Maridos
Sinopsis de la película
El dentista Gus, el publicista Harry y el periodista Archie son tres amigos casados y vecinos de Long Island que se reúnen para asistir al entierro de un amigo, muerto de un ataque cardíaco. Tras el entierro, deciden ir a un club de Manhattan a jugar al baloncesto y a nadar. La ocasión es propicia para que reflexionen sobre sus vidas, sus amores y sus relaciones, cuestiones que no se habían detenido a examinar hasta ese momento, y, de pronto, les asalta la sensación de que la juventud se les ha ido inconscientemente de las manos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Husbands
- Año: 1970
- Duración: 154
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Opinión de la crítica
6.9
33 valoraciones en total
John Cassavetes decía que lo que le intereseba en sus películas era que los personajes experimentasen realmente lo que es el amor aunque para ello fuese necesario que se odiasen o se machacasen enre ellos.
En Shadows , su primer film, comienza a trabajar sobre ello con un resultado notable y en Faces consigue transmitir esa sensación de multidimensionalidad del amor a través de la relación tortuosa de la pareja protagonista, hasta el punto de la humillación y de la vejación delante de la cámara.
En Husbands el director norteamericano de carácter más europeo se centra en el tema de la amistad aunque también toca tangencialmente el del amor.
La premisa argumental es bien sencilla: tres amigos, los tres casados, con empleo y con hijos, ante la muerte de un amigo común de toda la vida, deciden irse de jarana, escapar de la realidad que les oprime y emprender un loco viaje a Londres en donde se encontraran a sí mismos.
Mientras que cualquier otro director hubiese fracasado estrepitosamente ante semejante argumento, Cassavetes, con la cámara como un bisturí, disecciona el alma de estos tres amigos durante las dos horas de metraje.
Muchos de los comportamientos de los tres protagonistas nos pueden parecer reprobables: pillan varias cogorzas de miedo, apuestan alocadamente en un casino e incluso engañan a sus mujeres con ligues y prostitutas.
Cassavetes coloca a Peter Falk y a Ben Gazzara en el abismo. Su viaje les haces replantearse su existencia hasta el punto que uno de ellos decide romper con todo y quedarse en Londres.
Al igual que sucede con Faces , logramos identificarnos tanto con los personajes que al acabar el film uno se pregunta: ¿Y Ben Gazzara se quedará realmente en Londres o volverá cuando se le pase el venazo? . ¿Con que película actual salimos del cine padeciendo por el futuro de un personaje?
Husbands es una reflexión muy seria sobre el agobio que debe producir el tener una vida ordenada, llevar muchos años casado y haber formado una familia. La expresión echar una canita al aire se analiza desde una perspectiva seria y el espectador llega a la trágica conclusión de que sí, en ocasiones hay que mandarlo todo a la mierda y pegarte una escapada con tus colegas. Sino la opresión y las obligaciones de la vida conyugal y familar pueden acabar por volverte loco.
Aparte de buen director, Cassavetes era un estupendo actor. El documental Intimo Cassavetes nos acerca su manera de trabajar. Sus películas pueden parecernos improvisadas o rodadas de cualquier manera, nada más lejos de la realidad. Lo único que Cassavetes dejaba en el aire era lo que cada actor/actriz podía aportar a la secuencia, tenía la cámara y el sonido instalado de tal forma que el encuadre siempre recogiese ese movimiento, esa expresión o esa frase que el actor, siempre metido en su papel, aportaba a la peli. Y eso siempre las enriquecía mucho.
Escribir que es una tragicomedia lúcida, desengañada y febril me parece el colmo del snobismo propio de la gran mayoría de los críticos de cine de este país. Para que una película capte la atención del espectador requiere ciertos condicionantes: predisposición de ánimo, guión atrayente, personajes interesantes, ritmo adecuado, etc. La predisposición era óptima pues siento algunas simpatías por Cassavetes, del que he visto las aceptables Gloria y Una mujer bajo la influencia. El guión, aparentemente, parecía tener cierto interés: tres amigos que asisten al entierro de otro amigo, sus emociones y sus miserias. A los diez minutos empiezo a decepcionarme. Me encantan Gazzara, Cassavetes y Peter Falk (para siempre el afable Colombo) como actores, pero ¿de qué van en este film?. ¿Qué está ocurriendo?, ¿porqué empiezo a perder la atención? El doblaje (¡a la hoguera con esos dobladores pésimos, culpables de bajas puntuaciones!) no acompaña, estoy de acuerdo. Pero es algo más. Tres hombres hechos y derechos (en 1970 tienen entren 40 y 43 años, la edad que además aparentan) haciendo el payaso en la calle, en el restaurante, en el autobús, en el hotel, me chirría tanto, me parece tan increíble que no me deja lugar nada más que para pensar que son tres verdaderos babiecas, tres perfectos gilipollas, tres bobos de tomo y lomo y a partir de ese instante dejan de importarme sus estúpidas vidas, porque no hay una óptica de comedia sino de drama. A esto se añaden unos diálogos tan pésimos, tan de besugos, tan en las antípodas de la inteligencia, que parece como si no supieran qué había en el guión (si es que había algo). Y si hablamos del ritmo del film apaga y vámonos. La secuencia de ocho o nueve personas cantando (unos 15 minutos) cada una por separado en el restaurante es tan paliza que ya dan ganas de irse a dormir. La secuencia de los tres en los servicios del bar es tan larga y tan insultante para la comunicación humana que parecen planos y diálogos del Gran Hermano. Pero es que es así toda la película, soporífera a más no poder. Y mira que me gustaría ser más benévolo pero me es imposible. Una tras otras van sucediéndose secuencias somnolientas, de unos diez – quince minutos de duración cada una, en las que los personajes hablan y hablan para no decir nada y se ríen sin motivo alguno. A aquellos que Whisky les pareció una buena película que se abstengan de ver Husbands y utilicen el tiempo en otros menesteres. A los que no les gustó Whisky, que huyan raudos y veloces. ¡Qué decepcionante, señor Cassavetes!
11 minutos más. Esa es la excusa perfecta para volver a ver Husbands despues de pocos meses. Si soy sincero no he notado grandes cambios. Si, la gloriosa escena posterior al funeral, la de las canciones y la cerveza, ha sido aumentada, y la posterior del baño… Pero lo importante ha sido volver a disfrutar de las andanzas de Gus, Archie y Harry, tambaleándose a un lado y otro del charco, reaccionando sus crisis de los 40 a la inesperada muerte de un compañero. No puede uno esperar encontrarse con personajes shakespearianos , ni referencias a Freud o algo que se le parezca: lo de Cassavetes es psicología de la calle , la que uno puede estudiar entre cervezas, canciones, humo y risas.
En estos tiempos en que un farsante como Reitman puede hacerse abanderado del cine independiente está bien volver al bueno de John Cassavetes, que defendía su estilo a puñetazo limpio si era necesario, que en cada secuencia exprimía lo mejor de los actores y que conseguía que sus películas fuesen casi como seres vivos.
Ahora esperemos que la señora Rowlands (viuda de Cassavetes) permita que el gafotas sabelotodo de Ray Carney indague en los archivos del director y permita sacar esas versiones primigenias, nuevos cortes, etc. con los que trabajó Cassavetes. Y que este nuevo montaje de Husbands sea solo el primer paso. Necesitamos más.
Hay dos tipos de películas: las que explican detalladamente un mundo desconocido y así logras entenderlo, y las que son tan difusas que, si no has vivido lo que muestran, eres incapaz de entenderlo.
Las películas de Cassavetes son del segundo tipo. Si no conoces los excesos del alcohol y la locura, las noches de juerga delirantes y la frustración de una vida descarriada, es difícil que puedas empatizar con los personajes, y por tanto con la trama. (Cabe una tercera opción: que conozcas muy bien las miserias que se representan y te incomode verlas).
Husbands retrata un momento de evasión de tres amigotes que, tras perder a un miembro de su pandilla, deciden tomarse un descanso de su rutina y viajar a Londres. Superan el duelo a base de alcohol y todo lo que les brinde la borrachera. Una especie de antecedente para Resacón en Las Vegas, pero mucho más subversivo e independiente. Y es que, si Resacón en Las Vegas es cine comercial apto para cinéfilos, Husbands es cine para cinéfilos no apto para el gusto comercial.
En Husbands todo el peso de la película la soportan 3 actores brillantes, que podrían llevarse la mención de guionistas, ya que todo el metraje parece un puro ejercicio de improvisación – aunque Cassavetes afirma haberse tirado años escribiendo el guion… o más bien divagaciones sobre cómo filmar este experimento-. El propio director es parte de este brillante elenco de strippers emocionales, junto con Peter Falk y Ben Gazzara.
Aunque las largas y delirantes escenas parecen írseles de las manos, todo apunta a dejar una premisa bien clara: los hombres de vidas convencionales necesitan echar una canita al aire para insuflarse vida.
Hay personas que critican que si es una película aburrida, que si las escenas podrían acortarse… No han entendido que el objetivo de John no era divertirnos, sino ofrecernos una experiencia de vida. Aunque seamos minoría, hay personas afortunadas a quienes esto nos divierte.
Quinto largometraje del neoyorquino John Cassavetes, una obra que me ha maravillado, con un mensaje único, con un mensaje con el que le he encontrado una similitud con Los inútiles de Federico Fellini. La película parece un drama Coming of age en plena crisis de los 40, una tragicomedia sobre la vida con una dirección única y unas actuaciones increíbles. John Cassavetes está demasiado bien, Peter Falk en su línea, saliéndose (Este señor no solo es Colombo ) y para destacar entre los tres, la soberbia actuación de Ben Gazzara, que se come la escena en cuanto se le ve por el encuadre.
No quiero adentrarme en aspectos técnicos, quiero hablar de ella más como la obra artística que es.
Tengo aún unos escasos 20 años, Cassavetes tenía el doble que yo cuando hizo esta película, he vivido la mitad que él, pero aún así todos tenemos algo que ver en esta película. Nosotros queremos seguir disfrutando de una juventud que queremos que sea eterna, seguir bebiendo cervezas hasta las tantas, cantándonos nuestras letras, recorrer la ciudad borrachos riéndonos de todo lo mundano que nos rodea, decirnos de todo a las tantas y acabar abrazados porque sólo nos tenemos a nosotros. Sin embargo, muchas veces en mi soledad me he parado a pensar, ¿qué pasará si un día se va uno?, ¿cuándo será la última litro de cerveza que nos tomaremos en el parque de toda nuestra vida? Ojalá nunca lleguen esos momentos, pero llegarán, es inevitable. Cada vez todos queremos centrarnos más en nuestras vidas profesionales y progresar y lo que nos quedará será ver viejas fotos con una mueca de sonrisa y una nostalgia que nos sentará como una patada en el pecho. Pues esta obra me ha hecho volver a replantearme todo esto y ha provocado que me adentrara a escribir mi primera crítica. Una obra sobre la vida, la falta de ella y para que te marque para toda ella.
Me gustaría destacar 3 secuencias que voy a analizar en la zona de spoiler.