La venganza
Sinopsis de la película
Tras pasar diez años encerrado por un crimen que no cometió, Juan queda en libertad. Está decidido a matar a Luis el Torcido , al que cree culpable de su desgracia, pero como necesita dinero, no tendrá más remedio que unirse a una cuadrilla de segadores que dirige su enemigo y que busca trabajo por los campos de Castilla.
Detalles de la película
- Titulo Original: La venganza
- Año: 1958
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
6.6
39 valoraciones en total
Como acertadamente han comentado otros usuarios, esta es una película en clave , pues su director, deseando tratar la necesidad de la convivencia y la reconciliación en una España hasta entonces de vencedores y vencidos, se vio obligado a hacer considerables malabares argumentales para evitar las tijeras de la censura.
El filme, cuyo primer título iba a ser Los segadores (hubo que cambiarlo, pues a los puntillosos censores les recordaba un himno inconveniente), navega siempre entre dos aguas, adoptando un argumento que aparentemente aborda -con aires de tragedia clásica- melodramáticas pasiones, ambientadas en el campo andaluz, pero que en realidad, de forma encubierta y simbólica, realiza una crítica social sobre la explotación de los jornaleros, cuyos propios enfrentamientos encarnan la inexistente reconciliación de la España de la época. De ahí que el personaje que interpreta Jorge Mistral salga de la cárcel por motivos pasionales, y no por los que razonablemente casarían mejor con las intenciones del realizador (motivos políticos, claro está), son estas constantes alteraciones y rodeos para evitar la censura las que impiden que la película sea redonda, y es una pena, porque el argumento era ambicioso y potente.
La aclaración inicial, que especifica que las duras condiciones en que se refleja la vida del campo corresponden al período 1931-36, fue el imprescindible pago a la censura para evitar que se suprimieran fragmentos tan elocuentemente críticos como el de la huelga de jornaleros, muy bien concebido y filmado, siendo uno de los mejores momentos del filme. Las ya comentadas dificultades de guión -inevitables, por lo inasumible del argumento- no empañan una realización que tiene buenos momentos, con hermosas y luminosas secuencias que muestran el trabajo en los campos de cereal (casi se pueden sentir el calor y la sed), y unas interpretaciones de altura, destacando el ya mencionado Jorge Mistral y Raf Vallone, sin olvidar al siempre estupendo secundario que era Manuel Alexandre, y a una muy guapa Carmen Sevilla, cuyo papel recuerda al de las grandes actrices italianas del neorrealismo.
Es precisamente ella la que, con la frase que reproduzco en el título, resume las intenciones de la película, la posibilidad de la conciliación entre aquellos que se presumen irreconciliables, que son, en realidad, los dos bandos de una España encarnada en cuadrilla de jornaleros. Por lo demás, los muy puntillosos censores quedaron hasta tal punto satisfechos, que ignoraron estas lecturas ocultas, permitiendo que el filme compitiese en los Oscar, siendo una de las cinco nominadas en el apartado de mejor película de habla no inglesa.
Juan Antonio Bardem escribe y dirige este retrato de la España más profunda de la época franquista.
Película a medio camino entre Muerte de un ciclista y Calle mayor, Bardem analiza un tema muy diferente a los otros pero dirigido con maestría.
Una película bastante olvidada e infravalorada de una manera muy injusta pues el retrato que Bardem consigue de la España rural de Castilla es muy acertado.
La historia principal es la siega de los campos de Castilla y de la inmigración de diferentes regiones de España hacia las tierras de Castilla en un periodo donde comenzaban las máquinas segadoras.
Partiendo de esta base Bardem analiza y retrata el carácter de estas personas que la tierra los embruteces y los hace comportarse como auténticos animales, brutos, llenos de ira, odio y rencor, duros como los campos y tierra que pisan.
Barden consigue retratar el alma de estos personajes en un fondo rudo y cruel, unas tierras difíciles que moldean el alma de los habitantes que la habitan.
Campos infinitos, un sol abrasador, y pequeños pueblos perdidos en la sierra son los escenarios principales de esta película que sirve para adentrarse en el alma de las personas y de su odio que cultivan en su interior.
Bardem analiza el estilo de vida de estos pequeños pueblos perdidos y abandonados de la mano de Dios, así como en Calle Mayor Bardem analiza el alma de esas personas de las pequeñas ciudades locales, aquí va más lejos pues se adentra en el alma de la España más profunda.
Odio y rencor son el pan de cada día de estas personas curtidas por el sol y la tierra, embrutecidas y machacadas son capaces de matar sin ningún tipo de piedad a sus semejantes y todo esto se debe al entorno en el que estas personas se han criado.
Genial retrato de Bardem, fiel a la realidad no solamente rural sino político-social, Bardem utiliza esta historia para criticar entre líneas la situación política del momento.
A todo esto Bardem da un suspiro de esperanza a sus personajes, como en Calle Mayor sus personajes quieren VIVIR, buscan el amor, esperanza y el perdón en medio de tanta castidad.
Un fiel retrato a la España ruda que se refleja en los rostros de sus personajes, Bardem centra a veces su cámara en los rostros de sus habitantes para reflejar la rudeza de sus rasgos como metáfora de la crudeza del entorno.
Desgraciadamente una película olvidada y sin duda una gran película, fue premiada en Cannes y muy justamente a pesar de que la historia no le esté haciendo justicia pues es uno de los títulos más olvidados de la filmografía española.
Peliculón patrio de Juan Antonio Bardem allá por 1958. Premio de la crítica en el prestigioso Cannes y nominada al Óscar como mejor película extranjera. Distribución de la Metro Goldwyn Mayer. Carmen Sevilla, Raf Vallone, Jorge Mistral. Los campos de Castilla y el fandango andaluz. El cielo espeso, la llanura implacable, el amor desértico y una venganza sembrada entre espigas y sol. Digan lo que digan, este es uno de los mejores westerns que el Cine ha dado.
La historia no oculta a nadie que se trata de una alegoría de la Guerra Civil española y sus odios enconados con la que se propone un mensaje de reconciliación y amistad entre todos. Muy bonito y aleccionador, desde luego, además, y por sorprendente que parezca, de perfecta actualidad, lo que debería hacernos pensar si es que somos ahora mucho más intransigentes que antes. «La venganza» tampoco esconde, y de hecho es una parte principal de la película, su crítica hacia unas condiciones de trabajo abusivas y angustiosas en el campesinado español, extensible a cualquier ámbito y época, que ofrecerá una de las escenas más potentes de la cinta y me atrevo a decir que de nuestro Cine: esa llegada al pueblo en huelga de Jorge Mistral al más puro estilo Leone pero con mujeres enlutadas, casas encaladas y suelos de piedra, mientras acecha una multitud y hay un silencio de muerte. Impresionante. El mundo rural se escenifica así desprovisto de florituras y adornos, pero no por ello deja de tener un duro y poético encanto, a veces incluso entrañable gracias al humor y la generosidad de esos caminantes que recorren la tierra y con los que tropiezas en medio de las bastas soledades.
Sin embargo, si hay algo que me entusiasma de esta película es la pasión que hierve en cada palabra, gesto y mirada. Qué poderío de diálogos, de romance y de actores. Dicen que del amor al odio hay un paso, pero también es verdad que del odio al amor hay paso y medio, sino algo menos. La relación entre Andrea y Luis queda para el recuerdo cinematográfico, qué miradas se echan, qué deseo les perturba y que mal se tratan, con bofetada incluida de él a ella que merecería una respuesta contundente y que no puedo defender bajo ninguna circunstancia. Eso sí, para que no pensemos que Luis el Torcido está realmente torcido moralmente, diré en su favor que tiene momentos de inigualable ternura y profundo romanticismo, Vallone, si vas a describirle el mar a tu enamorada, dile que su color es el color de tus ojos, seguro que lo comprende al instante. Carmen Sevilla, hermosísima, se encontraba en su apogeo y, bueno, está soberbia como casi mujer fatal que terminará tragándose sus palabras. El tercer protagonista es el insuperable Jorge Mistral, del que quiero destacar una vez más su vozarrón y su magnífica dicción. Un lujo.
Drama bello e intenso de emociones a flor de piel. Brutal.
Dice en el prólogo Bardem que La venganza no es más que una historia sobre el trabajo de una cuadrilla de segadores. Y, obviamente, también, pero casi es lo de menos. Bardem narra la historia de Juan (Mistral) que tras pasar 10 años en la cárcel, acusado injustamente por haber asesinado a un hombre, vuelve a su pueblo y casa. Allí se encuentra con su hermana Andrea (Sevilla) y no hará sino alimentar el odio y buscar la venganza sobre quien considera culpable de su injusticia, Luis (Vallone). Para ello, se mete en la cuadrilla de segadores de éste. Sin embargo, el amor se interpone entre ese odio, pues entre Andrea y Luis comienza una irresistible atracción…
Bardem disfraza La venganza de melodrama al uso de la época y le aplica consecuentemente dosis de tremebundo folletín y de humor costumbrista. Pero lo interesante subyace bajo todo esto: La venganza es una demostración más de lo injusto de la dictadura franquista, de su opresión a la libertad (como el amor no libre entre Andrea y Luis), del sentimiento de culpa tras la Guerra Civil y la continuación de las rencillas y la pelea entre hermanos (Juan y Andrea). Es un pulso entre el amor y el odio, entre bandos, con una lectura final de hermanamiento respetuoso, pero de indiscutible reivindicación proletaria y libertaria, de igualdad de clases sociales. Por lo tanto, es esta una película sociopolítica y simbólica (algo que los estúpidos censores no supieron vr, por suerte), un canto a la estupidez de la violencia, a la inanidad de la venganza, una apología de la democracia (marxista, por supuesto) y de la movilización ruidosa pero no sanguinaria. Bien captado el ambiente áspero, rudo y visceral del campo y lo rústico y muy bien interpretada, supone para mí una imprescindible reconciliación con el interesantísimo Bardem, tras la deleznable Resultado final .
La verdad es que me lleve una grata sorpresa con esta película, pues no había oído muchos elogios sobre ella. Para mi, confirma a Bardem como uno de los directores más interesantes del cine español. Quizá no esté a la altura de Muerte de un ciclista o Calle Mayor (para mi dos auténticas obras maestras del cine español), pero confirma ese tipo de cine comprometido en una época en la que el compromiso brillaba por su ausencia.
Este drama rural se muestra como una inteligente metáfora de las dos españas, del recelo y el odio sabiamente representado por los personajes de Raf Vallone y Jorge Mistral. Sin embargo, a pesa del duro enfrentamiento entre los protagonistas, Bardem nos habla de que es posible la reconciliación, a pesar de las rencillas y rencores.
Por lo tanto, La Venganza se nos presenta como una obra altamente recomendable y a mi juicio injustamente olvidada. Bien es cierto que la carrera de Bardem pasó por altibajos, incluso podemos decir que se dejó seducir por el cine más comercial y que firmó españoladas dignas de cine de barrio, pero también es cierto que junto a Berlanga revitalizó el cine español en unos momentos de oasis creativo (actualmente tampoco estamos muchos mejor), por lo que no deberiamos despreciar a un director que firmó algunos de los títulos esenciales del cine español.