Los habitantes de la casa deshabitada (TV)
Sinopsis de la película
En una noche de otoño, Diego (David Janer), un periodista de investigación, y su amigo Óscar (Guillermo Ortega), sufren un pequeño incidente de coche en un bosque sombrío y desolador. Deciden pasar la noche en el único refugio posible en kilómetros a la redonda: una casa de campo en la que suceden extraños fenómenos. En la casa deshabitada irán apareciendo extraños personajes que pondrán a prueba el temple de los protagonistas. Diego y Óscar se infiltrarán entre ellos, haciéndose pasar por los nuevos empleados, para averiguar qué está pasando. Pero la sorpresa está servida cuando Diego encuentra a Silvia, un antiguo amor que un buen día desapareció sin dejar rastro…
Detalles de la película
- Titulo Original: Los habitantes de la casa deshabitada (TV)
- Año: 2018
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
3.5
97 valoraciones en total
Esta versión de la obra teatral de Jardiel Poncela es la enésima prueba de que muy pocas de sus adaptaciones televisivas o al cine son lo suficientemente logradas como para hacer reír como en las originales. Ésta es de las peores que he visto, con un intento por modernizar para aproximarlo a un público juvenil que se queda por un quiero y no puedo. Además, las interpretaciones son bastante irregulares, llegando a crispar de los nervios el personaje de la loca hija del guarda.
No hay por donde coger este subproducto, a no ser que en un arrebato de masoquismo necesites indignarte por un buen rato. Ironías de la vida, la pésima adaptación ha sido perpetrada por su biznieto, Ramón Paso, que desconozco si se siente muy orgulloso, encima, de tamaño crimen.
De Jardiel Poncela no hay absolutamente nada. Su humor inteligente, la elegancia de sus juegos de palabras, su ironía… sencillamente brillan por su ausencia. Con esos mimbres el reparto lo tiene complicado, pero es que encima se esfuerzan en agudizar más el desastre. No se sabe tampoco qué pinta Esteso ahí, pero su sola presencia es redondear el ridículo. El resultado de todo ello es una pieza inclasificable, bochornosa, aburrida y sin substancia, justamente lo contrario que suscita cualquier obra del genial escritor. Felicidades a quien se haya llevado los cuartos.