La última orden
Sinopsis de la película
En el año 1830, Texas era un inmenso territorio, al norte de Río Grande, que pertenecía a la República de México. El Presidente de este país, el general Santana, había permitido el asentamiento de colonos americanos en esas tierras, que acabaron formando un Estado dentro de la República Mexicana. Pero la política despótica de Santana puso a los texanos en pie de guerra. La primera batalla tuvo lugar en El Álamo, un fuerte situado en la afueras de la ciudad de San Antonio, donde se refugiaron los cabecillas de la insurrección. Santana cercó y atacó el fuerte con un poderoso ejército. El Álamo estaba bajo el mando del coronel Jim Bowie (Sterling Hayden), cuyo lugarteniente era el abogado Bill Travis.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Last Command
- Año: 1955
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
5.9
49 valoraciones en total
Si bien la cinta no goza del glamour de la producción de Wayne (dicen las malas lenguas que fue Ford el creador) , ciertamente se trate de un film notable, que me ha sorprendido en este visionado del que realmente esperaba poco.
El buen artesano Frank LLoyd se adapta con maestría a los pocos mimbres que tiene y narra los acontecimientos con pasión y dinamismo (otra cosa es el rigor histórico).
Amparándose en una gran banda sonora del maestro Steiner y en dos grandes actores como Hayden y Borgnine, LLoyd saca adelante una producción entretenida con pocos medios y muy meritoria,
Western sin duda poco conocido y en que se basó John Wayne para su Álamo, de la que incluso copia 3 años después escenas y momentos casi literalmente.
Evidentemente no son comparables, para mí la segunda es una obra maestra, pero sin duda que esta obra marcó la pauta de lo que sería la obra de Wayne 3 años después.
Aunque solo sea por eso aconsejo su visionado (que no es poco).
No sólo la dirección es magistral. El argumento es bastante respetuoso con la historia real, desde el lado de EE.UU, naturalmente. Cuando no se puede decir estrictamente la verdad, simplemente se omite. Sabia elipsis. No se cuenta lo que pasó exactamente durante los quince días de asedio en el fuerte de El Alamo. Lo cierto es que el conflicto arrancó a partir de la política expansionista norteamericana, repoblando de colonos algunos territorios mejicanos para reivindicar después la independencia. El sacrificio de los de El Alamo, fue inútil, abandonados a su suerte, por el general Houston, quien, finalmente, ganó la guerra, diez años después, con la anexión definitiva de Texas a los estados de la unión. Los líderes de la revuelta murieron en los primeros días, por enfermedad o por heridas, excepto David Crockett, de quien se ignora si fue por suicido o ejecutado. La ironía de la historia es que quince años después de la anexión, Texas se sublevó contra los estados del norte, formando parte de la confederación esclavista sureña (en los antiguos territorios del imperio español la esclavitud estaba explícitamente prohibida desde el año 1500 y se reconocía el derecho a la propiedad privada de los indígenas). El general Santa Anna murió, finalmente, en cama por vejez (ochenta años), exiliado en el país contra el que había batallado. Su caracterización en el film es impecable, al igual que la reconstrucción de la vieja misión franciscana donde se produjeron los hechos. La puesta en escena es muy potente y expresiva, alternando los planos en picado y contrapicado. Mención aparte merece la música del gran Max Steiner. La canción de Jim Bowie es digna de una opereta. El film es de visionado obligado para los amantes del buen cine.
Estamos ante uno de los episodios emblemáticos en la historia de los Estados Unidos, la batalla de El Álamo, que en 1836 enfrentó a un pequeño grupo de independentistas tejanos contra miles de soldados del ejército mejicano. Durante dos semanas 300 voluntarios resistieron el asedio de las tropas invasoras, un acto de heroísmo que se saldó con una masacre entre los habitantes de Texas y que catapultó a la categoría de héroes a sus cabecillas, Jim Bowie, William B. Travis y Davy Crockett.
En estos personajes se han inspirado numerosos libros y películas como es el caso de este entretenido film, La última orden, el testamento cinematográfico del director de cine Frank Lloyd. El bajo presupuesto que impuso la compañía Republic Pictures fue una de las causas por la que John Wayne desestimó este proyecto, aunque cinco años después rodaría otra de las grandes versiones de los hechos ocurridos en El Álamo, sin embargo, estos escasos recursos no le impidieron a Frank Lloyd contar con un acertado reparto encabezado por Sterling Hayden, con una impresionante banda sonora compuesta por Max Steiner y con un equipo técnico capaz de convertir a unos cuantos extras en un auténtico ejército de miles de mejicanos, dotando de gran espectacularidad a las escenas de acción.