La vieja memoria
Sinopsis de la película
Filme que gira en torno a la Guerra Civil y a la posguerra española. Intercala imágenes de archivo con declaraciones de Abad Santillán, Raimundo Fernández Cuesta, Federico Escofet, José María Gil Robles y Dolores Ibárruri, entre otros.
Detalles de la película
- Titulo Original: La vieja memoria
- Año: 1977
- Duración: 175
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Opinión de la crítica
Película
7.6
39 valoraciones en total
La vieja memoria es una estupenda muestra del gran interés de su director, Jaime Camino (1936-2015), fallecido hace tan sólo unos días, por la Guerra Civil Española, pues este documental complementa a anteriores trabajos de Camino como España otra vez (1969) y Las largas vacaciones del 36 (1976). En la llamada Transición el cine español, liberado de ataduras ideológicas y políticas, vuelve la vista atrás al traumático pasado reciente. Surgen así películas que de un modo u otro tratan de ajustar cuentas con ese pasado colectivo. En esta línea es donde se sitúa este documental, que, pese a su considerable duración, resume mucho los años de la Segunda República y la guerra, centrándose bastante, como es lógico teniendo en cuenta que el director es catalán, en los acontecimientos que se sucedieron en Barcelona, especialmente los de julio de 1936 y los de mayo de 1937.
Las entrevistas y los testimonios son muy interesantes, y algunas veces son estremecedores, por ejemplo en el caso de José Luis de Vilallonga. Camino consigue que los entrevistados se relajen y confiesen sus experiencias, algunas muy duras, con toda libertad. El montaje da la impresión de crear una ágil relación entre los entrevistados, situando en primer plano sus contradicciones, sus diferentes puntos de vista, las diferentes versiones de los mismos acontecimientos, y también las coincidencias cuando las hay. Las opiniones encontradas entre dos mujeres que lucharon en el mismo bando, como Federica Montseny y Dolores Ibárruri, son muy significativas sobre las disensiones internas presentes en la Segunda República. Si algo se puede reprochar al documental es la manía de insertar un falso fondo sonoro a imágenes documentales que no tienen sonido original. La música de Xavier Montsalvatge añade un hondo dramatismo al relato de los hechos y a las imágenes que ilustran a aquéllos.
Con todas sus limitaciones, es una pieza fundamental del cine documental sobre la Guerra Civil Española.
La vieja memoria trata el tema de la segunda república española y la guerra civil, haciendo mucho más incapié en la guerra y únicamente relatando los sucesos más importantes de los distintos gobiernos republicanos.
Este documental me parece especialmente interesante por contar con muchos protagonistas de los hechos en primera persona, sólo tienen que ver en la ficha nombres como los de Gil-Robles, Ibárruri (la pasionaria), Tarradellas…
Destaca cómo trata el alzamiento (18 de Julio de 1936) de los militares rebeldes en Catalunya, debido a la suerte del director de poder entrevistar a los señores Escofet y Tarradellas para describir esos primeros momentos de confusión desde el punto de vista republicano o al Sr. Abad de Santillán, entre otros, para hacer ver la postura del movimiento anarquista y anarcosindicalista de la capital catalana (donde abundaban). Es impresionante escuchar estos testimonios de enfrentamientos directos, posturas encontradas, distintos puntos de vista y sin olvidar a los que estuvieron en el otro bando donde también se puede disfrutar de algún testimonio. Oir hablar al Sr. Abad de Santillán y de cómo se preparaban para rechazar a la reacción junto a Ascaso y Durruti, o bien escuchar al Sr. Escofet contar cómo dialogaba con el coronel Escobar, madre mía es historia viva…
También se hace incapié en la defensa de Madrid por parte del pueblo, también muy interesante. El director asimismo no olvidó al bando sublevado contando con la colaboración de falangistas que exponen sus ideas, de este modo para el que no conozca a estos primeros falangistas que aunque era un grupo violento y paramilitar, era muy distinto del que quedó después de que Franco los unificase con los carlistas y los del CEDA, y quedara lo que todos conocemos como Falangismo, basicamente una panda de asesinos (casi siempre en la retaguardia) que no creo que tuviese mucho que ver con lo que decía su fundador o del mismo Gil-Robles que hace lo propio exponiendo su postura ante el alzamiento militar.
También se hace un análisis de las divisiones dentro del bando republicano, soliacistas, anarquistas, comunistas… y de cómo esas divisiones pudieron ser una causa importante en la derrota que por supuesto también es analizada por todos estos protagonistas del acontecimiento histórico.
En definitiva recomiendo mucho su visionado sobre todo por lo que he mencionado, ya que el director no se fija tanto en las batallas, fechas, distintas operaciones y fracasos militares, influencia extranjera (de los 2 lados)… como se suele hacer cuando se trata el tema de la guerra civil, pero documetales de ese tipo hay muchos, españoles y extranjeros destacando producciones británicas de grandísima calidad, sino que aprovecha los testimonios de los que aún seguían vivos para realizar un documental de gran valor histórico.
Resulta difícil comprender que casi medio siglo después de terminada la dictadura, haciendo balance del testimonio cinematográfico realizado hasta la fecha, sólo Jaime Camino tuviera la clarividencia de confrontar los argumentos de las distintas corrientes ideológicas de la República, sobre lo que ocurrió en aquella época, yendo a sus principales protagonistas antes que, por su edad, siguieran desapareciendo. Posiblemente lo mostrado en esta obra no fue del gusto de quienes todo lo simplificaban, pero la comparación y complejidad de lo expuesto, el enriquecimiento en la comprensión de lo que ocurrió, y el aporte documental de lo que se dice (para contraste futuro en lo que tiene de verdad, excusa o proselitismo) justificaría el haber seguido con el empeño de recoger y diferenciar las distintas visiones que anarquistas, comunistas, poumistas, socialistas, federalistas, republicanos, falangistas, franquistas, monárquicos, nacionalistas, etc… tenían, y siguen teniendo, sobre lo ocurrido.
La vieja memoria es un meritorio trabajo en este sentido (el de la búsqueda de la verdad y la comprensión de los sucesos a los que se tuvo que hacer frente). Pero además aporta sencillez y claridad en su exposición a partir de un animado montaje en el que, planteando una cuestión, se dejó que se fueran contestando unos a otros procurando que los entrevistados vieran previamente las otras respuestas y pudieran aportar, ratificar o desmentir lo dicho por los demás. Teniendo en cuenta la urgencia por la edad de sus protagonistas (algunos rondaban los ochenta años), y que muchos de ellos vivían todavía en el exilio, en una no fácil localización, podemos comprender el enorme trabajo que se tuvo que realizar en idas y venidas para revisar e ir trenzando lo recogido.
Los años no han dejado de incrementar el valor de lo rodado para La vieja memoria , convirtiéndola en un documento único e indispensable.