Marea roja
Sinopsis de la película
El impulsivo Comandante del Alabama, el Capitán Frank Ramsey, y su lugarteniente, el reflexivo Teniente Coronel Ron Hunter, se encuentran en medio de un conflicto mundial. El submarino nuclear que dirigen se ve amenazado por un desequilibrado nacionalista ruso que quiere provocar la Tercera Guerra Mundial. Pero, cuando reciben órdenes de lanzar misiles nucleares, Ramsey y Hunter reaccionan de manera muy distinta y acaban enfrentándose por el control de la nave.
Detalles de la película
- Titulo Original: Crimson Tide
- Año: 1995
- Duración: 112
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Opinión de la crítica
Película
6.6
81 valoraciones en total
Lo fácil es ponerla a caldo. Ya sea por patriotera, por predecible, por inverosímil o por exagerada. Desde mi punto de vista, sin embargo, si quisiera ponerla a caldo lo haría —esencialmente— por su rancia y obcecada moraleja: las ordenanzas son sagradas. Y hay que cumplirlas. A rajatabla. Sin dejar ningún tipo de margen a la improvisación. Pero no. No lo haré. Y no lo haré porque siendo Marea roja la típica y tópica fantasmada yankee, ponerla a caldo porque el héroe de turno triunfa y salva al mundo de una hecatombe nuclear gracias a su irreprochable integridad blablablá blablablá me parece, pues eso, demasiado fácil.
Tan fácil, pero más osado no obstante, como me resulta defenderla, por cierto. Y si no defenderla, sí darle —como reza el aforismo— al César lo que es del César. Porque de lo que no me cabe ninguna duda es que Marea roja es una peli fluida, ágil, entretenida y vibrante. Cualidades, todas ellas, fundamentales para que una peli comercial funcione correctamente. Y eso es —ni más, ni menos— lo que consigue la peli de Scott: funcionar correctamente y dispensarle a la sufrida prole cinéfila cerca de dos horas de adrenalina por un tubo. Que no es poco, por cierto.
A partir de ahí, lo dicho: que si patriotera, que si predecible, que si inverosímil… Que si Hackman sobreactúa, que si las trompetitas épicas me están hinchando las pelotas, que si me pica el periscopio, que si los caballos lebrijanos nacen blancos o nacen negros… Que sí, que sí… Lo que queráis. Pero os la habéis tragado con patatas. Y bien a gusto. Quizás es que no es tan mala ¿no?
La desgracia de Tony Scott es la de ser el hermano de Ridley Scott. Y ya se sabe, si las comparaciones son odiosas, lo son más si se trata de tu hermano.
Con el tiempo ocupará la posición en el altar de los cineastas que se merece. Sin llegar a las genialidades de su hermano con Blade Runner o Alien, ha llevado una carrera más constante y con una media de calidad alta, muy alta. Es más, teniendo en cuenta que Ridley ha sido capaz de rodar cosas infames como 1492 creo Tony que se merece un respeto mayor.
Soy fan de las historias de dilemas morales y esta es una. Cualquiera que se haya visto en una situación crítica sabe lo difícil que es mantener su posición contra la presión de todos los demás. Me ha tenido enganchada desde el principio hasta el final y creo que se merece que la veamos sin los prejuicios antiamericanos.
Si pudiera, haría un experimento: cambiar el nombre del director que aparece en la ficha de la película y en vez de poner «Tony», escribir «Ridley». ¿La nota global subiría de forma automática? Nunca lo sabré.
De verdad que no entiendo esta fobia a un director que tiene trabajos tan dignos y tan buenos como esta «Marea roja», con la que nos ofrece un ejercicio de buen cine, a medio camino entre el género de acción y el bélico. Curiosamente, si hubiera reducido la acción y aumentado las pausas, el resultado hubiera sido algo más serio, pero tal y como es, es más que buena.
Porque el resultado es una película cohesionada, intrigante, muy humana y adrenalítica, y no porque sea rápida o espectacular, sino porque en cada decisión que tomas va la vida en ello. Y eso hace sudar al más pintado. Como personajes principales, un Denzel Washington y un Gene Hackman que llenan toda la película (siempre oscura) con su presencia y ese talento que les sale a borbotones. Si es que una no se cansa de verles. Inmejorables cada uno representando una forma de concebir el poder, dejando atrás la dicotomía bueno/malo, lo malo es, en sí mismo, la guerra.
Además, Tony Scott se dedica a embellecer el interior de un submarino como no pensé que se haría: atención a ese juego de luces que tanto molesta a algunos, con una formidable fotografía en rojo y verde, y unos primeros planos que ya los quisieran muchos. Viggo Mortensen nunca ha aparecido (ni aparecerá) tan espectacular en pantalla, gracias a la cámara de un director que no se limita a enfocar, sino a crear.
Y eso sí que no tiene precio. Un siete, y casi me quedo corta.
Bastante decente peli de submarinos, más inteligente de lo que suele ser habitual en este tipo de productos netamente comerciales.
Toda la película se basa en la confrontación entre el comandante y su segundo (unos espléndidos Gene Hackman y Denzel Washington), no solo en cuanto que personajes sino con respecto a sus ideologías también. Ramsey es un autoritario, impulsivo y algo desequilibrado comandante, mientras que Denzel Washington es su oficial reflexivo, inteligente y mucho menos propenso a tomar decisiones a la ligera. Un acierto innegable de la película es no convertir inmediatamente a Gene Hackman en un fascista (que lo es, pero tampoco hace falta resaltarlo más de lo necesario), para que no derive todo en un buenos contra malos que sin duda hubiera sido menos interesante. Hay personajes que actúan mejor que otros, evidentemente, pero en general el dilema de la película no es una cosa que se resuelva con un simple sí o no (tesis que también defiende el desenlace de la película).
Lo que menos me gusta del conjunto, paradójicamente, es que hay demasiada acción. La verosimilitud y el interés que se consiguen con la confrontación entre ambos (por ejemplo en la escena en que hablan sobre la bomba de Hiroshima), se echa un poco a perder cuando el guion se desmadra y (VER SPOILER). Ese tipo de detalles, unidos a típicos tics hollywoodienses como las escenas de cuenta atrás que se resuelven en el último segundo, algo claramente hecho para elevar el suspense al máximo, es lo que hace que la película no pase de ser un muy correcto producto de acción.
Tony Scott se muestra bastante contenido (tampoco hay mucho espacio para hacer tonterías dentro de un submarino), y demuestra su dominio de la puesta en escena con secuencias como la de la patriótica y algo repelente arenga que le suelta Gene Hackman a la tripulación antes de zarpar, de estética casi un poco nazi (en realidad todo lo militar suele tender a ese mismo aspecto), y en la que juro que se me ponen los pelos de punta. También está bien por ejemplo la escena en la que los dos oficiales discuten acaloradamente entre ellos, ya que no solo ambos gritan como descosidos sin escuchar al otro, sino que además se produce un efecto muy cómico al no estar ni siquiera mirándose mutuamente. Atractiva banda sonora de Hans Zimmer, por cierto, que luego repetiría con pequeñas variaciones en muchas otras películas.
Siguiendo la misma línea que a la caza del octubre rojo la película nos sitúa en el polémico tema de los submarinos nucleares, armas de enorme poder destructivo que no siempre están en las mejores manos. Además de tener una buena banda sonora la película consigue sumergirnos en un clima de tensión que mantiene la constante atención del espectador, el suspense creado es el escenario donde los dos protagonistas: Gene Hackman y Denzel Washington dan a lucir sus buenas dotes de actor. Aunque la trama no deje de ser previsible tampoco destruye la intriga.
El guión cumple con lo que se le exige: enfrentamiento tenso entre mandamases.