La vampira de Barcelona
Sinopsis de la película
En la Barcelona de principios del siglo XX conviven dos ciudades: una burguesa y modernista, la otra sórdida y sucia. La desaparición de la pequeña Teresa Guitart, hija de una rica familia, conmociona al país y la policía tiene pronto una sospechosa: Enriqueta Martí, conocida como ‘La Vampira del Raval’. El periodista Sebastià Comas se adentrará en el laberinto de calles, burdeles y secretos del barrio del Raval, donde sabe que encontrará la verdad sobre las desapariciones y asesinatos macabros de niños de los que se acusa a la Vampira. Pronto descubrirá que allí se esconde una élite dispuesta a ocultar sus vicios a cualquier precio.
Detalles de la película
- Titulo Original: La vampira de Barcelona
- Año: 2020
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
6
93 valoraciones en total
El tema de la serial-killer barcelonesa se podría haber narrado de muchas formas, pero aquí nos encontramos básicamente con un telefilme de esos que darían en la TV durante la sobremesa. Pero ojo, menudo aspecto visual tiene el jodido telefilme.
Toda la película esta prácticamente rodada en blanco y negro y sólo se deja de lado esos tonos grises para mostrar el mundo vicioso/prohibido o resaltar el rojo sangriento a lo ‘Sin City’. Y queda de fábula. Además la parte artística y de montaje juega con contrastes de luces, sombras chinescas y hasta decorados animados para favorecer el ritmo narrativo.
¿Entonces? Pues que es ‘mu’ bonica pero es plana y sosa. No engancha. La dirección más teatral que de cine y aunque cuenta con interpretaciones más que correctas tiene un aire de bajo presupuesto peñorativo. Lo bueno es que el foco de la historia se centra más en los traumas del protagonista y las perversiones de la alta sociedad catalana, que en el morbo de lo que hizo (o no) Enriqueta.
Una buena historia y unas excelentes interpretaciones no consiguen generar interés en el espectador. Predecible todo. Grandilocuencia para nada, pastiche de estilos. Si no hay dinero para grandes localizaciones pues se centra uno en cosas más sencillas, pero esa mezcla de teatro de sombras junto a imágenes de videoclip con exceso de rojos..Su visionado es una pérdida de tiempo total. ni da miedo, ni genera intriga… me apena ver que el trabajo de los actores se cocina de una forma tan lamentable. Oportunidad perdida para una película en catalán que transcurre en una barcelona gótica y que hubiera podido ser un taquillazo
La Vampira de Barcelona es un cuento gótico ambientado en una Barcelona victoriana, y una arriesgada apuesta estética que bascula entre el artificio y la teatralidad con resultados dispares.
Opera prima de su director Lluís Danés que proviene del teatro y la televisión, estamos ante una propuesta que por decisión estética y/o limitación presupuestaria recrea los barrios bajos de la ciudad desde una arriesgada artificilidad en su puesta en escena que la coloca en un nivel de producción buscadamente arty (la sombra de Dogville (2003) es alargada), jugando con una magistral fotografía de blanco y negro hipercontrastado y rojo saturado. La iluminación, decorados y vestuario contribuyen a dotar al film de un aspecto irreal, anacrónico que le viene muy bien a la hora de plantear los horribles crímenes que sucedieron en el Raval. El film utiliza la leyenda de la vampira como excusa para denunciar el abuso de poder de una burguesía sin escrúpulos a la hora de utilizar niños para satisfacer sus perversiones en los prostíbulos de los bajos fondos.
El trabajo de Nora Navas como Enriqueta Martí es impresionante. Lástima que la excesiva teatralidad de los diálogos, la falta de profundidad de muchos personajes, lastre el resultado final. Un exceso de metraje y una cierta confusión de un guión que abre muchas subtramas sin una conclusión dramática adecuada tampoco ayudan a la hora de hacer avanzar la acción. El film presenta una narrativa excesivamente plana para una premisa argumental potente, que podía haber convertido el film en algo más arriesgado a nivel dramático más allá de la apuesta estética.
Entre la Tv movie o el film arty estamos ante un producto muy digno estéticamente pero irregular en su narrativa. Una lástima.
Hay veces que sabemos más de la historia extranjera que de la propia. Si que quien más quien menos que viva en la ciudad condal ha escuchado hablar de la vampira de Barcelona o la vampira de El Raval, pero es en los detalles cuando la historia va hacia un lado o hacia otro. En La vampira de Barcelona ahonda en su vertiente más conspiranoica y se atreve a rellenar muchos huecos de la historia real con unas hipótesis, que dentro de su lógica, son conjeturas.
Barcelona, año 1912. La ciudad se divide en dos sociedades, la burguesa y la plebeya. Unos son poderosos y dueños de todo, y los otros totalmente a merced suya. Sebastià Comas es un periodista que se encarga de escribir sobre la desaparición de la pequeña Teresa Guitart, hija de padres ricos. Pero cuanto más investiga sobre el caso, más ahondará en una ciudad que no conocía, una enferma, déspota y dispuesta a cualquier cosa por los placeres más banales.
Película con aire noir y una estética más que particular. Son decisiones que se toman cuando el presupuesto no da para recrear una ciudad más de cien años atrás, pero que pasada la sorpresa inicial acaba sumándole a la historia. Creo que no a todo el mundo le gustará pues es realmente arriesgada, la mayoría de los escenarios recuerdan a escenarios teatrales y algunos personajes lucen máscaras como si de sus caras se tratase que, pasado el primer susto, hace bastante gracia. Aún así el capturar Barcelona como una ciudad victoriana y contar una historia como si se estuviera contando la historia de Jack, El Destripador es todo un acierto y una auténtica sorpresa. En el campo negativo creo que el argumento no daba para una película tan extensa, aunque siempre es interesante (una vez más, por su curiosa ambientación) la trama se detiene por completo llegados a un punto y gira como una peonza sobre el mismo punto una buena parte de su duración, lo que puede rozar el aburrimiento sin llegar a ser un problema serio.
Dirige Lluís Danés en su primer largometraje, anteriormente se ocupó de una serie de televisión y un par de documentales. No se puede rechazar la idea de que La vampira de Barcelona es una producción destinada a la televisión más que al cine, es por eso que hay que tener en cuenta un presupuesto bastante limitado pese a que se hacen malabarismos estéticos para que luzca lo mejor posible pero sí que hay cierta repetición de escenarios que alimentan la idea de, como decía antes, una cierta sensación de estancamiento argumental. No obstante es un acierto haber apostado por una película visualmente potente, en especial la escena en el burdel que se convierte en un Horror Show con todas las de la ley, y se desarrolla una imaginación centrada en imágenes potentes. En cuanto a la trama, y por supuesto sin entrar en spoilers, la película opta por, en vez de contar la historia más oficial se centra en la historia más profunda y escondida, no digo que sea incorrecta, pues no lo se pero es evidente que por allí tenían que ir los tiros, pero creo que es un error que la misma película de por ciertas sus conjeturas y no la haya concluido de una manera algo más ambivalente. Protagoniza Roger Casamajor (El Laberinto del Fauno, Pa Negre) como el valiente periodista, con un personaje algo estereotipo pero que cumple sobradamente como protagonista. Destaco también a Nora Navas como la vampira, un personaje con pocas escenas pero todas ellas con una carga dramática altísima y una interpretación perfecta.
La vampira de Barcelona es una película extraña, pues repito una vez más, que la apuesta tan peculiar de su estética la capitaliza totalmente, pero que si se entra en la historia y se perdonan algunos problemas de ritmo es un thriller oscuro y violento más que recomendable.
https://www.terrorweekend.com/2020/10/la-vampira-de-barcelona-review.html
Lo más logrado es su puesta en escena y ambientación, seriamente perjudicada por el color en blanco y negro que al haberse digitalizado ofrece un matiz artificial, una lástima porque hubiese entregado otro apunte dramático sobresaliente y destacado.
Las escenas en color, o incluso combinadas en ciertos momentos, desplazan la atención de la trama, acentuando esa nota artificiosa. La narración que ofrece Lluis Danés, su director, se queda en el escaparate, esa caja que vende semeja vacía, o el producto dista mucho de lo que el comprador esperaba.
Aunque hubiera merecido un cinco, no se lo voy a dar, por la sofisticación exagerada y a mi entender… innecesaria.