La vida privada de Pippa Lee
Sinopsis de la película
Pippa Lee (Robin Wright Penn) es una mujer en la plenitud de la vida. Casada con Herb Lee (Alan Arkin), un exitoso editor 30 años mayor que ella, madre de dos hijos ya crecidos, es una generosa anfitriona y una excelente cocinera, además de una gran amiga y confidente de todos los que entran en su vida. Sus problemas comienzan cuando sigue lealmente a su marido para comenzar una nueva vida en una comunidad de jubilados. Entonces el idílico mundo y la personalidad de Pippa entrarán en crisis, porque, por dentro, Pippa está muy lejos de ser plenamente feliz…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Private Lives of Pippa Lee
- Año: 2009
- Duración: 93
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
5.4
68 valoraciones en total
Una hija que la ignora, un hijo con cara de tonto, un marido viejuno, y un pasado peculiar.
La vida perfecta.
No tenía ninguna intención de ver esta película ya que me parecía que sería terriblemente aburrida, pero ayer no tenía nada que hacer por la tarde y una amiga se empeñó en que fuéramos a verla, y fuimos, y la vimos aunque en cartelera había títulos mejores, y comprobé que tenía razón, es aburrida, y ahora me pregunto porque no me puse a ordenar el armario en lugar de salir.
Es tan predecible que no hace falta ver mas que los primeros 15 minutos, no, no es que yo haya visto demasiado cine o que naciera con el don de la adivinación, lo que ocurre es que es tan tópica y tiene tantos clichés que sabes en todo momento lo que ocurrirá en la escena siguiente, igual que sabes como reaccionarán los personajes y hacia donde nos llevarán las diferentes situaciones y problemas que se presentan a lo largo de los 90 minutos que aproximadamente dura la película, 90 minutos en los que no hay ni un solo giro de guión.
Miller nos trae una película con una historia común, correcta y poco estimulante, de las que estamos hartos de ver en verano, y su único interés corre a cargo de los personajes secundarios que se van sucediendo sin mas y desaparecen para siempre a los cinco minutos de presentarlos, hubiera podido explotarlos un poco mas ya que son los secundarios quienes nos conducen a través de la vida de Pippa Lee poniendo el toque de humor y frescura que escasea durante toda la cinta. Julianne Moore y Monica Bellucci pasan en un parpadeo habiendo podido sacar mucho partido de sus papeles.
Las actuaciones principales no son especialmente brillantes, son correctas pero desganadas y en ningún, o casi ningún momento se refleja en sus caras lo que el personaje debería estar sintiendo, al llorar lloran como el que corta cebolla y por supuesto en un apartado a parte tenemos al señor Reeves que sólo sabe poner esa cara de recién levantado de la que hace gala en cada película independientemente de si es un drama, una comedia o una de acción. Acabo de salir de la cama y todo esto me importa una mierda , eso es lo único que transmite.
De los aspectos técnicos no hay mucho que comentar, la fotografía, a cargo de Declan Quinn, es la típica de una película de verano y recuerda mucho a Bajo el sol de la Toscana (Under the Tuscan Sun. 2003).
En general es una de esas películas para ver las tardes de Domingo mientras te pintas las uñas de los pies.
-La escena: La conversación entre Robin Wright y Winona Ryder en la cafetería.
Creo que estoy teniendo una crisis nerviosa muy tranquila
-Una observación: Julianne Moore tiene unas rodillas horrorosas
Pippa Lee ha llevado una vida poco convencional, almodovariana casi, con un padre cura, una madre pastillera bipolar, un pasado lésbico que roza la pornografía, coqueteos juveniles con drogas, insinuaciones de prostitución, una relación basada en cuernos por un lado y por otro… pero que Rebeca Miller nos narra de una manera convencional dentro de este cine que tanto se lleva ahora de construir héroes y heroínas cotidianos por el simple hecho de saber reponerse de una infidelidad, de querer aprovechar la vida o de atreverse a plantar cara a los estándares sociales y tener un novio joven o casarse con un marido viejo.
La verdad es que cada vez me interesa menos, si es que en algún momento me han interesado, estos retratos interioristas de superaciones familiares por muy bien interpretados que estén, que lo están (sólo faltaría con la cantidad de actrices de primera línea que participan) o muy profundas que sean las reflexiones que intente plantear, que no es el caso, ya que no hay que confundir hacer reflexionar al espectador con el hecho de que sea capaz de seguir una maraña de relaciones familiares donde la información permanece oculta hasta que interesa revelarla por aquello de construir un clímax. Tampoco me resulta muy natural su extraña forma de contar las cosas mezclando drama, comedia, tragedia y mensaje optimista como intentando gustar y quedar bien con todo el mundo.
Pippa Lee es una película interesante, técnicamente solvente, pero dentro de un género de cine que no me interesa. Puede que sea porque creo que hay cientos de películas, libros y reportajes en TV que cuentan vidas por el estilo, o porque me parece artificial y creada para satisfacer gustos de amplio espectro… pero sea como sea, aunque no está mal, casi seguro que dentro de un año no recordaré nada sobre ella.
Robin Wright Penn (una actriz que nunca llamó mi atención estando siempre a la sombra de su ex-marido, pero que comienzo a creer que está muy infravalorada) protagoniza este drama casero con ambientación kitsch norteamericana.
Pippa Lee es una cuarentona casada con el acomodado viejete Herb Lee (un genial Alan Arkin, carismático y entrañable) y con dos hijos, vive en el típico barrio norteamericano de casazas, en principio parece una ama de casa perfecta más (una especie de Bree Van de Kamp de Mujeres Desesperadas solo que mucho más agradable y simpática). Sin embargo Pippa esconde un pasado salvaje y algún que otro pensamiento no deseado. Y con la excusa de que ver si la indomesticable cabra siempre tira al monte, observamos el retrato de una mujer muy bien dibujado a base de pinceladas en su vida, con flash backs, narración en off del personaje y una maravillosa interpretación de Robin Wright. Y esto es un gran acierto, ya que cuando una película se centra en la personalidad e introspección de un personaje y en la vida que la rodea, este personaje tiene que caer bien y resultar empático cosa que se logra.
La disección del personaje se lleva a cabo por los acontecimientos de su entorno… que la han convertido en lo que es (y todo se hace comprensible), y esa rememoración de hechos pasados para entender el presente encaja de forma muy satisfactoria. Las tirantes relaciones familiares juegan un papel crucial en esta película y sus dramas intensifican en emoción al metraje (además de estar bien interpretados).
El reparto coral se luce con creces. La película, que al fin y al cabo narra una historia corriente y no tiene mucho más a lo que acudir, mama de las interpretaciones de sus actores y los explota bien con unos personajes bien incrustrados en la historia (la cinta hace incluso que Maria Bello, Winona Ryder (en un papel de loca que la viene que ni pintao) o Monica Bellucci parezcan buenas actrices y todo).
La película goza de una buena realización y de unas actuaciones que dan la talla dentro de un relato algo frecuente, pero que es descrito de forma entretenida, empática y agradable (con ratos guasones o intensos emocionalmente) dejando muy buenas sensaciones durante y después del visionado.
Lo mejor: La dirección de actores.
Lo peor: Algún que otro suceso previsible.
Muchas estrellas, incluso para papeles secundarios. Tiene sus momentos, a veces se presenta distrófica, lo que hace que no acabemos de conectar. Atiborrada de flashback continuados que hacen perder el hilo.
Algunas escenas resultan conmovedoras, habiendo podido sacarse más partido del conjunto que se muestra lleno de matices, en ocasiones, incluso antagónicos.
Pese a sus carencias y limitaciones, el resultado es un producto moderadamente entretenido, si pasamos por alto, ese evidente caos narrativo.
Y quizá lo hizo porque fui a verla sin ninguna pretensión, salvo la de pasar una noche entretenida con mis amigos en uno de los maravillosos cines de verano de Córdoba (y que duren muchos años).
La película es una especie de biopic o rápida biografía de Pippa Lee, la protagonista. Comienza con ella en la madurez y, a lo largo del film, se suceden varios y bien medidos flashbacks sobre su niñez y juventud, que nos van descubriendo a una mujer que sería algo así como la metáfora de algunos lagos: placidez cristalina en su superficie y un turbio interior casi inaccesible. Hasta llegué a pensar que la tal Pippa (vaya nombre) era alguien real. De hecho, NO lo es.
Un 10 para las actrices que la interpretan tanto en su juventud como en su madurez: guapísimas. También me gustó el actor que interpreta a su marido, pena no ser una V.O.S., lo imagino con una voz mucho mejor que la que le ha tocado en doblaje.
Lo que menos me convenció fue algún aspecto del final, que dejo en el spoiler.