Llama un desconocido
Sinopsis de la película
Durante un vuelo con destino a Los Ángeles, traban amistad cuatro pasajeros que tienen problemas muy diferentes. A causa de una fuerte tormenta, el avión intenta aterrizar en Las Vegas, pero acaba estrellándose. El único superviviente del grupo decide visitar a las familias de los tres fallecidos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Phone Call from a Stranger aka
- Año: 1952
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.4
44 valoraciones en total
También son buenas las actuaciones de los demás actores, Shelley Winters, Michael Rennie y es bueno este Gary Merril, a quien he visto en varias películas como actor secundario y acá le toca un papel protagónico que de ninguna manera le queda grande.
Buenas las escenas del avión y hay actores que seguro no han pasado de mediocres, como el que hace de hijo de Rennie y la esposa de Merrill.
Una interesante película con actores de segundo orden (no por eso peores) salvo B. Davis con un escueto papel, aunque crucial para el protagonista, un G. Merril, en uno de sus pocos papeles principales donde efectúa una interpretación convincente. El único superviviente de un accidente aéreo se dispone a visitar a las familias de tres personas que conoció durante dicho vuelo. Un comerciante, una aspirante a actriz y un hombre que atropelló a varias personas por conducir ebrio. Se puede comprobar las diferentes vidas que tenían cada uno, incluyendo G. Merril cuya esposa está dispuesta a separarse de él. Merece la pena verla.
Antes de entrar a profundizar en aspectos que dejaré para el spoiler, quiero dejar una breve reseña que pueda ser leída sin destripar el argumento para los que aún no la hayan visto: La película es muy interesante y tiene detalles realmente buenos, así como una historia sólida y original, aunque a mi juicio poco a poco va desinflándose y perdiendo fuerza, como si se tratara de un avión que, tras un primer vuelo confortable y seguro, no logra aterrizar tras el segundo vuelo y se estrella.
Jean Negulesco demuestra firmeza tras la cámara y resuelve de maravilla escenas que requieren gran pericia técnica, teniendo en cuenta especialmente el año en que se grabó la película. El cuarteto protagonista tiene química y convence, cada personaje está perfectamente definido y realmente huyen del estereotipo. Las interpretaciones están a la altura, en general.
En definitiva, una película de recomendable visionado.
Parece que el largometraje entra en materia con cierta premiosidad pero, cuando llega el momento adecuado, J. Negulesco posee todos los recursos para situar frente al espectador lo que queda en el tintero a pesar de que puede dar la impresión de que el tema está agotado.
El estupendo guión y una hábil dirección facilita hacerlo sin disimulo ni titubeos y se puede acercar sin ambages a esa intimidad que casi siempre queda reservada, oculta o disimulada por medias tintas, por comentarios sesgados y por juicios apresurados.
La segunda parte de la película representa un ejercicio extraordinario de comunicación que permite resolver en la pantalla una encrucijada que parecía irresoluble.
Interesante película aunque algo pretenciosa de un director que siempre abordó con lucidez el universo de la mujer, aunque a veces con un tono más feminista que femenino. Es el caso de Llama a un desconocido donde el hombre casi parece pedir perdón por no aceptar el adulterio de su mujer. Y he aquí, a mi modo de ver, donde radica la pretenciosidad de la cinta. Pretende Negulesco, usando subterfugios, conversaciones trascendentes y brillantes actrices declamándolas, ya no solo justificar el adulterio de la mujer sino que el hombre baje la cabeza y siga su vida como si no hubiera pasado nada. Pero Negulesco se equivoca, pues al fin y al cabo el perdón se encuentra en el corazón de cada hombre (y de cada mujer) y no en ciertos discursos impostados.
Por lo demás, observamos una película de dos partes claramente diferenciadas. La primera es consistente, fluída y misteriosa. El paso a la segunda parte es un corte aséptico carente de detalles, creo yo, imprescindibles, o al menos ciertamente obligados. Y, ya en la segunda parte, desaparece el dinamismo, la naturalidad y casi nuestro interés, sobre todo tras finalizar la primera visita.
Las interpretaciones cojean demasiado pero la actuación de Shelley Winters, como casi siempre, extraordinaria, sube muchos enteros el nivel de la película.