La viuda de Saint-Pierre
Sinopsis de la película
En 1849, en las isla francesa de Saint-Pierre, cerca del Canadá, dos hombres borrachos cometen un crimen absurdo. Uno de ellos es condenado a muerte, pero debe aguardar a que llegue la guillotina desde la Martinica. Durante los meses de espera, el reo ayuda en sus obras de caridad a la esposa del capitán del la guarnicion, la cual lo protege y sólo ve en él bondad y sencillez.
Detalles de la película
- Titulo Original: La Veuve de Saint-Pierre
- Año: 2000
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
6.8
44 valoraciones en total
En su contenido, esta película, -de belleza inusual-, tiene como tema central, el conflicto entre el necesario orden social y la justicia como aspiración humana, (un asesino confeso luego arrepentido, debe ser ejecutado), pero la respuesta no es fácil, y al respecto es famosa la frase del escritor Goethe prefiero una injusticia al desorden .
La película nos cuenta la historia de la mujer del oficial encargado de la custodia del condenado, la cual se empeña en demostrarse así misma la bondad del ser humano, para lo cual, haciendo uso del poder de la autoridad de su marido, da al reo una oportunidad de demostrar su rehabilitación.
Buena idea de partida, regular guión (la psicología de los personajes a menudo es inverosímil, así como algunos de los diálogos), estupendos actores, buena fotografía. Todo lo demás que pueda decir es -según la jerga de Filmaffinity- puro spoiler . Allá voy (como no tengo espacio para todos los detalles, hablaré sólo de los tres protagonistas)
Excelente porque es totalmente atemporal. Los hechos narrados en este filme pueden ocurrir incluso hoy en día. Ciertamente, con matices y unas pequeñas variaciones pero es trasladable a la imbecilidad burocrática de nuestra época, a la maleabilidad de las masas, al falso compañerismo que termina allí dónde empiezan nuestros intereses personales.
Quiero resaltar la brillantez del título que, por culpa de la expandida manía de traducirlo todo, queda desprestigiado. Une veuve no es sólo una viuda sino que es un término que se utiliza para designar a la guillotina con lo que al empezar el metraje queda en duda si por veuve el director está apuntando a la guillotina o bien a la viuda, si es que hay alguna viuda en la película. O si, en tercer lugar, estuviese haciendo referencia a ambas palabras. ¡Es terriblemente genial ya sólo el título mismo!
Y la genialidad supura a lo largo de TODA la película, la cual no sólo contiene grandes dosis de actitud frente a la vida sino de idealismos, paradojas, contradicciones, un estudio a pequeña escala del organigrama social poniendo de manifiesto que cuanto más alto estamos en el escalafón social, más ineptos son los dirigentes. Acabamos teniendo la sensación que entre éstos y el pueblo no hay más diferencia que en las formas pero que el fondo es el mismo.
Asimismo, retrata que el poder no está hecho para los idealistas. Asumir el poder es morir en todos los sentidos. No se puede pertenecer a la sociedad si se tiene caracter.
Notar que tanto el capitan como su mujer están tan alejados de la sociedad propiamente dicha que no pertenecen ni a la masa ni a los dirigentes. Son satélites que se mueven entorno a sus propios ideales sin tener mucha influencia por parte de la opinática social.
Excelente. Por ello, el amor que se tienen es de verdad. Es amor puro, fogoso incluso después de haberse casado, incluso después de vivir juntos. Se tienen un respeto mútuo que algunos tacharan de estúpido e imposible pero ¿No es acaso eso el amor verdadero y no lo que dicen que es amor verdadero? De nuevo, un ejemplo y una lección del savoir faire más selecto.
Cada uno que la vea, que la disfrute a pequeños sorbos. Que la vaya parando para reflexionar sobre lo que el director está intentando comunicar. Es una película con varias lecturas que por supuesto habría que ver más de una vez para llegar a recopilar correctamente la ingente cantidad de mensajes que nos son lanzados desde el otro lado de la cámara.
No sólo se disfruta la historia, la filosofía sino la fotografía. ¡Qué paisajes!
Una ambientación sensacional, una película sin igual que recomiendo vivamente a todo el que tenga ganas de adentrarse en el particular mundo de este director.
En nuestra página web: http://www.exsiliumland.com, estamos haciendo un seguimiento de sus películas para aquellos que estéis más interesados en Patrice Leconte, entre otras cosas.
Patrice Leconte nos ofrece en esta ocasión un drama de época (la acción se desarrolla a mediados del XIX) en el que describe la historia de una mujer generosa, apasionada y libre, que cree en la rehabilitación de los condenados por la justicia, que trabaja para que ello sea posible y que es capaz de descubrir la bondad y la lealtad que anida en el corazón del reo Neel August, con quien entabla una sincera y limpia amistad, apoyada por su marido. El doble desenlace de la historia constituye un sereno, pero firme, alegato contra la pena de muerte. La película se apoya, en gran medida, en una excelente fotografía a cargo de Eduardo Serra, colaborador frecuente de Leconte, que describe el paisaje, los personajes, la comunidad, el mar, la costa de las islas de Saint-Pierre y Michelon (próximas a Canadá), con minuciosidad en los detalles y con pasión. La cámara se entretiene poco en los encuadres estáticos, prefiere los movimientos suaves que buscan orientar la atención del espectador hacia el elemento central del encuadre. En diversas ocasiones las escenas en las que intervienen diversos personajes en animada conversación se resuelven mediante la juxtaposición rápida, sin fundido intermedio, de encuadres sucesivos. La música de Pascal Estève, colaborador de Leconte en diversas ocasiones, subraya el sentido de las imágenes y acompaña los sentimientos de los protagonistas. La interpretación de los papeles principales, especialmente el del polifacético Emir Kusturica, se desarrolla con verosimilitud y una notable corrección. Destaca la figura, casi ascética, del marido enamorado de la esposa, que no hace de su amor unas cadenas, sino el ámbito en el que tiene lugar una relación basada en el respeto a la libertad. La incomprensión de este respeto por parte de los jefes de la isla será una de las causas de la desgracia de ambos.
Dejémoslo claro de entrada. Me gusta mucho el cine de Patrice Leconte, un realizador que seguramente no alcanza el rango de genio (él mismo siempre ha rechazado verse como un autor ), pero que -para mi gusto al menos- siempre ofrece propuestas muy interesantes jugando con géneros muy diferentes. Ésta tal vez no está a la altura de las obras que más me entusiasman de él ( Monsieur Hire , El marido de la peluquera …), pero está francamente bien.
La historia, inspirada en un hecho real, atrapa de entrada. Se sigue con mucho interés la evolución de los tres personajes principales y de ese cuarto que sería la población de Saint Pierre.
Muy buen trabajo de los actores. Estupendo Daniel Auteuil sacando adelante el papel de un militar con un perfil bastante atípico y por lo tanto, a priori, difícil de aceptar por el espectador, maravillosa como es habitual Juliette Binoche y sorprendente Emir Kusturica en un ejercicio de contención que como actor lo sitúa en las antípodas de las interpretaciones excesivas que abundan en algunas de sus películas ( Underground , Gato negro, garo blanco ).
Los diálogos, como los silencios y las miradas ( La mirada de un hombre que ama a su mujer y que puede leer todo en sus ojos ) los encuentro muy ricos.
Se luce mucho la fotografía del excelente Eduardo Sierra, que tal vez para algunos pueda pecar en ocasiones de preciosista.
Un estupendo relato de amor, que nos habla sobre la justicia, el perdón, la fidelidad a las ideas y los sentimientos, sin caer en tonos panfletarios.
Fue candidata al Globo de Oro 2000 a la mejor película en habla no inglesa.