Lovelace
Sinopsis de la película
Linda Lovelace es conocida principalmente por el notorio éxito de taquilla de la película porno de 1972, Garganta Profunda. Más tarde, cuando dejó el negocio del porno, la actriz se divorció de Chuck Traynor y recuperó su verdadero nombre: Linda Boreman. Además, acusó a su exmarido de haberla obligado a prostituirse y dedicarse a la pornografía, recurriendo a todo tipo de violencia e incluso al hipnotismo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Lovelace
- Año: 2013
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.4
68 valoraciones en total
Si algo hay que decir después de ver Lovelace es que, por si no lo habíamos notado, Amanda Seyfried es un actrizón como la copa de un pino. Desde aquella alocada chica del tiempo que predecía tormentas tocándose los pezones hasta este papelón hay un buen trecho que ha pasado por Los miserables, Mamma Mía, Chloe y una decena de personajes notables, pero en absoluto sobresalientes. Pues bien, el momento le ha llegado. Lovelace es un entretenimiento bastante vacío de no ser por la mágica interpretación de su protagonista, en el rol de la actriz que revolucionó el mundo del porno y del cine de bajo presupuesto. ¿Por qué le doy un 9 entonces?… Precisamente porque el reparto es absolutamente perfecto-ojo a esa Sharon Stone afeada en plan madre maruja- y en algunos momentos roza la brillantez. Desde luego no cuando se pone en plan dramático chungo, que afortunadamente viene a ser en la parte final y se digiere rapidito. En su arranque loco y como reflejo de aquella exagerada generación que hoy nos parece de culebrón, con ese derroche de brillantina y reflejos almibarados, Lovelace es infinitamente mejor de lo que cabría esperar.
Lo mejor: Amanda Seyfried, evidentemente. Ya hubiera querido Linda Lovelace esa cara… James Franco, secundario de lujazo. Ay, esa escenita en el cine…
Lo peor: Se pone seria, sobre todo maltratando al ya de por sí repelente personaje de Sarsgaard y uno no sabe qué está viendo. Algo similar pasaba con la Dreamgirls de Beyoncé.
Recomendable, casi obligatoriamente en versión original.
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Antes de ser estudioso del cine y sus técnicas, soy espectador, del mismo modo en que, antes de ser escritor de novelas, soy lector. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: MALA.
Soy conocedor de la historia, porque personalmente hice una exahustiva crónica que saldrá a la luz el próximo marzo en Escaparate Valenciano. A través del meticuloso estudio de algo que viví en mi época, puedo afirmar que esta película, además de mala, es una insolente mentira. Todo indica que los productores han seguido la línea marcada por Calvario , uno de los libros de Linda, pero omitiendo importantes pasajes que les habría procurado grandes dolores de cabeza. Porque nadie que ha estudiado con rigor la historia de Linda Lovelave, puede tomar como ciertas las afirmaciones que comenzó a gestar a partir de su libro Dentro de Linda Lovelace , publicado en 1977. El cariz de la farsa generada por la película que la persiguió durante toda su vida, más allá de Garganta profunda , y de título Dogorama , hace que todo lo demás tenga que ser examinado a través de la lupa más rigurosa. Esta película de zoofilia, filmada en super 8mm en un apartamento de Nueva York, habla por sí sola. Fue puesta en circulación por el productor Al Goldstein para desmentir las afirmaciones de Linda. Como bien sabía Goldstein, a la cámara no se le puede engañar, y, lejos de ver a una actriz sumida en el terror y la presión psicológica, vemos a una exultante y divertida Linda. Todos los participantes en dicha película, entrevistados años después, afirmaron categóricamente que Linda no sólo funcionó a las mil maravillas, sino que pareció disfrutar con ello. Al principio, Linda desmintió las afirmaciones filtradas sobre que a ella gustaba la zoofilia, así como también el haber participado en películas de este tipo. Cuando la cinta en cuestión salió a la luz, no tuvo más remedio que cambiar el discurso, alegando que la habían obligado a punta de pistola. Algo natural en quien desea ser aceptada por la inflexible sociedad americana. Pero aún hay más, mucho más, que no voy a destripar aquí. Quede pues la película como una muestra más de la trasnochada ideología hollywoodiense, y un panfleto moralizante alejado totalmente de la verdad.
Escribir la crítica sobre Lovelace a sido un desafío. Me gustó la película porque me gusta todo lo que tenga que ver con los años 70 y cómo se represente (vestimenta, moda, música, autos, etc..). Pero en el plano de la historia real de Linda Lovelace esto es totalmente falso.
Basta con husmear un poquito en la biografía de Linda Lovelace para que nos demos cuenta de que la historia que se cuenta en este film está completamente mal, los acontecimientos no fueron así. Aquí tenemos a una Linda totalmente victimizada a grados extremos, por supuesto que Hollywood quiere un drama que venda, que cause lástima y pena a todos los espectadores, y que se lleven un mensaje a su casa al salir del cine, pero esa no fue la verdadera historia.
Si quieren conocer la historia REAL de Linda Lovelace aquí no la van a encontrar.
Eso no quiere decir que como obra de ficción no sea buena, es corta, pero sus actores se desenvuelven bastante bien en sus personajes (hasta donde pueden llegar) y estoy seguro que muchas mujeres en la vida real viven esto, un tormento junto a tipos completamente controladores, pero no hay que hacer víctimas gratis.
La década de los 70s fue un periodo en el tiempo plagado de sucesos fantásticos, bizarros y que cambiaron el mundo en muchos aspecos, hubiera esperado que se tratara de una manera más seria la vida de uno de los tantos personajes de tal década: Linda Lovelace.
Lovelace es una película correcta que podría haber sido mayúscula de no haber sido víctima de una extrema precaución. Está rodada como si no quisieran que una granada sin espoleta les explotara en la cara. 93 minutos apresurados (aunque se agradece la concisión en estos tiempos en que en seguida te meten dos horas veinte con cualquier tontería) en los que se repasa someramente una de las vidas más turbias y duras de la cultura americana posmoderna desde un punto de vista bastante naïf. Es como si director y guionista se hubieran mirado y dicho: mejor no la liemos, que los cines X ya no se llevan y a ver cómo nos lo montamos para rodar una peli razonablemente blanca sobre la vida de una estrella del porno.
Y no nos engañemos: ni se llevan ya los cines X, ni se lleva el público de películas comerciales al que le apetezca ver un drama psicológico de calado. Superficial? Sí, lo es, aunque a mí me ha gustado bastante. Me habría interesado más si hubiera sido más turbia y dolorosa, cosa que en el caso que nos ocupa significaría simplemente realista. Pero debo reconocer que tal y como está es eficaz desde un punto de vista tanto cinematográfico como comercial, y diría que ese tonillo ligero tiene incluso cierta voluntad meta, como si se diera a entender que la misma Lovelace no daría demasiada importancia al relato de su fama.
Me ha gustado Amanda Seyfried, que es una actriz maravillosa e intensa. Me gustó en el bodrio de Mamma Mia, me dejó muerta en el buen sentido en la impresionante, y extenuante -hasta para el espectador- Los Miserables y aquí me la creo interpretando a esa mezcla de vecina de al lado y bomba sexual más o menos consciente de ello.
Me ha gustado el resto del elenco, mención especial a Sharon Stone haciendo de señora de su edad con un rictus de amargura y dolor que es la viva imagen de una Bernarda Alba californiana.
Me ha gustado la estructura. La primera mitad de la cinta refleja lo bueno -aparentemente- de la vida de Lovelace. Un marido que la quería y la ponía mirando a Cuenca la mar de bien, el deshacerse de la madre cancerbera, los avatares más insólitos y divertidos de su entrada en el mundo del porno -rodados en clave de comedia y con bastante gracia-, cómo Deep Throat transcendió el porno y se convirtió en un fenómeno de masas y en un alegato sobre el derecho de la mujer a la búsqueda y exploración del placer.
Pero como todo tiene dos caras, la segunda parte de la cinta nos introduce en el infierno de vida personal que llevó a Lovelace hasta -esto no sale en la peli- el rodaje de clips zoófilos. El maltrato sistemático por parte de su marido, el rechazo por parte de su puritana madre, la explotación sexual y económica que le infligió el esposo, la falta de libertad para organizar su vida una vez éste se dio cuenta que lo que tenía su mujer en la garganta era una mina de oro, no el clítoris.
La película huye del adoctrinamiento y la compasión. Al final, cuando Lovelace hace su speech televisivo, acecha la música y el tonillo telefilmero, pero vuelvo a ver ahí esa misma voluntad meta que sobrevuela la espuma de los días supuestamente felices de Lovelace: no es que sea un momento sensiblero, es que así esperaba América que lo fuera, pese a que Lovelace nunca se tuvo demasiada lástima a sí misma. Sí renegó de sus días en el porno, pero nunca se convirtió en una puritana.
Con una dirección acertadísima, un equilibrado juego entre la comedia y el drama, una actriz principal maravillosa y una notable ambientación, Lovelace es un producto más que digno que desgraciadamente no transcenderá porque le falta el aplomo de un guión de peso, pero es más que disfrutable.
Un guión deficiente, con lagunas, sesgado, que no permite entender la evolución personal del personaje principal. Sarsgaard muy convincente. la seyfried, más o menos…
Guión sin contexto. Cuando lees la biografía de la Lovelace, te das cuenta que la película quiere redimirla, cargando sobre el esposo toda la responsabilidad. Y eso violenta los hechos.