Mararía
Sinopsis de la película
Lanzarote, años treinta. Un médico vasco y un vulcanólogo inglés compiten por el amor de Mararía, una muchacha ansiosa por salir de la isla. Ella se enamora del inglés, pero él la deja plantada el día de la boda. Al estallar la Guerra Civil (1936-1939), el médico tiene que marcharse. A su regreso, estalla la tragedia. Una tragedia profetizada por la santera Herminia, la madrina de Mararía.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mararía
- Año: 1998
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
Película
5.2
42 valoraciones en total
Mararía , película basada en la novela homónima del escritor tinerfeño Rafael Arozarena, presenta sin duda una nueva imagen de las cinematográficamente desconocidas Islas Canarias. Y es que podemos destacar de este filme una fotografía espectacular que ya de por sí exigía el paisaje de Lanzarote.
La historia de amor, en comparación con la novela, sí adquiere fuerza dramática, pero la sucesión precipitada de acontecimientos del final de la película bien podría haberse repartido más a lo largo de toda la cinta.
Eso sí, Pedro Guerra se configura como uno de los maestros españoles de la música, que al hacer este pinito en el cine, ha demostrado que su polifacética creatividad puede llegar a muchos rincones del alma, y puede realzar el trabajo de la actriz Goya Toledo, algo soso y apático.
En definitiva, Mararía es una buena historia que resalta sobre todo por tener una música que transmite más sentimientos que los propios actores, y que es sin duda una buena forma de conocer Lanzarote sin haber pisado sus ásperas y espectaculares piedras volcánicas.
La belleza del entorno y lo cuidado del paisaje contrastan con la falta de intensidad de la película. Es una historia interesante muy mal contada. La idea de la isla como mujer (hermosa, volcánica, fértil…) El libro de Arozarena sigue siendo superior al film. Sus hermosas descripciones y la capacidad de delinear las personalidades de los personajes parecen sólo pinceladas superficiales en la película.
Lo mejor del film sin duda alguna es el escenario natural que se puede contemplar con tan sólo un viaje a esta isla maravillosa. La historia no es que aburra pero sí carece de gancho. Quizás lo más significativo sea ver el modo de vida de antaño y las creencias brujeriles que se muestran.
Buena película, adaptación de la novela del mismo nombre. Es evidente que la fotografía en la película es impresionante, da una visión muy calida de la isla de Lanzarote. Me ha parecido bueno el trabajo de los actores Carmelo Gómez y Goya Toledo.
Por contra, he de decir que a la película le sobran algunas escenas que no aportan nada al argumento, salvo admiración por el paisaje.
Sin duda, lo mejor de la película y que le suma puntos a la misma es el excelente tema principal de Pedro Guerra que se va presentando de distintas formas a lo largo de la misma.
Como documental excelso de una de las islas más bellas del planeta, Lanzarote, Mararía se deja ver con fruición. Díganme si no son maravillosos paisajes como La Geria, La Playa del Papagayo, La Atalaya del Femés, el Parque Nacional de Timanfaya, Las Salinas del Janubio y el eterno contraste entre los cielos casi siempre teñidos de azul y la tierra teñida de negros, marrones y ocres de la isla canaria más sahariana .
Por otra parte, la ambientación también es excelente y los canarios que hemos nacido a partir de la segunda década del siglo XX agradecemos tener la oportunidad de acercarnos a los trabajos y costumbres de nuestras generaciones anteriores, antes de la inevitable irrupción del progreso.
La pena es que un marco tan excelso como el inigualable paisaje conejero y la singular idiosincracia de mi tierra natal, pródiga en amabilidad y atenciones a los foráneos, no esté acompañado por una historia a la altura de las circunstancias: una trama lineal de amores y sufrimientos extendida hasta la extenuación que no se sostiene por ningún lado, claramente desaprovecha una oportunidad única de encontrarnos con un clásico en mayúsculas del cine español, a mi entender, poco pródigo en buenos resultados.
Banda sonora adecuada del cantautor tinerfeño Pedro Guerra, que sabe juntar con maestría el folklore que corre por nuestras venas con matices pop accesibles al público en general.
Mararía despierta un hermoso recuerdo de lo que Lanzarote era en los albores del nacimiento del turismo y antes de que la sobreexplotación del cemento saturase mucho de sus encantos. Todavía estamos a tiempo de evitar que la ambición y la codicia mate nuestras señas de identidad canaria. Personajes como el arquitecto Fernando Higueras, recientemente fallecido, y, por supuesto, César Manrique, el artista canario más internacional, fueron estandartes del respeto absoluto de nuestros paisajes isleños sin renunciar al progreso.