Manderley
Sinopsis de la película
Tres jóvenes, Olmo, Paula y el actor, bajo diversas crisis personales y unidos por su condición homosexual, se van de la ciudad, dispuestos a pasar el verano en un caserón de la cornisa cantábrica. Pero la esperanza de que, con el cambio de medio, todo pueda ser diferente se va diluyendo con la llegada de la lluvia, con la imperceptible frustración que proporcionan los actos nimios y cotidianos. Al final del verano, ningún proyecto se ha llevado a cabo y los tres se aprestan a regresar, tras aquel paréntesis en Manderley, a la vida urbana.
Detalles de la película
- Titulo Original: Manderley
- Año: 1981
- Duración: 103
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Opinión de la crítica
5.1
82 valoraciones en total
En los principios de los 80, con la recién estrenada democracia, se produce una explosión de cine y teatro provocador, como una acusación a todo el tiempo de represión. Básicamente serán el sexo y la religión los temas sobre los que se romperá con el pasado. La política y lo militar, todavía son temas en los que la crítica se reprime por un cierto miedo. Como en otros países, estas provocaciones se hacen al margen de los circuitos comerciales pero sin alejarse demasiado. Ocaña en esos momentos, está consiguiendo un gran éxito de público en la noche de Barcelona. El director trabaja sin un guión previo y desarrollado, limitándose a dejar actuar –es un decir- a los tres protagonistas que evolucionan delante de la cámara sin ton ni son. De vez en cuando se pegan unas enormes parrafadas en un discurso existencial que no va más allá de la pseudofilosofía. Tiene bastante de surrealismo al estilo de Buñuel, pero no está plasmado en las imágenes como lo hiciera el de Calanda. Termina la película, de una forma un poco extraña, y te quedas con la sensación de haber perdido el tiempo.
Manderley es underground ochentero.
La supuesta transición postfranquista permitió ciertos atisbos de libertad en el cine español. El incipiente cine de Almodovar, Zulueta, Eloy de la Iglesia y esta rareza que nos ocupa son claros ejemplos de intentos de hacer un cine underground, libre, sin corsés temáticos o discursivos. El primer film de Jesús Garay parte de una premisa simple, tres amigos gays pasan unas vacaciones de verano en un caserón de la costa Cantábrico.
La transgresión es trabajar sin una trama al uso y dar rienda suelta al delirio filosófico que nos regala momentos míticos (Ocaña recitando a Miguel Hernández) con otros más irregulares. Al final el film reflexiona sobre el paso del tiempo, el deseo y tiene mucho de frustración ante la realidad que lejos de ser transgresora, acaba impregnando el tono del film.
Al final no deja de ser interesante como documento antropológico de las neuras y hábitos de la juventud alternativa de la época, más que por sus valores cinematográficos.