La tregua (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2016-2018). 2 temporadas. 20 episodios. Driss, un joven futbolista de origen africano es encontrado muerto en un río de un pueblecito de los bosques de Valonia. Un analisis superficial parece indicar que se trata de un suicidio. Yoann Peeters, un policía recién trasladado de Bruselas, observa indicios que le hacen pensar que se trata de un asesinato.
Detalles de la película
- Titulo Original: La trêve (TV Series)
- Año: 2015
- Duración: 52
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Opinión de la crítica
Película
6.6
56 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alexia Depicker
- Anne Coesens
- Besnik Limani
- Catherine Salée
- Corentin Lobet
- Egon Di Mateo
- Guillaume Kerbusch
- Jasmina Douieb
- Jean-Benoît Ugeux
- Jean-Henri Compère
- Jérémy Zagba
- Lara Hubinont
- Philippe GrandHenry
- Philippe Résimont
- Pierre Nisse
- Sam Louwyck
- Serge Swysen
- Sophie Breyer
- Sophie Maréchal
- Thomas Mustin
- Tom Audenaert
- Vincent Grass
- Yoann Blanc
Recién acabo de ver la segunda temporada de este gran policial belga, un tiempo largo después de haber visto la primera. Son dos temporadas de 10 capítulos cada una, que si bien se sitúan en lugares cercanos y comparten varios personajes, son dos historias absolutamente independientes una de otra.
Aquella primera temporada, estrenada en 2015, trata sobre el asesinato de Driss Asani, un jugador de fútbol de las divisiones bajas de Belgica. Y parecía tenerlo todo, un ritmo atrapante, unas actuaciones de gran nivel, destacandosé Yoann Blanc en el papel principal de Yoann Peeters, y una constante intriga que nos dejaba con ganas, capítulo por capítulo, de querer ver más. Pero cuando se iba acercando a la resolución de la historia, se iban dando, como bien titulé esta crítica, demasiadas casualidades en beneficio del guión. Y convertía esta historia detectivesca en un tanto inverosímil.
Tres años después llega esta segunda temporada, que trata de otro asesinato, el de la baronesa Astrid du Tilleul. Tiene los mismos aciertos, intriga, buena ambientación, dirección, actuaciones, pero también el mismo problema. Vuelve a demostrar un desarrollo con demasiadas casualidades poco creíbles y algunos momentos muy forzados.
Sin dudas el guión es lo que más flaquea en la serie, aunque no deja de ser bueno, y por el nivel de intriga que mantiene hasta el último capítulo (en ambas temporadas) merece la pena su visionado.
Estupenda serie policial con creíbles personajes .Nos tiene absolutamente desconcertado con quien es el culpable hasta el capítulo final. Se vive intensamente la paranoia, pasión y desesperación del personaje principal. También están las pequeñas píldoras que aportan los muy secundarios dando una toque de humor que nos sitúa en lo que es una pueblo pequeño. En la segunda hay una fiesta que nos recuerda en algo a esa retratada en su última obra de un maestro. Recomendada para un fin de semana y verla de un tirón.
Acabo de ver esta serie y me sorprende que no exista ni siquiera votación o critica de la misma .. así que allá voy.
Tal como anuncia la sinopsis, en un pequeño pueblo de Bélgica aparece el cadáver de un joven de color y el policía Peeters debe investigarlo. Ya desde el principio sabemos que él ha tenido alguna complicación en la investigación puesto que esta declarando ante una psicóloga.( si , a mi también me recuerda a True Detective).
La forma en que se desarrolla la acción recuerda a las series de la BBC del mismo tipo (Broadchurch …), lo cual siempre es un halago .
El actor principal (que se llama de la misma forma que el protagonista Yoann) hace un papel espectacular al igual que el resto del reparto …
En fin si queréis ver algo original, entretenido no lo dudéis y disfrutad de esta serie…
Vistas la 1ª y 2ª temporadas, notable (7,5) serie policial centrada en un complejo personaje principal, el inspector Yoann, que regresa al pueblo de su infancia arrastrando más de un problema personal y laboral.
Además de una excelente realización y de una puesta en escena convincente, como buen policiaco los guiones de cada capítulo van incrementando las distintas facetas de los personajes que aparecen en la trama. Nadie es lo que aparenta en principio, o no solo es lo que aparenta de entrada, como las cebollas o las alcachofas cada personaje está compuesto de varias capas hasta llegar al núcleo central.
Me divierte la forma con la que el controvertido inspector interactúa con determinados muertos. En este aspecto me recuerda mi queridísima serie A dos metros bajo tierra . Aunque la carga de ironía de esta no es nada comparable con aquella, ni tampoco la serie lo pretenda.
Mi interés por los personajes y sus circunstancias ha ido en aumento a medida que iba viendo los capítulos, lo que resulta imprescindible para todo buen thriller que se precie. Y este lo es, sin duda. 7,5 mi puntuación.
Muchas de las críticas que se pueden hacer sobre el cine tienen que ver con el guión o con el tratamiento que se le dio a la narración de tal o cual película, serie o documental. Es así como la principal manera de argumentar que el final de Game of Thrones resultó en una bazofia (diría Homero) es porque los guionistas se decidieron por un desenlace irrisorio, intentando forzar lo inesperado y así retener el núcleo de suspenso que hizo tan famosa a la serie.
Más allá de compartir la apreciación sobre tan catastrófico fin, me pregunto si vamos a analizar solamente una obra cinematográfica por su giro y su desenlace o, como también se hace, criticaremos lo que no tenga que ver con la narración aparte de la elección del fondo musical o del tratamiento de imagen, como si mientras viésemos un film pudiésemos separar entre lo que se muestra (y lo que no), lo que se cuenta, lo que se oye, el desempeño de los actores, etc. En realidad, en una película, todas esas cosas actúan al mismo tiempo, creando un producto que debería ser analizado en su complejidad, más allá de que el desmenuzamiento pueda seguir existiendo.
El ejemplo es claro en esta ocasión: la serie La Trêve (2016-2018). Escondida en lo más profundo del buscador de Netflix, esta producción belga nos invita a recorrer los parajes de Las Ardenas en el sur de ese país, donde ocurre un misterioso asesinato que un particular policía debe resolver.
Basta con esa simple descripción de la trama para notar que ésta no será una serie que renueve el cúmulo de producciones que pululan en Netflix o, por ir más allá, en internet. Basta tomar un poquito de True Detective, otro poco de Mindhunter y listo, tenemos nuestra nueva serie, con nuevos personajes y un trasfondo distinto.
Eso, claramente, sería quedarse con la narración. Pero si hay algo que La Trêve viene a renovar, son las imágenes. ¿Cuántos de nosotros conoce realmente el sur de Bélgica? ¿Cuánto conocemos del estilo de vida que ahí se lleva? El verdor que muestran las vistas panorámicas, sumado a las pinceladas que nos deja la serie con respecto a los particulares estilos de vida de la región son parte de la enriquecedora experiencia de decidirse por seguir las aventuras de un detective alopécico y adicto a las pastillas.
Con esto no quiero decir, obviamente, que una serie debe sólo evaluarse por el tratamiento de la imagen. Muy por el contrario, sigo sosteniendo que el formato debe privilegiar la narración como una de sus formas centrales, pero sin descuidar lo otro. Es decir, ser una obra integral. Ser creíble y mostrarnos lo increíble. Que podamos ver a través de los ojos de sus personajes, pero también poder ser ajeno a ellos.
La Trêve, si bien trata de un lugar ajeno a la mayoría del público latinoamericano, sí logra que nos sintamos allí, corriendo entre el follaje verde, encontrándonos con una casa rodante en medio de un bosque o viéndonos amenazados por la construcción de una represa que acabaría con un campo lleno de animales de granja. He ahí lo importante de esta serie. No porque eso se haya logrado de manera casual, sino porque, justamente, en el nacimiento de la serie está la inquietud de mostrar la Bélgica profunda al mundo. ¡Touché!
Además, la trama no aburre, mantiene la tensión en quienes sigan toda la primera temporada (mejor que la segunda, por cierto), aunque a veces pasa rozando lo poco verosímil. Lograría captar nuestra atención incluso prescindiendo de un contexto novedoso, aunque no pasaría más allá de una serie correcta y entretenida.
En resumen, escarbar en Netflix ayuda para encontrar este tipo de series. Ver un fondo distinto apremia, cuando estamos acostumbrados a que la bandera de barritas y estrellas sea lo más común entre las imágenes de la oferta de entretención. Seguir las desventuras de un singular detective Peeters, de su particular hija y de los excéntricos personajes del pueblo de Heiderfeld parece más una lucha contra la repetición del espacio común gringo que el enfrentamiento por desempolvar al verdadero asesino de un africano que participa de la liga local. Al menos, así me lo tomé yo.
Una última cosa: véanla en francés. Verla en español es como presenciar el descuartizamiento en vivo de una persona. Da asco. Los subtítulos serán sus mejores aliados.