Linda Linda Linda
Sinopsis de la película
La historia comienza con el inminente concurso que se celebra en el instituto Shibazaki y con la separación de la banda. Su cofundadora, Kei, decide pedir a la estudiante de intercambio coreana, Son, que sea la vocalista del grupo. El problema es que Son no se sabe las canciones y apenas habla japonés y sólo quedan tres días para el concurso.
Detalles de la película
- Titulo Original: Linda Linda Linda
- Año: 2005
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
Película
7
46 valoraciones en total
Quizás cueste un poco meterse en la historia de esta película, porque es tan natural, tan cotidiana, tan ajena a cualquier tipo de trampas argumentales, que nos da la sensación de estar viendo a las chicas de nuestro barrio, en sus casas y en la calle a la salida del colegio. Sin embargo, llega el momento en que uno siente, irremediablemente, que aquellas cuatro chicas que protagonizan el filme, se le han metido en el alma y que tenemos ya el deseo de saber todo lo que ocurre con sus vidas. Es algo así como el amor: ves a una chica muchos días, la observas desplazarse, la oyes hablar y pareciera que no pasa nada… pero un día cualquiera, te cruzas de nuevo con ella… la ves sonreír… la miras a los ojos… y sientes entonces que, en el rinconcito más enamorado y dulce de tu corazón, esa muchacha está ocupando ya un lugar privilegiado.
Algo así, es lo que yo sentí con Kei, con Kyoko y con Son, en ese orden (Nozomi tiene menos espacio en el filme y por esa razón permanece un poco más distante de nuestros afectos). Y entonces surge una necesaria pregunta: ¿Qué es lo que hace que nos enamoremos de ellas? El amor pareciera no tener razones, pero sin embargo las tiene. A mi me atrajo profundamente su gran madurez para asumir los obstáculos, su sencillez ante la vida, su adaptabilidad, su respeto por la amistad y por las diferencias, y su capacidad de aceptar lo que ocurre como si entendieran claramente que nunca sucede nada mejor que lo que al final sucede. El único interés del grupo Paran Maum (Corazones azules, en coreano), como al final deciden llamarse aquellas magníficas chicas, alumnas de la secundaria Shibazaki, es hacer una presentación digna en el festival de música de aquel año 2004.
Su repertorio lo han tomado de viejas canciones Linda Linda Linda, Mi Mano derecha y Una canción sin fin, y en vista de las diferencias que se han dado entre Kei y Rinko la cantante del grupo, ésta se ha retirado, pero Kei espontáneamente, resuelve el problema convocando a Son, una estudiante de intercambio de origen coreano, que tendrá tres días para aprenderse las canciones con su reducido japonés.
La cotidianidad de esta preparatoria está llena de ternura, solidaridad, empatía y compromiso, y cuando las chicas salen descalzas (ligeras de intereses materiales) al escenario, para cantar ante sus condiscípulos, pareciera que también estos hubieran visionado su experiencia, porque ellas convocan como nadie y pronto conectan a todo el mundo con el mensaje de sus canciones. Esto, a tal punto, que grabaron un CD que obtuvo notable éxito en Corea y en Japón. Y es muy cierto, existe una belleza que no se puede fotografiar porque se encuentra en el alma, y para poder apreciarla, tienes que descubrir la grandeza que posee cada ser humano.
Yu Kashii, Aki Maeda, Doo-Na Bae, quedan guardadas en lo profundo de mi corazón, pues sus personajes son ejemplo de la profundidad que puede haber en lo más sencillo.
Se trata de una película sencilla, pero muy bien hecha. Logra algo que muy pocas películas del género consigue hacer: mantenerte con una sonrisa en los labios durante casi toda la película. A pesar de tener similutudes con Swing Girls, ambas películas son totalmente diferentes. Por último, destacar la banda sonora de esta película.
Es curiosa la gran diferencia entre el cine oriental y el occidental, lo que en manos de un director hollywoodiense se hubiera transformado en una película hiper hormonada llena de azúcar, pornografía sentimental y ataques de histeria, con las protagonistas discutiendo o abrazándose cada dos segundos entre música empalagosa y una fotografía excesivamente luminosa, en manos de Nobuhiro Yamashita se convierte en una película realista, sutil, un tanto lenta (que no aburrida) y lineal, sin grandes altibajos emocionales porque el auténtico drama esta en off: lo que provoca la ruptura del grupo musical original o la evolución sentimental de las chicas ocurre o antes de empezar la película o fuera de plano. Es cierto que hay cierta tensión sostenida que sobrevuela el metraje, pero esta nunca llega a explotar porque no es necesario, Yamashita solo necesita para emocionar al espectador una sonrisa triste o una bajada de ojos que hablan más que cualquier flashback o escena llena de gritos.
Linda Linda Linda es una película tan humilde, honesta, simple y lineal como emocionante, que habla de tú a tú con los adolescentes sin menospreciarlos y que cuenta con una estupenda banda sonora que une temas compuestos por James Iha y canciones de un grupo punk japones de los ochenta llamado The Blue Hearts.
Recomendada a: los que piensan que los adolescentes no son estúpidos y a los que saben que hay otro cine a parte del de Hollywood.
Lo peor: nada.
Lo mejor: todo.
No es de extrañar que en el país donde se dibujan los muñequitos más monos del mundo, se haya hecho también esta película. No quiero ponerla por las nubes para no hinchar las expectativas de nadie pero joder, creo que la sonrisa de oreja a oreja al terminar de verla está más que asegurada. Hay que tener muy olvidada la adolescencia para no disfrutarla. Eso sí, un poco de paciencia, la peli crece poco a poco.
Que globalicen el mundo de una vez, pero de verdad, para las cosas realmente importantes, porque por el ala oeste del planeta nos estamos perdiendo cada peli… y cada canción…