Marta y alrededores
Sinopsis de la película
Marta y alrededores es la historia de un grupo de amigos. Todos tienen alrededor de los treinta años. Los temas de siempre comienzan a verse de manera diferente. También hay preocupaciones nuevas. Para algunos quizá signifique acercarse al temido borde del final de la juventud. Aparecen las primeras crisis de nostalgia. La pareja, el trabajo, el sexo, la soledad, el repaso a las expectativas cumplidas y no cumplidas. Y, por delante, el aún incierto futuro. Un día se reúnen en casa de Julio, uno de ellos, para ayudarle a pintarla. Durante las horas que están juntos, salen a relucir sus problemas, sus envidias, sus fracasos, sus rencillas. En medio de todos ellos, Marta llegará a conocerlos realmente.
Detalles de la película
- Titulo Original: Marta y alrededores
- Año: 1999
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
5.8
73 valoraciones en total
Acabo de ver MARTA Y ALREDEDORES y debo reconocer que me ha resultado una curiosidad a tener en cuenta dentro del panorama actual del Cine Español. Es cierto que historias como ésta, tan sencilla y cotidiana, que refleja los problemas, ilusiones y expectativas de un grupo de amigos que han superado los 30 años es poco habitual en nuestro Cine y, además, está narrada con frescura y correción. Hay que destacar el buen trabajo interpretativo de todos los actores en un reparto coral y variado en el cual brilla especialmente una genial Lola Dueñas, una actriz espléndida que borda un personaje manipulador y lleno de impulsos y también Marta Belaustegui que encaja perfectamente como una chica reprimida y cargada de frustacciones y miedos. La película contiene varios diálogos y conversaciones entre los amigos muy creibles y sinceras que captan su realidad, el desencanto ante el mundo laboral, las ganas de emanciparse o el plantearse ser padres. Aquí es donde reside el encanto de esta opera prima que pasó desapercibida en su momento y demuestra que es conveniente, de vez en cuando, acercarse a la realidad de la juventud de hoy en día, a sus ilusiones y sus fracasos. Es una lástima que los últimos 15 minutos pierdan intensidad y ritmo, con algunas situaciones de enredo algo alargadas e innecesarias. Esto me confirma que este guión hubiera sido más apropiado para realizar un cortometraje concentrando el interés de todos los personajes en menos tiempo de duración. Aún asi, una de las sorpresas agradables y a recomendar de un Cine Español actual carente de guiones atractivos que conecten facilmente con el espectador.
En el cine español de los años 90, y muy especialmente en la segunda mitad de esta década, se observa un esfuerzo consciente por conectar con un público joven, veinteañero, que tal vez no había estado demasiado cuidado en los años anteriores. A ello se unía la llegada de nuevos directores que debutaron en esos mismos años. Muestra de ello es esta película, que nos presenta a un grupo de amigos bien y mal avenidos a la vez y que presenta el retrato de una generación, la que estaba en torno a los 30 años en el momento de la creación de esta película, y que, por cierto, es la mía. El guión se las apaña para mostrar rencillas, rencores, odios, relaciones sentimentales y sexuales, traiciones, deseos, aspiraciones y frustraciones, con el personaje de Marta Belaustegui como nexo común: con amigos como éstos, ¿quién necesita enemigos?
No es una gran película, pero es interesante, y destaca por el trabajo de los actores -entre los que destacaría a la propia Belaustegui y a Lola Dueñas, perfecta en su papel de guarra-descarada-, por la mezcla de tonos, que van de la comedia al drama, y de lo ligero a lo trascendente, y por algunos vericuetos del guión.
A sus 30 años, Marta quiere tener ya un hombre. Las amigas intentan ayudarla a superar su sosez.
Una dilatada primera parte de la película trata una y otra vez de levantar el vuelo, pero pesa demasiado el guión, lleno de parloteo sin respiro, plano en su empeño de acumular frases de aire natural.
Reunidos en un piso, un grupo de amigos treintañeros se arañan un poco con la incontinencia verbal que gastan entre ellos.
Todos somos pijos, ¿no? ¡Lo admitimos y ya no importa! , propone un personaje a los otros, en medio de uno de los rifirrafes…
Pero en el tramo final varios conflictos eróticos estallan de forma vodevilesca, animando el argumento y dando alguna cancha a actores capaces, como Lola Dueñas y Tristán Ulloa.
Por su parte, Marta Belaustegui, con voz demasiado gutural, parece destinada a una función catalizadora de tensiones ambientales, como indica el título.
Cinta bienintencionada en su costumbrismo testimonial, ha envejecido rápido.
(Concede un minuto a la colorista anciana que vendía por la calle Chistes de Amor, precursora genial del frikismo madrileño.)