Los Hollar
Sinopsis de la película
John Hollar es un aspirante a artista que debe salir de su cómoda vida en Nueva York y alejarse de su hermosa novia, para poder así regresar a su ciudad natal del medio oeste y ayudar a su familia a salir adelante cuando su madre necesite una cirugía cerebral. Esto ocurrirá mientras se divide entre su antigua vida y la actual, en la que debe lidiar con un hermano desvalido, un padre con ansiedad y su antiguo amor de la escuela.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Hollars
- Año: 2016
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
5.9
84 valoraciones en total
Este viernes 17 de marzo se estrena en las salas españolas, a través de la distribuidora Sony Pictures Releasing de España, la película Los Hollar, dirigida y protagonizada por John Krasinski. Se trata de un drama familiar en tono de comedia sobre la familia, el amor y la amistad, con unos parámetros muy característicos del cine independiente americano. El reparto se completa con Margo Martindale, Richard Jenkins, Anna Kendrick, Sharlto Copley y Charlie Day.
John Hollar (John Krasinski), un aspirante a artista, se ve obligado a abandonar su cómoda vida en Nueva York y regresar a su pueblo natal, tras recibir la inesperada visita al trabajo de su novia Becca (Anna Kendrick) con la terrible noticia de que su madre necesita una cirugía cerebral. Su madre, Sally (Margo Martindale) tuvo un desmayo esa misma mañana y se le ha detectado un tumor que ha estado creciendo durante más de diez años. La repentina reunión familiar que llega en plena crisis existencial para John Hollar, servirá finalmente para encontrar un sentido a su vida.
A pesar de que la premisa suena a típica sitcom y transmite la sensación de ser una historia con personajes y lugares ya vistos anteriormente: reunión inesperada de familia disfuncional muy utilizada en el cine independiente (Algo en común, Captain Fantastic, Pequeña Miss Sunshine, Nebraska….), y de que, además, es una trama predecible en gran parte de su metraje, se trata de una película perspicaz y encantadora, escrita de forma entretenida, alegre y angustiosa por el guionista James C. Strouse, y que camina por la delgada línea que separa el humor de la tragedia con una sutileza e ingenio ligeramente agridulce.
Los personajes masculinos en Los Hollar se caracterizan por ser inseguros e inestables, además, dependen y necesitan el apoyo de sus mujeres, más fuertes que ellos mentalmente, para sentirse bien. John tiene miedo de tener un bebé con Becca, y por consiguiente, a ser padre y asumir nuevas responsabilidades, por lo que no quiere casarse. El Padre de la familia, Don (Richard Jenkins), se siente indefenso y necesitado ante la posibilidad de perder a su esposa, y su hermano Ron (Sharlto Copley) vive en casa de sus padres porque decidió divorciarse, pero se da cuenta que cometió un error y quiere volver con ella.
Los Hollar empieza con bastante fuerza y consigue durante la mayor parte del relato dar una intensa y honesta mirada sobre la familia, el amor y la amistad, sin embargo, decae en el tramo final por su tono excesivamente convencional, poco creíble, y demasiado cursi que no consiguió conmoverme a pesar de las espléndidas interpretaciones del buen elenco de actores que conforman el reparto, y de la sensacional banda sonora a cargo Josh Ritter, con su música entusiasta y positiva, y sus interesantes letras sobre la lucha y el dolor perfectamente integradas en la trama de la película.
Hay que destacar la poderosa actuación de Margo Martindale, como Sally, la matriarca de la familia, una mujer fuerte de mente que, de repente, se enfrenta a su propia muerte. Ella es el centro de la película y el corazón de la familia, y nos ofrece un magnífico y poderoso momento interpretativo poco antes de entrar al quirófano al sufrir un inevitable ataque de pánico. Y, resaltar también, la notable presencia de Richard Jenkins, como Don, muy emocionado por la dolencia de su mujer que no concibe la vida sin ella.
Este segundo largometraje de John Krasinski como director, tras Entrevistas breves con hombres repulsivos (2009), que tuvo la dificil misión de adaptar una colección de cuentos de David Foster Wallace a una narración coherente, se nos presenta como una película sin muchas pretensiones, encantadora y terriblemente conmovedora acerca de una familia que se une ante una crisis repentina, pero que se va diluyendo poco a poco como un azucarillo dando la sensación de que la historia podía haber dado más juego.
CINEMAGAVIA
a) Película sencilla sobre gente normal. Grandes personajes, buenos diálogos y una historia bien contada. Tragicómico relato sobre unos seres perdidos entre el nacimiento y la muerte. Sensible aproximación a sus cuitas y complejos en un tono amable pero incisivo.
Brillante y agradable. Para toda la familia.
b) Un capítulo más de esa serie infinita, interminable, la que tiene que ver con el cine indie, la familia y las penas y las risas de criaturas peripatéticas. Con las mismas canciones intercambiables y el mismo aire de inofensiva medianía.
Cine hecho para gustar en el peor sentido, en el de abandonar la exigencia y buscar la emoción más simple. Con los tristes tópicos y socorridos temas en estos casos. Aquí hijo pródigo que vuelve a casa con enfermedad de echarse a temblar al frente. Personajes fracasados y entrañables que huelen demasiado a prefabricados. La naturalidad se sacrifica en aras de la banalidad y el golpe de efecto. El humor es blando y oportunista. La tragedia es forzada y almibarada. El conjunto es artificial, previsible y acomodaticio. Convencional, falso y rendido. Sin gracia verdadera, sin gusto del bueno. Sin alma, sin ciencia, sin nada. Títeres todos, marionetas tontas en manos de unos creadores que confunden el buen trabajo con el masaje más tibio al espectador aturdido y/o bien intencionado.
En verdad es roma y chata. Nunca podrás saber si la viste o te la contaron. Al cabo del tiempo (no mucho) confundirás los actores con los escritores con el fotógrafo. Y no importará. A nadie.
Tú eliges. Yo me quedo con la c).
Aunque a simple vista Los Hollars parezca girar sobre una trama dramática, Krasinski opta por cambiar el chip y ofrecer una historia dura, endulzada gracias a la comedia. Los puntos cómicos son conseguidos gracias a la interacción de los personajes y a los problemas de estos que provocan situaciones absurdas. Pero cuando la historia demanda algo más serio, la comedia se deja a un lado para no caer en lo absurdo. Aun así, estas escenas son edulcoradas y se muestran muy delicadas. Krasinski ha tratado el tema del tumor desde una perspectiva cómica pero sin dejar de lado la realidad y la dureza del tema.
Sin duda, todos esos sentimientos que transmite la película no hubiesen sido logrados sin el papel de Margo Martindale, quién brilla en todas las escenas en las que está presente. Además, es un personaje que gracias o debido a su situación, provoca que el resto de personajes evolucionen con la experiencia, por lo que se convierte en un pilar esencial dentro de la cinta.
La película tiene un ritmo muy dinámico y eso se debe a que las escenas son bastante cortas, la mayoría no sobrepasan los dos minutos, por lo que vemos como suceden muchas cosas en poco tiempo. Además, el tiempo real de la película transcurre en algo menos de una semana y hay tres tramas que se desarrollan a la par, por lo que el tiempo se encuentra distribuido entre estas situaciones sin dar demasiada prioridad a ninguna de ellas.
Y aunque la fotografía no destaque demasiado, lo que si despunta es su banda sonora. La música de Los Hollars está presente en mucha de las escenas, y no solo eso, sino que se hace notar y no pasa desapercibida. Se amolda muy bien a las situaciones y en varias ocasiones eclipsa hasta la propia imagen.
Los Hollars es una película familiar cuyo punto fuerte son emociones que transmite la propia cinta. Son una auténtica montaña rusa pero siempre con ese toque de dulzura.
Simpática comedia dramática que trata de poner una sonrisa en mitad del drama. Se le puede acusar de contarnos una historia cuyo desenlace es previsible, pero aún así no deja de resultar emotivo ese final.
Lo mejor, al margen de la banda sonora, la actuación del reparto al completo. No podía ser de otro modo con el desfile continuado de estrellas del cine. Margo Martindale de nuevo espléndida. Esta mujer papel que coge, papel que borda. Sus momentos con su hijo John y con su marido, lo mejor de la película.
Lo peor es la subtrama entre el personaje de Krasinski y su ex novia, Mary Elizabeth Winstead. No aporta nada a la historia, está de relleno y nos distrae de contarnos las desventuras de la disfuncional familia Hollars.
Si te gustó la historia que cuenta, recomiendo la serie de Amazon One Mississippi muy similar e igual de emotiva.
Me encontré con esta película mientras zapeaba indolente una noche de domingo intentando evitar la última gala infumable de Supervivientes 2019. Al principio pensé que se trataba de una de esas series de hospitales que tanto enganchan, porque tanto el tono como la música como los diálogos tenían toda la pinta. Pero ya al cabo del rato me dí cuenta de que no, de que era una peli de ésas catalogadas como cine indie , estilo Sundance, y decidí quedarme hasta el final. También me quedé porque la protagonista era Margo Martindale, que es una actriz que me gusta mucho y estaba muy bien en el papel de señora enferma acojonada a las puertas de una gordísima operación cerebral.
Y ya que me quedo me entero de que la familia está un poco taradilla, que es la fórmula mágica del cine indie. Porque claro, las familias poco conflictivas no tienen cabida en este tipo de películas. Una familia en crisis mola mucho más. Tienen que juntarse un montón de cosas para que el argumento atrape, y aquí reconozco que Krasinski no se ha andado con chiquitas: la madre con tumor cerebral, el padre arruinado, un hijo divorciado y colgadísimo, y el otro a punto de ser padre pero con pánico al compromiso. Y por si fuera poco se une al clan la embarazadísima novia del protagonista, que es una actriz que se parece un montón a Irene Montero y que se llama Anna Kendrick. Ya tenemos cinco personajes en busca de dramón. Eso sí, perro no hay, con la vidilla que da un buen can. Krasinski ha perdido una ocasión única de meter el típico diálogo lacrimógeno con la mascota de la familia.
En la línea habitual del cine independiente, casi todos los personajes masculinos bordean la subnormalidad, son inmaduros, básicos, dependientes, irresponsables y completamente cretinos. Por contra, las mujeres aparecen como inteligentes, equilibradas y resolutivas. Es algo que no me explico porque en el mundo real si echo un vistazo a mi alrededor me encuentro bastante mejor repartido este ramillete de cualidades entre los sexos. Sin embargo en estas películas se nos muestra un mundo en el que a dios gracias las mujeres somos las salvadoras porque si tuviéramos que fiarnos de los tipos que salen en ellas nos íbamos al carajo de momento. No sé, soy mujer y salgo beneficiada en el retrato pero no deja de parecerme bastante injusto, y creo que si fuera un tío mandaría el cine independiente a tomar por culo para siempre.