Matthias & Maxime
Sinopsis de la película
Dos amigos de la infancia se besan como parte de la filmación de un cortometraje para la universidad. Tras el beso, ambos comienzan a preguntarse cuáles son sus auténticas preferencias sexuales, lo que pone en peligro la estabilidad de sus vínculos sociales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Matthias et Maxime
- Año: 2019
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
Película
6.4
27 valoraciones en total
Xavier Dolan cumple treinta años. Otros directores más jóvenes que él llegarán a los grandes festivales. Nosotros también hemos cumplido treinta años, y otros espectadores más jóvenes escribirán acerca de otros directores. El tiempo, rápido o lento, pasa. Qué se le va a hacer. Dolan, niño prodigio que debutaba hace diez años abandona la post-adolescencia y se interna en la edad adulta, tardía para todos nosotros en el siglo XXI, al alcanzar la treintena.
Matthias & Maxime parece ser una despedida del universo de sus primeros films antes de emprender un nuevo camino como cineasta. Pero sí no se tratase de ello, al menos sería un delicado broche a uno de los estilos más reconocibles de la década, pues la contención de esta, su ¡octava! película nos hace vislumbrar un cineasta adentrándose en su madurez emocional tras su característica paleta de colores pastel y sepia.
Matthias. Maxime. Antiguos compañeros de instituto. Amigos, Algo más. O no. Uno es alto, el otro bajo, uno tiene el rostro perfecto, el otro tiene una mancha de nacimiento en él, uno tiene novia, el otro no, uno es extravertido, el otro intravertido, uno es de familia burguesa, el otro de familia disfuncional de extrarradio. Pese a todas estas diferencias, ahí siguen juntos en su círculo de amigos. Maxime se va a trabajar de camarero a Australia en unas semanas. Matthias ha conseguido gracias a un enchufe un puestazo en un bufete de abogados. En una de sus últimas fiestas entre colegas, se ven casi por obligación participando en un corto. En la escena tienen que besarse apasionadamente, cosa que no supone problema ninguno para absolutamente nadie. Excepto, claro, para Matthias y Maxime.
Tremenda decepción la última de Dolan. Una historia que ya sabría a rancia en los años 90, en pleno siglo XXI y viniendo del genial autor canadiense, sabe a fracaso estrepitoso. No hay drama, no hay arco emocional, no hay sorpresas. No hay necesidad de ver dos horas de metraje, aunque Dolan sepa rodar con belleza y elija bien la música de piano. No hay película. Solo un videoclip alargado de manera artificiosa y con el propio director como actor protagonista. El plano final parece una burla al espectador.
Habrá quien la disfrute. Tiene actores muy guapos, tiene planos bellísimos, pero todo es vacío, hueco y, aún peor, pretencioso.
No sé qué le ocurre a la prensa especializada con Xavier Dolan. A pesar de sus defectos, porque la película los tiene, no entiendo el recibimiento que la crítica española le ha brindado a Matthias & Maxime. A esto se suma el no poder ver el anterior trabajo de Dolan, The Death & Life of John F. Donovan, su primer film en inglés, pero no por falta de interés, si no porque a estos varapalos se une la exhibición española. A fecha de hoy, no parece que le hayan encontrado un hueco en las salas y parece que se la vayan a saltar. El caso es que creo que público no le faltaría y cuenta con gran reparto como reclamo, pero la aceptación de la crítica ha sido peor aún que en el presente caso, aunque no de público, que sin ser un film de resonancia comercial, Dolan ha sido capaz de hacer caja.
A sus treinta y un años en la actualidad, tras varios videoclips y ocho largometrajes, parece que sus detractores cada vez son más numerosos, y eso que varios de sus films, al menos para mí, como Laurence Anyways o Mommy, me parecieron notables, teniendo en cuenta, que a excepción de Sólo el fin del mundo, el resto eran buenas películas, con más logros que otras muchas que fueron bien valoradas. Y es que, aunque su último trabajo tenga el mismo nivel de Sólo el fin del mundo, es decir, puede que no sean buenas, se tratan, sin duda, de películas interesantes y es injusto el linchamiento al que han sido sometidas. De Dolan, hasta el momento, no he visto ninguna película que no sea recomendable.
Dolan como actor es resolutivo, como guionista es bastante decente y como director mejor. A esto se le podría añadir su eficiencia en dirección artística y vestuario, su buen gusto estético y desde luego que está dotado musicalmente, sabiendo indicar la dirección que debe tomar sus bandas sonoras. Esto es innegable, pero puede que su juventud vaya en contra, tanto talento y tan joven debe ser, para muchos, algo incompatible, o como otros dicen, pretencioso, cuando los pretenciosos e ineptos son los que tienen un puesto de trabajo, sea un periódico, emisora de radio o un portal de internet, para poder descuartizarlo sin miramientos.
El principal fallo de Matthias y Maxime es su guion. No está mal, pero Dolan intenta buscar otras vías de expresión, no repetirse, abrirse más, y eso, en consecuencia, provoca que le queden más agujeros en su narración. Sobre todo, en detrimento al tema de la homosexualidad, donde parece que ha dado algunos pasos atrás, para dar preferencia a otros perfiles, aumentar las dimensiones de otros personajes, que a fin de cuentas ya han quedado trazados y no nos van a aportar mucho más al relato. Sus films anteriores eran, en ese sentido más abiertos, menos opacos y más frescos. Ahora se quedan en discursos conocidos.
A favor, sin duda, la buena elección de actores, tanto del grupo de jóvenes, destacando el guapo y desconocido Gabriel D´Almeida Freitas, como de los adultos. De hecho vuelve a contar con Catherine Brunet y sobre todo con Anne Dorval, otra de sus musas con las que ha trabajado en varias ocasiones con un personaje de esos que ella sabe sacarle partido.
La fotografía de André Turpin es adecuada y está cuidada, como viene siendo habitual en el mundo de Dolan. La banda sonora del canadiense Jean- Michel Blais es muy buena, además de versátil. Sus muchos viajes y sus estudios han facilitado su eficacia para crear su banda sonora y puede que cuenten con él para futuros proyectos, aunque no vaya a ser Dolan.
Y como decíamos, la dirección no encuentra problema tanto en las escenas grupales y hasta con perro incluido como en las escenas intimistas. Dolan sabe articularlas sin problema.
En definitiva, no hay ningún escollo insalvable y la película se ve con agrado, aunque pocas sorpresas aporta y deja poca huella, cosa que no ocurría con otros films de su autor. Y digo autor conscientemente, ya que Dolan lo es más que otros que no paran de repetir que lo son, ya que en la pantalla son incapaces de reflejarlo en ningún momento.
El canadiense Xavier Dolan con apenas 31 años ha conseguido labrarse una carrera como actor y director de lo más interesante, polémico y transgresor a veces, sus películas siempre impactan al espectador, su última película Matthias et Maxime nos pone encima de la mesa la dificultad de dar el paso y salir del armario (analizando las consecuencias que pueden provocar en su entorno) dos amigos de la infancia que siempre han estado muy unidos.
El realizador Xavier Dolan se reserva el papel de Maxime, un joven de Quebec que se está preparando para irse a trabajar a Australia con la clara intención de huir de una madre alcohólica y problemática. Matt, por otro lado tiene novia y es un abogado con cierto éxito. Conviven con un grupo de amigos estupendos de la escuela. En una pequeña fiesta inesperadamente, los dos amigos aceptan actuar en un cortometraje de un minuto en el que tienen que besarse. Reacios al principio, lo hacen desencadenando una reacción de amor reprimida durante toda la vida que hace que salga a flote, cambiando incluso la forma de ser entre la cuadrilla de amigos.
La película transcurrirá durante las seis semanas antes de irse a Australia e iremos conociendo las vidas de Matt y Max por separado y como van asimilando lo que les está ocurriendo internamente.
Sutil y conmovedora resulta esta historia de estos dos amigos, muy bien rodada por Dolan y con un enfoque bastante preciso y convincente de la angustia creada por la situación, intentando negar estos sentimientos del uno sobre el otro.
El estilo del director con imágenes desenfocadas, salidas de cuadro, conversaciones y discusiones con un volumen alto e irritante contribuyen muy bien a darle ese toque que necesita el film para meternos en la cabeza de Matt y Max .
Tras su paso por los festivales de Cannes y Gijón, se pudo ver en el III festival de cine Canadiense de Madrid. Comercialmente se estrenara en España el 3 de abril de 2020 de la mano de Avalon que gracias a esta distribuidora independiente que ha estrenado casi todas sus películas, hemos podido conocer a este joven director de culto .
Destino Arrakis.com
No hace falta tener una historia grandilocuente entre las manos para hacer una enorme película. Eso es algo que los franceses nos llevan demostrando desde que el cine es tal y una nueva muestra de ello es Matthias & Maxime , la octava película, a sus 30 años, del genial director canadiense Xavier Dolan.
Matthias (Gabriel DAlmeida Freitas) y Maxime (el propio Xavier Dolan) son dos amigos de la infancia que siempre han mantenido una buena amistad. Un día en una reunión de amigos, se les pide que se besen como parte del rodaje de un cortometraje. Ese beso será el disparo de salida de toda una serie de dudas sobre la verdadera naturaleza de su relación. Dudas que habrá que resolver lo antes posible, ya que Maxime se marcha en dos semanas al continente Australiano a buscar trabajo.
Xavier Dolan vuelve a dar toda una lección de como crear escenas de una gran belleza cinematográfica sin excesivos alardes. Su talento a la hora de colocar la cámara y crear encuadres magníficos casi no tiene parangón en el cine actual. Así mismo, la laboriosa puesta en escena es de una calidad realmente excepcional y la música, como es habitual en sus películas, se integra perfectamente en la narración sin resultar nunca redundante.
Como único punto flaco diría que le sobran discusiones entre el grupo de amigos, los cuales parecen siempre incapaces de hablar como adultos que son, de tal forma que en algunas escenas se nos presentan casi como adolescentes sin criterio. Algo que contrasta con las numerosas referencias culturales con que nos obsequia el guión de la película, escrito como suele ser habitual por el mismo Xavier Dolan, quien también se encarga del montaje del film.
No me queda más que recomendar abiertamente esta obra, la cual posee más calidad cinematográfica en sus dos primeros minutos de metraje, que la suma total del 90% de los títulos que nos vienen del adorado Hollywood. Hay belleza en casi todos sus planos, pero yo me quedo con esa primera escena, que consiste únicamente en los dos personajes subiendo a un coche y emprendiendo juntos el recorrido hacia la reunión de amigos que desencadenará el resto de la historia.
Gabriel Menéndez Piñera
https://historiasdelceluloide,elcomercio.es