Los amores cobardes
Sinopsis de la película
Eva es una joven fuerte e independiente que regresa a su ciudad natal para pasar las vacaciones de verano. Allí la esperan su madre y Gema, su única e incondicional amiga. Lo que Eva no esperaba es encontrarse con Rubén, quién solía ser su mejor amigo hasta que un día el chico decidió cortar el contacto inesperadamente. Sin explicaciones. Sin despedidas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Los amores cobardes aka
- Año: 2017
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
5.3
28 valoraciones en total
La joven directora Carmen Blanco debuta en la dirección con este drama romántico indie que estuvo presente en la última edición del Festival de cine de Alicante donde logro el premio a la mejor dirección y el premio de la crítica.
La película gira en torno a una joven protagonista que busca su lugar en el mundo después de una ruptura amorosa y donde encuentra en la figura de un viejo amigo la menara de superar sus miedos. Es de ese tipo de cintas, donde se trata y se habla del ayer y del presente, donde las decisiones del pasado marcan el futuro. La directora consigue reflejar muy bien como éramos y como nos movíamos en nuestra etapa de adolescentes. Escarba en las frustraciones y ansiedades de la protagonista, en su dolor consigue mostrar su dificultad para madurar.
La película es muy parecida al cine más nostálgico que estamos acostumbrados a ver y que nos llega del país vecino, Francia es un especialista de este tipo de cine. Los dos actores protagonista manejan el ritmo de manera sublime, sobre todo Blanca Parés, que esa maravillosa. En definitiva es una película diferente a lo que solemos ver habitualmente pero que merece mucho la pena ser vista.
Lo mejor: La verdad que desprende
Lo peor: Pasará completamente desapercibida.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
Y/o EL UNIVERSO DE HOPPER, que es un título que también me gusta porque, en el fondo, todo orbita alrededor de ese pintor y su apariencia de incomunicación.
Se me ha hecho un poco larga, aunque tiene un metraje ajustado, pero el tema es redundante -no digo que innecesario- e implica desazón… Y sin embargo es cierto que no puedes dejar de sumergirte en esos escenarios claros y la actriz que los preside con buen pulso, plano a plano -el chico es majo además-.
Y poniéndonos más serios, porque la historia lo es, yo hubiese agradecido narrar un poco mejor las antiguas relaciones de esa pareja de amigos que se necesitan y rechazan por temor o por cobardía, o porque cambiamos, sin más, aunque sigamos siendo los mismos… Fin del oximoron.
(Por suerte el arte, si quieres, puede rescatarte también y ser esa pieza que falta o el unicornio de tus sueños.)
A favor:
– Meritorio y digno de aplauso que una productora formada por 4 chicos jóvenes consiga sacar adelante, sin ningún tipo de ayudas, un largometraje.
– Lo que más destaca del mismo es su corrección técnica (fotografía, sonido). Una dirección de fotografía sencilla a la par que consecuente con la historia que se narra, con estilo y bien ejecutada (aunque se abuse sobremanera de los primeros planos, buscando cerrar espacios por la carencia de medios en producción).
– En el plano actoral, Blanca Parés se erige en protagonista absoluta, copando absolutamente todas las escenas del film.
En contra:
– La película se agota antes de la mitad. Los diálogos, las escenas, las situaciones, el (sufrido) viaje interior de Eva (la protagonista)… Todo se repite una y otra vez sin que haya un avance real.
– Su directora y guionista Carmen Blanco define Los amores cobardes como una película de emociones. Sin embargo, la empatía para con los personajes, debido a su inacción y falta de química entre ellos, es más bien escasa. La película nos presenta a unos veinteañeros anclados en la adolescencia, tanto en sus anhelos amorosos, como en sus ideales de amistad, como en la manifestación de su ocio.
– El exiguo desarrollo y avance de la película (solo en los minutos finales, que nos llevan al inevitable desenlace) adolece de carencia de intensidad. A la espera de una catarsis que culmine la historia, todo avanza con el mismo nivel plano anterior. La película acaba, pero tal como se plantea podría seguir y seguir muchos minutos más, sin que siga pasando nada realmente.
– Apenas hay subtramas. Solo un par de personajes secundarios (la madre y la amiga) claramente arquetípicos y desaprovechados.
– Dirección de actores tipo teleserie, con poca modulación y expresividad en ciertos momentos, con tomas que se nota grabadas a la primera, aunque se hayan equivocado.
– Casting erróneo. Ignacio Montes no da el perfil de partenaire de Eva, y aunque su actuación es esforzada (como la de todo el elenco) es manifiestamente mejorable, quizá también en parte por las carencias antes comentadas en dirección de actores y por las limitaciones del guión y de la calidad de sus diálogos.
En resumen: una película pequeña, hecha desde dentro y que se agradece mucho de ver, que cuenta una historia sobre la amistad y los amores cobardes que no se atreven a emerger. Pero resulta ser demasiado poco para una hora y media de película, y escudarse en argumentos o tópicos como película pequeña de sentimientos, cine de autor o historia intimista no debería servir de coartada.
Nota global: 4 (sobre 10). A las puertas del aprobado.
Los amores cobardes (2018, Carmen Blanco) participa de esa atractiva tendencia en el cine español más reciente, y de la que también toman parte directores como Fernando Franco, Elena Trapé o Ramón Salazar -cuando no escribe o dirige subproductos para adolescentes-, consistente en escarbar hondamente entre las emociones humanas, con sus claroscuros -no me refiero únicamente a la fotografía, que también-, empleando para ello una puesta en escena que resulte lo más austera posible -complementada por BSO indie de rigor, a cargo de la banda getxotarra McEnroe-, y sin recurrir a sensiblerías tramposas ni más atajos de guión que la sencillez, sorteando clichés de espesa digestión más próximos al drama romántico que a un relato sobre gente común como el que aquí nos ocupa. Y esto va tanto por esta ópera prima como por el fugaz corto que precede a su argumento (Eva regresa), y que su directora ha estrenado este mismo año. A tal efecto, cabe además mencionar el eficaz contrapunto de liviandad que Tusti de las Heras y Anna Coll Miller suman a la fórmula.
Carmen Blanco no nos desvela con precisión, o tal vez no más allá de donde ella quiera mostrarnos, hasta qué grado es posible una amistad brigada por el deseo entre dos personas que tuvieron su oportunidad de amarse y la perdieron. Los amores cobardes no juzga a sus criaturas, ni trata de empatizar más con los sentimientos de Eva (Blanca Parés) o Rubén (Ignacio Montes). Simplemente coloca al espectador en medio de los dos, y permite que cada cuál haga suya la historia a su manera. Sin manipularle. Esa maniobra narrativa resulta tan grata como poco frecuente.
Puntuación: 5/5
Adultos adolescentes
Los Amores Cobardes es un dramático viaje de vuelta a la adolescencia, ese momento en la vida donde todo gira en torno al amor y a las amistades que prometen durar para siempre. Sin embargo, los personajes de esta historia no tienen ya 17 años y la importancia que se le da a las relaciones de pareja en cada conversación que intercambian resulta excesiva.
A eso se suma el hecho de que la protagonista, con tan solo 24 años, parece cargar con el lastre de una relación traumática mientras los demás personajes, sin tener en cuenta el pasado que no comparten con ella, tiran de frases hechas para entrometerse en su vida.
Estancados
Los Amores Cobardes se siente más larga de lo que en realidad es. La historia se estanca una vez que las preguntas acerca del difícil pasado de Eva reciben lo más parecido a una respuesta. Y al igual que en la segunda parte de la cinta se repiten los mismos acordes musicales, lo hacen también las conversaciones y situaciones vividas por los personajes. Es entonces cuando solo la presencia de Blanca Parés anima al espectador a no perder el interés por lo que podría estar por venir.
Eva
Además de escribir y dirigir Los Amores Cobardes, Carmen Blanco fue la encargada de dirigir el casting y de darle a Blanca Parés el papel protagonista. Un gran acierto, ya que la joven actriz ocupa la pantalla con convicción a la par que con discreción. Es sobre sus hombros que cae la mayor responsabilidad: conectar con el espectador.
Y lo consigue. Junto a su personaje, Parés va dando bandazos entre el miedo, la esperanza y la rabia mientras todos a su alrededor parecen saber mejor que ella lo que debería hacer con su vida.
Conclusión
En su primer largometraje, Carmen Blanco confía demasiado en la capacidad de los espectadores para ponerse en la piel de una generación que no ve más allá del amor. Sin embargo, esta es una película de bajo presupuesto rodada con sencillez y Blanco hace muy buen uso de las herramientas con que cuenta. Entre ellas, la luz de una ciudad costera sin nombre y de tres canciones originales, escritas por Ricardo Lezón, que encajan a la perfección con los momentos más álgidos de Los Amores Cobardes.
Escrito por Esther Alvarado
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