Los caballeros de la moto
Sinopsis de la película
Las aventuras de una peculiar banda de moteros que viajan por pequeños pueblos estadounidenses vestidos como si de caballeros de la Mesa Redonda se tratara. Allí donde paran, organizan fiestas medievales en las que la gente puede comer y beber, comprar artesanía y disfrutar de torneos a bordo de espectaculares motos. Su vestimenta no es lo único peculiar, sino sus reglas y estilo de vida, que procuran mantener según seguían los hombres de Camelot. Pronto se hacen famosos y empiezan a ganar popularidad a través de los medios de comunicación. Es a partir de ese momento cuando las cosas se complican…
Detalles de la película
- Titulo Original: Knightriders
- Año: 1981
- Duración: 145
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Opinión de la crítica
4.8
49 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Albert Amerson
- Amy Ingersoll
- Ann Muffly
- Anthony Dileo Jr.
- Bingo OMalley
- Bobbi Van Eman
- Brother Blue
- Christine Forrest
- Cynthia Adler
- David Early
- Don Berry
- Donald Rubinstein
- Ed Harris
- Elva Branson
- Gary Lahti
- Greg Besnak
- Harold Wayne Jones
- Iva Jean Saraceni
- James A. Baffico
- Jeff Paul
- Jennifer Elizabeth
- John Amplas
- John Harrison
- John Hostetter
- Joseph Pilato
- Ken Foree
- Ken Hixon
- Mark Tierno
- Martin Ferrero
- Marty Schiff
- Maureen Sadusk
- Michael P. Moran
- Nann Mogg
- Patricia Tallman
- Randy Kovitz
- Ronald Carrier
- Sal Carollo
- Scott H. Reiniger
- Stephen King
- Taso N. Stavrakis
- Tom Madden
- Tom Savini
- Tommy Lafitte
- Warner Shook
No sé por qué esta película tiene una valoración tan baja en FilmAffinity. Supongo que el currículum del director echará atrás a los que quieren películas para ver por la tarde y espantará también a los seguidores del director. Desde luego, no es lo que te esperarías del cine de Romero.
Es una película simpática y positiva de los ochenta que se deja ver muy bien. Peleas, persecuciones tipo Equipo A, toques de humor aquí y allí, el valor de la amistad y compañerismo, gente planteándose qué quiere hacer en la vida (tipo el mundo no entiende lo que hago… y a veces yo tampoco )… A mí me sobraría alguna escena para que no llegase a las dos horas y media, pero es por ponerle un problema.
Tiene el mismo estilo, calidad y público que otras mucho más conocidas de los 80: Los Goonies, Lady Halcón, El Coche Fantástico… si te gusta ese estilo, esta película es de las tuyas y merece la pena verse.
Y si no es tu estilo, solo por ver el trabajo profesional de los especialistas cayendo de las motos y la coreografía de las batallas ya es para aplaudir.
Sin ser ni mucho menos una buena película, merece su visionado por el mero hecho de su curiosidad, un puntito, además estar realizada por George A.Romero ya es otro puntito a su favor, además está basada en un relato de Stephen King, (que aparece en la película), otro puntito más, y contar con actores de la talla de Ed Harris, le da otro punto, es una película hecha como se hacían antes, de manera artesanal, las motos sin ser una proeza de estética no están mal, por lo menos se ve que quienes las pilotan son gente preparada, los típicos especialistas en pro de los actuales efectos especiales, pero bueno…, aquí sumamos otro puntito, y ya no hay más, un cinco, por curiosa, por sus creadores, algún buen actor y saber hacer de los especialistas, por lo demás…, nada, si eres visionador de cosas curiosas y diferentes, échale un ojo, si te va más el cine palomitero, casi mejor pasar a otra cosa, saludos.
Caballeros medievales en moto. Luchas en ferias pueblerinas. Nómadas del espectáculos sobre ruedas que se toman demasiado en serio su forma de vida.
Una fantasmada de George A. Romero en la que nada se toma a broma. Un reparto con caras conocidas y unas coreografías de cierto nivel hacen de ésta rara cinta su atractivo.
Sacado de un relato de Stephen King, el cual estaba en el rodaje y sale en la proyección junto a su mujer, hace pensar que esto pudo ser una quedada de colegas y amigos para pasar unos días de ruta motera por ámbitos rurales.
Cinta muy ochentera donde las aventuras son simplonas e hinchadas y el machismo de machote duro y valiente impera en todo el metraje. Dejando a la mujer en un plano secundario.
Por cierto, ¿Ed Harris se toma algún papel a cachondeo? Que grande.
George A. Romero hizo un paréntesis con este largo y extendidísimo largometraje (se puede disfrutar en algunos países de una versión en DVD que alcanza casi dos horas y media) sobre un grupo de moteros que, inspirados en la leyenda artúrica, organizan una tournée motorizada a falta de caballos por los pueblos de Nueva Inglaterra . Amenizan su espectáculo con batallas de cartón piedra entre caballeros, música, baile y mercadillo atrayendo los domingueros locales y también a la policía que no les quitará el ojo si no reciben a cambio una buena tajada de sus beneficios. Pero solamente Billy, que representa al Rey de la Corte, es fiel a sus designios y parece vivir en otras épocas, cual Quijote Moderno. Su orgullo no enfría la envidia que le siente su contricante Morgan, alias Caballero Negro (Tom Savini) que se incrementa hasta provocar consecuencias que harán alterar al resto de motoristas galopantes con la llegada de Joe Bontempi (Martin Ferrero) un empresario artístico que les puede saciar la enorme cantidad de deudas y gastos con giras ambiciosas por las capitales más importantes.
Antes de realizar ese homenaje al cómic de terror que es Creepshow (1982) inspirado en relatos de Stephen King (que por cierto aparece entre el público dominguero al lado de su esposa Tabitha) y reiniciar así su filmografía de zombis hasta la fecha, el director de Martin (1976) se la jugó con la que ahora es todavía su película menos conocida y casi digna de un escaparate de films solamente para fans del motor de dos ruedas y el cine familiar de picnic y barbacoa. Sin embargo el film parece rendir tributo a esos grandes actores que son los especialistas a los que nunca apreciamos el rostro aprovechando los barridos de cámara.
Como curiosidad en el desenlace de otra película de Romero, Zombi (1978), un grupo de motoristas saqueadores comandados por Tom Savini (menos dramatizado que en Knightriders pero más ocupado por cortar cabezas en la calidad de efectista maquillador que es, y todavía no le han quitado la corona) se adueñaba de un centro comercial. Los Caballeros de la Moto puede resultar un posterior chiste largo y malo, en honor a esas secuencias. A la postre, una reunión de amiguetes de fin de semana en el campo dispuestos a pasarlo bien recordando otras batallitas.
De manera sencilla, podemos considerar este filme como una de esas obras plagadas de las virtudes de los años 80: personajes carismáticos, honor, camaradería, aire simpático y acción de la buena con especialistas arriesgando su integridad física, lo que da a luz emocionantes escenas de acción en las justas motorizadas. Pero, más allá de esto, Romero ofrece su pesimista visión de la sociedad contemporánea, y ver su habitual crítica social es lo que nos hace tener una visión completa de lo que ofrece la película.
Los caballeros de la moto se rodó en la mejor época del director y fue, de hecho, la primera película que realizó tras su exitosa Dawn of the dead , lo cual a mí me hace pensar que pudo ser uno de sus proyectos más deseados por elegirlo cuando en mejor situación estaba tras su clásica película de zombis. Por eso creo que pudo haber sido el gran capricho del director a lo largo de su carrera, ya que la importancia en este film no son los hechos que hacen avanzar la trama (que, sobre todo al principio, uno no sabe hacia dónde va), sino la cotidianeidad intrascendente en la que el director explora los temas que le interesan. Para ello, el filme tiene una fuerte base en su guion mediante profusos diálogos, desarrollándose en su versión íntegra en dos horas y media, con la densidad narrativa habitual del realizador.
Podríamos mencionar también en las intenciones de Romero de darse el capricho de contar una historia a su gusto el hecho de tener cierto hippismo tardío . Recordemos que Romero es un buen ejemplo de realizador influenciado por las nuevas formas de pensar y la contracultura de los 60, lo cual es palpable desde su ópera prima con La noche de los muertos vivientes (protagonista negro, cuestionamiento a la familia tradicional, crítica a la violencia, etc.). Sin embargo, esto desapareció (o quedó enormemente reducido) en los 80 con la era Reagan (Reagan llegó a la presidencia precisamente el mismo año de estreno de este filme), por lo que Los caballeros de la moto se imbuía de un espíritu que no pasaba por su mejor momento. Como hacía Romero de manera habitual en su filmografía, utilizaba ciertos códigos genéricos de manera metafórica. En este caso, la historia de un grupo de gente que sigue una forma de vida artúrica es el pretexto con el que Romero retrata a unas personas ajenas al sistema. En este sentido, Ed Harris como el Rey Arturo representa uno de los pocos personajes de la filmografía del director que no se deja corromper por el sistema, representando los férreos principios. Sin embargo, el personaje encarnado por el realizador de efectos especiales, aquí como actor, Tom Savini, representa la forma práctica de actuar tratando de beneficiarse del sistema pero, claro, inevitablemente engullido por éste. Ni que decir que el promotor representa el sistema capitalista.
Teniendo en cuenta la manera exitosa de llevar todo esto a cabo, Los caballeros de la moto es todo un buen manjar para los seguidores de George Romero, los que disfrutan de su filmografía más allá de sus películas de zombis. Su equilibrio entre la comercialidad, siendo todo un divertimento plagado de buenas escenas de acción, con el cine de autor, tomándose todo el tiempo para desarrollar los clásicos temas de crítica social de su filmografía, hacen de ésta una película tan accesible como profunda, y además me gustaría señalar este como un caso de inclusión bien entendida, en contraste con los tiempos de corrección política que vivimos y su inclusión forzada. En el caso que nos ocupa, se lleva la leyenda artúrica a los Estados Unidos contemporáneos, y tenemos a un Merlín negro, un presentador gay, un guardián indio y mujeres como mecánica y caballero, todo esto sin la condescendencia habitual de nuestros días, respirando una naturalidad que tanto se echa de menos.
En definitiva, tenemos una película que no es una peli rara dentro de la filmografía del realizador estadounidense, como algunos opinan, sino un filme con toda su esencia, aunque en este caso mediante una transmutación de la leyenda artúrica en una muy notable road movie y, como dije, con las virtudes del ochenterismo sin entrar en el sistema Reagan , manteniendo los mismos principios que su Rey Arturo.