Lord of Tears

5 comentarios en «Lord of Tears»

1. Con otro director, otro guionista, otro dire de foto, otro productor, otro montador, otro sonidista, otro dire de arte, otro protagonista, otra secundaria, otro pértiga, otro encargado del catering, otro meritorio de producción cortando calles, otra banda sonora, otro eléctrico aguantando el pórex, y otro búho, Lord of Tears hubiera sido un peliculón.
   
   Y mira que la sala 2 de los Palafox estaba a reventar, eh. Pero ya se sabe: cuanto más alta es la subida…
   
   Las butacas fueron vaciándose durante la proyección y, al encenderse las luces en los créditos, sorpresa: éramos menos de la mitad. Y más dura fue la caída.
   
   Lo peor no fue eso. Lo peor fue la pobre guionista, que presentó la película subiendo el listón diciendo que era heredera de la tradición de terror gótico de la Hammer. ¡De la Hammer! Estábamos todos que nos salivaban hasta las acreditaciones.
   
   Y fueron pasando los minutos, y de tanto salivar, algunos empezamos a darnos cuenta de que nos invadía una rabia canina que no era normal. Y la saliva ya no era saliva, eran perdigones, de las carcajadas que nos producían las salidas de tono de algunas escenas, los caretos del protagonista, sus soliloquios con una grabadora portátil, las apariciones de la versión hipster de Macauley Culkin que hacía de secundario…
   
   La pobre guionista estaba sentada detrás de mí y no pude evitar mirarla en algunos momentos de la proyección, aguantó el chaparrón de risas, aplausos irónicos y comentarios en voz alta sin levantarse de la butaca durante 100 minutazos como una auténtica campeona.
   
   En fin. The Lord of Tears (o The Lol of Tears, como la han bautizado los amigos de @planetaclaqueta) peca de no dominar el género por el que se mueve y eso se le vuelve a la contra. Además, su factura amateur (el material de iluminación podría estar compuesto perfectamente por un cuarzo y un pórex) ayuda a restar atmósfera y, por tanto, terror. No consigue entonces su propósito principal (asustar) y, por si fuera poco, se pierde en una amalgama confusa de clichés desordenados que convierten el resultado final en una cinta ridícula y fallida.

2. Bienvenido a un mundo de pesadillas, donde nada es lo que parece, donde todo es real y donde todo está dentro de tu cabeza. ¿Donde está la línea que separa lo real de la imaginación?
   
   Cuando termine de verla mi cabeza no paraba de dar vueltas, es como si el mismo Cthulhu hubiese venido al lado de mi butaca a susurrarme locuras.
   
   James Findlay es un profesor de escuela torturado por unas pesadillas recurrentes que le acompañan desde su infancia. Un hombre con cabeza de búho siempre está allí, acechándole. Para buscar una solución a esto, viajará hasta la casa donde se crió de niño, pues cree que ahí reside el origen de todas sus pesadillas.
   
   El director novel Lawrie Brewster, ha sabido plasmar a la perfección las locuras escritas en papel por su guionista, Sarah Daly. Tanto es así, que estoy seguro que hacía años que una película de género no me dejaba tan tocado al terminar su visionado. Su trama deja muchas cosas en el aire, otras tan solo te las susurra entre imágenes oníricas, pero si esto no fuera así, no tendría esa magia que desprende durante toda la cinta.
   
   Cuando ves Lord of Tears por primera vez, parece que solo tiene dos protagonistas, Alexandra Hulme y Euan Douglas se encargan de llevar de la mano al espectador, pero hay más protagonistas en este film. Desde la inmensa mansión donde sucede todo, mansión la cual puede recordar al gigantesco hotel que Kubrick nos ofrecía en El Resplandor, hasta el mismísimo hombre Búho, el cual realmente el verdadero guía en esta epopeya onírica.
   
   Una de las mayores virtudes de esta película es el terror que logra introducir en nuestro cuerpo sin que apenas nos demos cuenta, el in crescendo es brutal. La atmósfera desalentadora que se palpa ayuda mucho, pero sobretodo la localización. Esa remota Escocia lo es todo para el film. H.P Lovecraft se respira en cada minuto de metraje y el plasmar tan bien la obra de este genio se ha realizado con éxito en tan contadas ocasiones, que los amantes de la literatura de este señor convertirán a Lord of Tears en un film de culto.
   
   Tal vez en otras circunstancias podría haber concedido la máxima puntuación a esta película, pero hacia la parte final, toda la acción que sucede en las catacumbas parece que rompe un poco con esa estética tan cuidada, la cual podíamos disfrutar hasta ese momento.
   
   Aun así resulta totalmente imprescindible, para todo amante del terror, aunque los acostumbrados a cintas algo más moviditas o más directas tal vez les resulte un poco pesada de seguir.
   
   http://www.terrorweekend.com/2014/05/lord-of-tears-review.html

3. Película inspirada por los mitos de Cthulhu de Lovecraft y la leyenda urbana de Slenderman. La cinta nos narra un relato de estilo Lovecraftiano, en el cual está presente el terror gótico de espíritus y entidades aterradoras, en este caso, El Señor de las Lágrimas o Moloch, un dios primigenio de figura humana y cabeza de búho que habita en lo más profundo de nuestro ser. Su director Lawrie Brewster, nos ofrece imágenes pesadillescas y oníricas, incluso algunas perturbadoras (intentando imitar a Rob Zombie) que recrean una buena atmósfera malsana en la que realidad y locura van ligadas. La estética y fotografía, junto al diseño y la acertada localización de la solitaria mansión Baldurrock, sin duda es lo más destacable de la cinta. En lo referente al guión, es bastante flojo y además, varias de las secuencias son alargadas innecesariamente (véase la escena del Vals o la de la piscina) lo que provoca altibajos en la trama y la hace aburrida aunque se empeñe en levantar el vuelo durante el acto final.

4. Un magnífico marketing previo a la película, que nos enganchó a muchos y, una vez que ves la película, resulta ser una gran porquería. ¿Por qué no contratan a los de marketing para que hagan el guión?

5. Película terriblemente amateur que no debería haber salido del entorno del director. Fatal dirigida, con una estética muy reprochable (esto es algo personal), una fotografía plana y fea en demasiados momentos, con una historia ridícula en su mayor parte (en el cine provocó numerosas risas cuando no era ni de lejos su intención) y sin nada que aportar a las cien mil películas del estilo. Intenta innovar con un montaje simbólico que cae en lo simplón siendo demasiado obvio, y demuestra que el director no tiene ni idea de cómo dirigir una película de terror (ver SPOILER).
   
   Admiro mucho que la gente trate de levantar sus proyectos como sea, pero no se hace ningún favor ni a los implicados ni a los espectadores poniéndolo a la altura del cine profesional o semi-profesional. No es su lugar.