La verdad
Sinopsis de la película
Fabienne es una de las grandes estrellas del cine francés, una actriz que reina entre los hombres que la aman y admiran, pero en su mundo interior tiene grandes conflictos con Lumir, su hija. Lumir viaja con su marido e hija a París cuando se publican las memorias de su madre. El encuentro no tardará en convertirse en enfrentamiento: se revelarán verdades, se ajustarán cuentas, se hablará de amor y de resentimiento.
Detalles de la película
- Titulo Original: La vérité (The Truth)
- Año: 2019
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
6
62 valoraciones en total
*A París con amor
Muchos directores laureados por los Óscar y/o por los festivales internacionales aprovechan el éxito y la fama que le otorgan los premios para hacerse las Américas. Como muchos recordarán, no siempre sale bien. No es el caso de Hirokazu Kore-eda pues, si bien arrancó la producción de La verdad (La vérité) meses después de haber ganado la Palma de Oro en Cannes por Un asunto de familia (Shoplifters, 2018), ha preferido irse a París a rodar su primera película fuera de su Japón natal en vez de a Hollywood. La sensibilidad del director nipón casa a la perfección con la europea, de ahí que La verdad parezca rodada por un director local y no por el extranjero que con mirada de turista se ensimisma demasiado en la ciudad que le acoge.
*Conflicto con mesura
Al igual que el grueso de la filmografía de Kore-eda, La verdad (La vérité) está centrada en una familia, pero no tan humilde como las que suelen protagonizar sus historias. De hecho, humildad es lo que le hace falta a su protagonista, una diva del cine francés que está a punto de publicar un libro de memorias lleno de mentiras y ausencias destacadas que enfadan a su hija, una guionista que ha venido a visitarla desde Nueva York junto a su marido, un actor de segunda, y su hija.
Al principio parece que va a estallar un conflicto de gran magnitud entre madre e hija, pero siendo fiel a su sereno estilo, Kore-eda sustituye los gritos por alguna que otra discusión en un tono normal y por esfuerzos dirigidos a que las dos se encuentren y entiendan. Por supuesto que hay momentos incómodos, palabras hirientes y dolorosos recuerdos que salen a la luz, pero el ambiente general es cálido, acogedor y familiar.
*La complicidad de la diva
Kore-eda aborda en La verdad (La vérité) la vanidad propia de la estrella de cine con más cariño y curiosidad que ánimo crítico. Por eso, aunque el personaje de Catherine Deneuve sea esencialmente antipático y mezquino, resulta entrañable. Además, cuenta con la complicidad de la propia actriz, que aporta de su propio bagaje una actitud de estar pasada de vueltas de todo y ese estatus de mito y diva que la rodea, lo cual enriquece la tesis que elabora la película sobre el paso del tiempo, la belleza y la inseguridad y vehemencia ególatra del que se dedica a la interpretación. Deneuve cuenta con la no menos fantástica Juliette Binoche para que le haga una réplica a su altura, y también está por ahí Ethan Hawke en un rol menor pero simpático.
*Conclusiones
La verdad (La vérité) es una sólida y agradable película, pero carece del costumbrismo y ese toque especial que ha consagrado a Hirokazu Kore-eda a nivel internacional. Funciona mejor cuando se entrega a la comedia a través de la lengua viperina de Deneuve que cuando gira al drama, demasiado ligero como para resonar. No obstante, contiene lecturas sobre la volatilidad de los recuerdos, las relaciones maternofiliales, la fragilidad del ego, los remordimientos y la madurez que merecen que acompañemos con gusto a Kore-eda en su incursión europea.
Escrito por Jorge Blanch
La película que sirvió de pistoletazo de salida de mi aventura fue la que inauguró la Sección Oficial, el nuevo trabajo del director que ganara la Palma de Oro hace un año: el maestro Hirokazu Koreeda, que por vez primera cambiaba el japonés por el francés con La verité. Un drama familiar de actrices y madres que cuenta en el reparto con Catherine Deneuve, Ethan Hawke y Juliette Binoche. Una historia de resentimientos, mentiras, falsas verdades y encuentros familiares con un tono humanista y ligero y empapado del espíritu del cine francés por los cuatro costados. Un ejercicio metanarrativo de guión bien definido que pone a sus personajes en el núcleo del relato y sitúa en ellos todo el foco para incentivar su lucimiento, quedando el desempeño como realizador de Koreeda en un segundo plano. Su estilo apenas se percibe en las transiciones y en puntuales instantes de poética visual, pero sí que encontramos la sensibilidad y el vitalismo que le caracterizan al trazar el recorrido psicológico de los personajes principales y la resolución de sus conflictos. No nos encontramos ante una de las mejores películas del nipón, que duda cabe, y acudir a ella con expectativas altas le juega una mala pasada. Pero hablamos de una película elegante, bien interpretada, mejor escrita, muy divertida, ligera y fácil de interpretar pero llena de matices que sonsacar en la reflexión y coloquios posteriores. Cine sobre el cine, Deneuve diseccionándose críticamente a sí misma y terapia familiar a través de un rodaje. Una más que digna inauguración.
No me ocurre muy a menudo, pero al término de la proyección dudaba si inclinarme a recomendarla (con cierta benevolencia) o desecharla. Finalmente, me decidí por la segunda opción. Hay factores en ella que están cuidados pero no por ello salvan la película, cuyo principales lastres son es el tedio y su frialdad. Yo al menos salí tal y como entré. Es cierto que hay plasticidad en algunas de sus imágenes, algunos diálogos recurrentes y que, sobre todo el trabajo de sus actrices es correcto, pero no sentí absolutamente nada. No hay ni altos ni bajos y todo es monocorde, como un encefalograma plano. Tampoco esperaba en ningún momento un estallido ni de drama ni de comedia, pero sí alguna progresión de sus personajes, cosa que no ocurre, y eso me ha impedido su disfrute.
Ahora pasaremos al espacio del spoiler, pero en definitiva, La verdad forma parte de esos títulos con que la crítica se vuelca, quizás porque su director, Hirokazu Koreeda, viene precedido de algunos éxitos en festivales de prestigio como Cannes, donde consiguió la codiciada Palma de oro entre otros premios, Venecia, Valladolid o San Sebastián y nadie se atreve a darle ni un tironcito de orejas, cosa que le vendría bien, para que no se duerma en el trono donde está bien protegido.
Yo debo de estar volviéndome muy rarita, porque he salido de la película cómo he entrado porque el argumento es en si un spoiler porque sencillamente no pasa nada más. No entiendo la profundidad que le otorgan algunos críticos.
Si lo que pretende el director es mostrarnos a dos grandes actrices, pues entonces prueba conseguida.
Me ha gustado mucho las interpretaciones de ellas, pero la historia no es más que el argumento de la película, no pasa más que ellas sacando el pasado que las une como madre e hija y poco más, ni siquiera son unos grandes diálogos, ni siquiera provocan sonrisa, ni siquiera provocan emociones, todo es bastante frío, con algún efímero momento más interesante y punto.
Y en cuanto a la presencia de Hethan Hawke es solo eso, una presencia, bastante irrelevante.
Casi lo mejor es la niña.
Terminamos el año a lo grande con una de los estrenos que más he disfrutado del año. La verdad que viene precedida por unas críticas buenas pero más bien tibias que he leído detenidamente y bueno, qué pasa, ¿que tiene que haber escena de gritos y llantos para encumbra a una película? A mí no me hacen falta estos artilugios baratos y para mi gusto es una de las mejores películas del año.
No conozco mucho al director Koreeda, más que su magnífico debut After Life y sus dos películas recientes más conocidas, De tal padre, tal hijo y Un asunto de familia , que me dieron más frío que calor. Así que no se me puede acusar de ánimo parcial a la hora de ver este su experimento por el cine francés, donde continúa explorando sus temas familiares de la mano de las estupendas Catherine Deneuve y Juliette Binoche.
Supongamos que la verdad objetiva es un rayo de luz que nos llega a través de un prisma de múltiples facetas ¿Cuál de los rayos de luz refractados es la verdad? Todos y ninguno. Esto es lo que viene a recordarnos esta película, que la memoria es muy engañosa y la de cada uno es una faceta más de ese prisma que nos separa de la verdad.
Este problema de la verdad es el corazón del conflicto de la principal pareja madre-hija de la película: Fabienne (Deneuve) madre/actriz en avanzado proceso de normadesmondizacion y Lumir (Binoche) hija/guionista, que como su propio nombre indica es la máxima interesada en conocer la luz. Las profesiones de ambas proporcionan el contexto de la película, el mundo del cine. Ya sabemos que el metacine ofrece oportunidades únicas para dar fuerza de palanca a una idea, y esta vez no se desaprovechan.
Gracias al cine el tema madre-hija se ramifica porque (y os podéis saltar este párrafo ya que puede dar dolor de cabeza) Fabienne está rodando una película cuyo argumento básico es el de Interstellar. En esa película hay una madre que gracias a efectos relativísticos no envejece, así que mantiene su mediana edad mientras su hija pasa por cuatro edades: niña, adolescente, adulta y anciana, cada una interpretada por actrices distintas, siendo la más vieja Fabienne. Así que en las escenas de Fabienne los papeles madre-hija invierten la relación de edades natural. Además, la actriz que interpreta a la madre en la película de ciencia-ficción es Manon (interpretada de forma radiante por Manon Clavel, con lo que tanto actriz como personaje/actriz se llaman como la hija de una de las películas más míticas del cine francés, El manantial de las colinas ) y todo el mundo dice que recuerda a una mítica actriz del pasado, Sarah, sombra misteriosa que rivalizaba con Fabienne no solo en la profesión sino también ejerciendo de madre supletoria de Lumir cuando Fabienne no estaba. Y además, Lumir tiene una hija pequeña que quiere o dice que quiere ser actriz y se parece a Fabienne. Ya podéis suponer la cantidad de proyecciones, reflexiones y refracciones que pueden suceder con este panorama. Hasta en IMDb se han liado y en el resumen llaman Catherine a su personaje Fabienne y cambian su rol dentro la película de ciencia-ficción de hija a madre. Ya lo rectificarán.
Quedan en segundo plano los hombres, encabezados por Ethan Hawke en un papel de buen padre que conoce al dedillo pero no por ello deja de maravillarnos. Es que es muy grande Ethan Hawke. Pues eso, que los hombres quedan en segundo plano pero engrasando muy bien la película. Son hombres buenos, escuchan, admiten sus errores y no quieren tener siempre la razón. Un poco de ciencia-ficción también es la película.
En definitiva, una genialidad de película sencilla e impresionista que me ha hecho llorar sin que hubiera escenas de gritos y llantos, en plan síndrome de Stendhal de baja intensidad. Obviamente esto es muy personal y no aseguro la lagrimilla al verla, pero aún así espero que guste a más gente. Y si no pues nada, me la quedo para mí solo, ja!
Hay un paseo con perro.
Gustará a: actrices, Max von Mayerling, Muten Rōshi
No gustará a: biógrafos, alcohólicos, Brigitte Bardot