Cosa pero eso no desmerece en ningún momento una película que ya por si sola es entretenida y cuyo argumento está muy bien llevado.
La trama me gustó así como los momentos originales que la película tiene como sendas escenas que ocurren dentro de un taxi(una por el comienzo del largometraje y otra llegando éste a su fin), el propio final o toda la acción que ocurre dentro de la casa de campo de George. Escenas perfectamente filmadas y que demuestran el pulso de Carpenter para géneros apartados del terror o del suspense.
El peor error del film radica bajo mi punto de vista en los primeros 20 mintutos, donde todo acontece demasiado rápido, se dan pocas explicaciones y donde se esperaba más del accidente .
Sin embargo, como he dicho, la película es puro entretenimiento, está bien filmada, tiene un buen guión y creo que no defraudará a nadie, aunque claro, no puedo jurarlo.
Referido a Chevy Chase, no veo que lo haga mal y eso sí, los efectos especiales y los diversos gags visuales que tienen lugar a lo largo de la cinta son geniales. Ya sólo por eso, vale la pena echarle un vistazo.
Más le hubiese valido a Chevy Chase dejarse llevar por el guión que en principio escribió William Goldman. De haber sido así, sería muy posible que un servidor estuviese escribiendo ahora sobre la mejor película del actor, pero lo cierto es que Memorias de un hombre invisible no le ha hecho ningún favor a nadie, ni a Chase, que aprovecha la ocasión para sacar (a medias) su vena dramática, ni mucho menos a Carpenter que la dirigió de penalti.
El cómico no ha gozado de mucho afecto entre el público, pero a mi nunca me ha caído mal, así que no es ese el motivo por el que en parte encuentro justa cierta animadversión hacia él, y es que… ¿cómo se le ocurre al actor desestimar un guión, escrito por el mismo tipo que adaptó al cine las historias de Misery o Todos los hombres del presidente?. Sin duda, una metida de pata que prácticamente acabó con su, ya por aquel entonces, trastocado estatus.
Pero toda la culpa no es de Chevy, por supuesto, porque no se debe jugar a dos bandas si no se sabe como, y ahí es donde entran las torpes reescrituras de los mendas que aparecen junto a Goldman (no fueron tontos y mantuvieron su nombre) en los créditos, pues aquí lo que se pretende contar no tiene por qué estar reñido con el ritmo, como así ocurre por su mala narración, toda la película parece ser un continuo tira y afloja entre la habitual puesta en escena de Carpenter y la manía de darle cierto tono trágico donde sacar a relucir la supuesta profundidad del personaje principal, profundidad que, por otro lado, Chase es incapaz de transmitir. Ambas cosas no terminan nunca de combinar correctamente y estropea el conjunto, dando como resultado una película de alma frustrada y un tanto fría.
Unos cuantos efectos visuales dignos de mención (la parcial invisibilidad del edificio, el recorrido del humo de un cigarro por los invisibles pulmones del protagonista…), un par de afortunados gags, la potente música de la gran Shirley Walker y un oscuro Sam Neill, son los puntos a favor con los que cuenta este despersonalizado proyecto de un John Carpenter en horas bajas.
Pudo haber sido una gran película, lástima.