Las aventuras de Sherlock Holmes (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV de 13 capítulos (1984-1985). Adaptación para televisión de las aventuras del detective Sherlock Holmes y su inseparable doctor Watson. En esta primera serie (de las cuatro protagonizadas por Jeremy Brett), el astuto Holmes resuelve casos clásicos como Escándalo en Bohemia , La liga de los pelirrojos o El problema final , en el que se enfrenta al legendario profesor Moriarty.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Adventures of Sherlock Holmes (TV Series)
- Año: 1984
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
7.5
99 valoraciones en total
Excelente. Toda descripción relativa a esta maravillosa adaptación de las novelas y relatos de Doyle podría sintetizarse en excelente . Incluso podría definirse como la serie de televisión y el único actor que ha dado la talla interpretando a Sherlock Holmes.
Además, esta fantástica obra de arte del cinema, ya no solo de la televisión, destaca por su impecable, abrumadora y magnífica ambientación, que nos transporta a las precisas descripciones recreadas en el victoriano ambiente de los libros. El guión de cada capítulo es exacto al relato o aventura de la obra escrita, sin desvirtuar la historia original, algo que encantará a los aficionados holmesianos.
Pero si por algo es famosa esta obra es por su interpretación. Los actores conducen las tramas llenando de matices la pantalla, especialemente los personajes de S. Holmes y el Dr. Watson. Mención aparte merece Jeremy Brett en el papel principal. Basil Rathbone, e incluso Charlton Heston (penosamente) encarnaron al archiconocido detective, pero nadie como Brett ha realizado un trabajo tan espléndido nunca.
Esta serie ha sido un descubrimiento personal, un regalo fílmico tal, que un pedazo de felicidad se cuela en cada capítulo de 50 minutos y hace que te quites el sombrero (o mejor dicho, la chistera) y te inclines, al encontrarte ante la auténtica excelencia.
Llegué a esta obra de arte por casualidad (también causalidad), no conocía la serie, ni a sus protagonistas (e aquí mi ignorancia), pero sí evidentemente a Sir Arthur y sus libros.
Hace poco que visioné una serie británica de época muy recomendable titulada Downton Abbey , y el gusanillo (siempre presente en mi) de las series históricas comenzó de nuevo, de modo que me propuse buscar un nuevo producto de época, principalmente sobre el siglo XIX (muy raras de encontrar), y llegué, no se como a Las Aventuras de Sherlock Holmes , leí varias críticas y con el impulso de su autor como principal referencia decidí verla. Gracias doy por ello.
Cuando uno empieza a ver esta serie (principalmente sus dos temporadas iniciales) evidenciamos su lejanía en lo audiovisual, en la calidad de imagen, escasos efectos especiales, planteamientos sencillos y capítulos auto-conclusivos (pero no es CSI, que conste), también lenta y sin necesidad de atractivos sensuales o una acción desmesurada, no le hace falta.
Su música, la increíble ambientación (con escasos recursos), el humo de pipa, el Londres decimonónico, y la fuerte presencia de lo literario es insustituible, elemental . Todo ello te atrapa y quieres saber más de lo que sucede en ese magníficamente conseguido, apartamento de Baker Street , entrar en la habitación como un personaje más y sentarte para que Holmes te describa deductiva y empíricamente, dejarte llevar por su razonamiento lógico… Disfrutar.
Y uno ve a Jeremy Brett, sin desmerecer al gran Dr. Watson que es David Burke (para mí el mejor Watson), y ves a Sherlock Holmes (te acuerdas de la adaptación actual y te entran ganas de destrozarla), quieres fumar en pipa y pensar como él, si a ellos añades que el hombre sufría de dislexia aún más, amigos, ¡qué gran actor!, no creo que el mismísimo Conan Doley imaginara nadie mejor para encarnar a nuestro detective, porque sencillamente es él.
Desde entonces no he dejado de recuperar sus capítulos, sentarme a media noche a disfrutarlos, devorarlos, y de querer compartirlo con los demás, dar a conocer una obra literaria llevada a la televisión, nada comercial, ni pretenciosa pero que está muy a la altura de sus expectativas, porque amigos… ver a Brett y Burke es recorrer el Londres Victoriano y sus alrededores, disfrutar paisajísticamente de la campiña inglesa, es saborear sus historias y humedecernos con la fina lluvia, y el cuero de sus guantes.
Este Sherlock Holmes, valga la redundancia, es Sherlock Holmes, el de los relatos, el real.
Al seguidor de este tipo de series o fanáticos de la obra de Doley, solo decirles: ¡No lo dudéis, empezad ya!
Yo, Claudio.
Uno llega a esta serie cautivado por el personaje de Sherlock Holmes, después de haber visto decenas de adaptaciones con más o menos fortuna, y la satisfacción es doble: por un lado descubrimos una serie memorable, con una cierta textura teatral que le sienta como un guante al deductivo universo holmesiano, hecha con mimo artesano, lo que pone de manifiesto, una vez más en el caso de los británicos, lo secundario que puede llegar a ser el presupuesto cuando lo que sobra es profesionalidad y creatividad. Por otro lado nos encontramos, y aquí reside la verdadera sorpresa, a Jeremy Brett que se deja hasta su último aliento en el personaje, dicho en el sentido más literal y trágico. Imposible referirse, no ya a la serie en sí, sino a Sherlock Holmes, sin mentar a Brett cuando se ha disfrutado de su interpretación.
Son inolvidables los momentos en que Brett -que más que actuar parece estar en trance- se dispone a escuchar la narración sobre un nuevo misterio, cómo, con excitación y parsimonia a la vez, se acomoda en el sillón orejero, cómo cruza las piernas y apoya suavemente el mentón sobre las puntas de los dedos con las manos en oración y los ojos cerrados, privando la mente de cualquier estímulo innecesario, y se sumerge en el relato, todo ello contemplado por un sufrido y resignado Dr. Watson, al que da vida un excelente David Burke.
Con Jeremy Brett me pasa lo mismo que con John Thaw en Inspector Morse o Peter Falk en Colombo: sus interpretaciones pasan a ser el principal interés. Los casos, lo que sucede a su alrededor, se quedan en un segundo plano, sin desmerecer por ello la calidad de sus respectivas series, pero lo que realmente fascina es verlos poseídos por sus personajes.
Ya fallecidos los tres, solo resta agradecerles su legado.
Tengo poco más que decir sobre esta serie que lo que ya he dicho en el título. Cuando vi la primera foto de Jeremy Brett caracterizado como Holmes no me terminó de convencer. Luego le vi disfrazado de mozo de cuadras en Escándalo en Bohemia , pasando de la apatía suprema de la falta de información a esquivar un sofá de un salto al recibir nuevas pistas en Los bailarines y hacerle con total naturalidad un desplante a Watson en El ciclista solitario . Y en cada una de sus interpretaciones vi al auténtico Sherlock Holmes, tal y como fuera escrito por Sir Arthur Conan Doyle.
En general aplaudo al reparto de la serie. David Burke ha sido el mejor Watson que he visto en pantalla, y los actores que interpretan a Lestrade o a Mycroft Holmes se meten totalmente en sus personajes. Pero aunque eso no fuera así… sólo por ver cómo Jeremy Brett se transformó literalmente en Sherlock Holmes ya merece la pena la serie.
Yo soy un gran seguidor de Sherlock Holmes y sus relatos desde niño, me lo he leído y releído todos sus relatos y tengo que decir que esta serie transmite la esencia de esas historias, tanto de las novelas como de los relatos cortos. Para mi es la mejor serie de detectives que se ha hecho nunca, deja en mi opinión a las demás series basadas en este tema a las altura del betún.
No es una serie de acción, es una serie de deducción de ver como un personaje puede tener esa capacidad de razonamiento y resolución de problemas, es una serie clásica no comercial y muy recomendable para todo aquel que le guste la investigación clásica de deducción.