Los límites del silencio
Sinopsis de la película
Michael Hunter es un psicólogo cuya carrera ha tocado fondo tras el suicidio de su hijo Kyle. Separado de su esposa, Michael es rescatado de su abatimiento por una asistente social, Barbara. Ésta le ayudará a evaluar a un nuevo paciente, Thomas Caffey, un chico adolescente traumatizado por un acontecimiento horrible que tuvo lugar cinco años atrás.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Unsaid
- Año: 2001
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6
50 valoraciones en total
Es la primera película que veo de este director. Leo algunas críticas y me parece que se ensañan con él por su pasado de películas malas. A menudo producciones muy mediocres son analizadas como obras de culto por tratarse, simplemente, de un realizador con algún prestigio. La injusticia también tiene su lugar destacada en este intrascendente juego de opinar porque sí o porque te paguen en un periódico. Instrascendencia que a menudo dañan la trayectoria profesional de una persona.
En este caso, veo un trabajo notable en el guión y muy interesante en la realización. La trama desarrolla una historia atractiva, manteniendo en alta posición una suma de intrigas hasta el último momento. Por contra de lo que se ha dicho, nada convencional me resulta el punto de partida donde el suicidio de un miembro destacado de una familia sea el motor del drama, el desencadenante de la historia, y menos aún que a lo largo de la misma el espectador no pare de hacerse preguntas, inquieto por saber más de este y aquel personaje y más aún de los secretos de casi todos.
Otro elemento realmente atractivo es el de unir el conflicto ante los abusos sexuales con los abusos de poder de autoridades en las que se confía plenamente una vez que se llama a su puerta. Esto es algo muy importante y si bien sí ha sido tratado muchas veces en el cine, no de esta manera en la que un padre es responsable indirecto del acto criminal.
No entro en detalles para no desvelar la inquietante trama elaborada con buenas dosis de misterio y humanas emociones. El final tiene su toque convencional pero resulta muy coherente con el trayecto de un viaje sinuoso y desesperado al que se nos ha invitado con generosas dosis de creatividad y buenas interpretaciones. Andy García (sin acento en los créditos, seguramente por influencia anglosajona) es un actor que no suele gustarme, más bien me repatea, pero reconozco que aquí me conmueve, me identifico plenamente con su agónico padecimiento, una lucha sin cuartel que durante bastante tiempo acomete en absoluta soledad. Es, también, productor ejecutivo y creo que en este aspecto ha colaborado notablemente en el buen resultado de la producción.
De estructura narrativa convencional, siguiendo las fórmulas ya preestablecidas del thriller, Los límites… juega con dos psiques: la de un psiquiatra que ha perdido a su hijo años atrás y la de un paciente que, aparentemente, vio la escena de la muerte de su madre a manos del padre. La peli busca más de lo que puede alcanzar y , por ende, consigue menos de lo que alguna vez pretendió. No obstante, el intento no es del todo fallido.
Porque el ritmo es bueno, porque la trama está muy bien llevada de no ser por una excesiva cantidad de flash backs que atentan contra todo tipo de sugerencia. En este aspecto la peli fluctúa constantemente entre lo que quiere sugerir y lo que termina por mostrar con bombos y platillos. De pronto todo se vuelve muy explícito y esa cámara que puede moverse con criterio termina por esbozar una cara demasiado indecisa . Las ideas se pueden captar, no son tan intangibles, el curso de la historia es bastante previsible pero curiosamente no cae nunca en el aburrimiento. Existen numerosos indicios de lo que en algún momento de la filmación pretendió ser una puesta en escena de conflictos intimistas, pero la estructura narrativa se encuentra demasiado subordinada al vicio thrilleresco, y esto a veces le juega en contra.
El resultado final se degusta a regañadientes, puesto que puede percibirse la intención de que todo esto haya llegado a más, y sin embargo debió conformarse con un producto poco más que discreto.
Un detalle: la música de fondo es demasiado similar a la de Naúfrago…
Todo el desarrollo de la trama tiene la virtud de tenerte en vilo, esperando ver hasta dónde saltarán los resortes psicológicos de tu propia conciencia, ante situaciones traumáticas, extremas, que hasta pueden ser indeseablemente desatadas por quienes luego van a padecerlas. La narración resulta impecable. Hay un excelente manejo de la intriga, el suspenso, el deseo de indagar más a fondo en lo que atormenta a los personajes… Los actores, impecables, en particular Andy García (que no es mi ídolo, pero aquí, merece que nos saquemos el sombrero).
Lástima el final, que transforma todo el drama (o, más bien, los dramas) que estuvimos intentando desentrañar entre tanta cosa no dicha , en esa suerte de redención que Hollywood siempre reclama. De todos modos, no logra opacar el excelente desarrollo de todos los minutos previos.
Vale la pena verla. Sirve para mirar dentro de nosotros mismos y, sobre todo, nos convence de la necesidad de que nada quede No dicho . Es una pena que no se haya respetado el título original (The Unsaid), que es en extremo elocuente respecto de la esencia de lo que veremos, que es lo más valioso del film.
Michael Hunter es un psicólogo que todavía está convulsionado por la tragedia del suicidio de su hijo. Su familia se está desmoronando y su hija adolescente se está alejando de él a medida que madura. Bárbara, una ex-alumna de Michael, le pide que salga de su retiro para tratar a un joven, Tommy, que vive en una residencia.
Los límites del silencio resulta ser una película tópica en cuanto a argumento se refiere. Rodado en Regina (Canadá) a mediados del 2000 bajo la dirección de Tom McLoughlin (un veterano de la serie B del género de terror) el film nos introduce en una dramática historia acaecida a Michael Hunter, un solitario psicólogo abrumado tras el suicidio de su hijo. La trama tomará al propio Hunter como su eje central, en torno al cual se desarrollaran el resto de personajes: Tommy, un adolescente aparentemente tranquilo que se encuentra internado tras la muerte de su madre en un altercado doméstico, la hija de Hunter, una joven alejada cada vez más de su padre y Bárbara, exalumna de Michael con el que mantiene una cierta tensión sexual. En este aspecto, el metraje con una duración cercana a la hora y media presenta un muy buen nudo, con un ritmo pausado pero que encandilara al espectador y un mal desenlace, demasiado sensiblero, teñido de un tufillo hollywoodense que no favorece en absoluto al carácter de la historia.
Desde el punto de vista formal, este título se muestra bastante homogéneo. La uniforme combinación de planos unida al uso de unos movimientos de cámara muy en profundidad deja un sinsabor de boca más que evidente. La fotografía tampoco contribuye a ensalzar el sabor del film, Lloyd Ahern utiliza una iluminación natural combinada con una tonalidad apagada tanto armónica que crea un ambiente incoloro, triste. El reparto encabezado por Andy Garcia (Ocean´s 12, giro inesperado, confidence…) lleva a cabo un aceptable trabajo, sin duda lo más destacable dentro de toda la película. Andy aunque no en su mejor papel, deja eso si algunos detalles de lo gran actor que es. Mención especial para el siempre aplicado Vincent Kartheiser, encuadrado de nuevo en un personaje desequilibrado, como ya ocurría en Asesinato en Suburbia. Entre los secundarios brilla la atractiva Teri Polo (los padres de el/ella, falsa identidad, amar peligrosamente…). La banda sonora de Don Davis (Matrix Revolutions/Reloaded, Tras la línea enemiga…), combina emotivas partituras que refuerzan la psicología del film.
Como ya dije antes, Los límites del silencio flaquea por tener un insípido final y una dirección poco esmerada. A pesar de todo este largometraje resulta más que recomendable para pasar un rato entretenido.
Una buena opción si lo que se busca es un filme poco ambicioso que mantenga en vilo durante gran parte de su metraje. Esta cinta irradia una atmósfera de heridas psicológicas, de sucesos ocultos en el pasado de los personajes que sirven como motor que da vida y hace que las variantes sean atrayentes, generando un clima de latente incertidumbre sobre qué es lo que en verdad ha sucedido en ese enigmático pasado que debemos descifrar.
Gran labor de Andy García como protagonista principal encarnando a un shockeado psicólogo que tiene como desafío el tratar de servir de ayuda a un adolescente alterado por vivencias de una infancia que esconde un aterrador secreto, el cual sin dudas es lo que mantiene despierto el apetito de visionar esta cinta por momentos cautivadora a pesar de seguir muchos de los convencionalismos de los thrillers de suspense que ha dado Hollywood.