La Sra. Lowry e hijo
Sinopsis de la película
L.S. Lowry fue una de las figuras artísticas más importantes del Reino Unido de mediados del siglo 20. Lowry era un pintor famoso por su visión única del noroeste industrial de Inglaterra. La película nos muestra la complicada relación que mantiene con su madre, una mujer empeñada en criticar cualquiera de los gustos de su hijo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mrs. Lowry & Son
- Año: 2019
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
5.7
72 valoraciones en total
Un curioso guion sobre la figura del pintor LS Lowry (1887 – 1976), uno de los artistas más apreciados en Gran Bretaña, que lejos de mostrarnos su etapa de artista, se centra exclusivamente en la relación enfermiza que tuvo con su madre. Sus cuadros hoy valen auténticas fortunas, mostrándonos en sus pinturas escenas de la vida de las zonas industriales de mediados de siglo pasado, en el norte de Inglaterra. Trabajó durante 40 años en Pendlebury, Lancashire, rodeado de chimeneas y fabricas.
Vanessa Redgrave es la antipática madre anciana angustiada por vivir en un barrio obrero gracias a las deudas de su difunto marido. Sin tener ya una vida de privilegios a la que estaba acostumbrada vive recluida en su habitación como si fuera una inválida, llena de enfermedades difícilmente identificables junto a su hijo soltero Laurence Stephen L.S. Lowry al que trata como a su criado. Lowry, que se gana la vida modestamente como cobrador de alquileres dedica todo su tiempo al cuidado de su madre y cuando se duerme, sube al ático a pintar. Los desprecios de su madre hacia su arte y su persona son continuos, pero él está metido en una dependencia difícilmente explicable.
Timothy Spall interpreta nuevamente a un pintor, (cinco años antes fue Turner con la que gano la Palma de oro en Cannes al mejor actor) y Vanessa Redgrave es la tiránica madre. Dirige muy teatralmente Adrian Noble, ya que todo ocurre en 1936 prácticamente en interiores y con solo estos dos personajes.
Un film un poco desigual, con buenas interpretaciones y conmovedora en algunas situaciones. Pero en otros momentos resulta cargante y muy repetitiva la relación con su madre. Nos hubiera gustado saber algo más de la vida de este enigmático pintor que realizo más de 1000 pinturas (alguna de ellas se llegó a vender por más de 5 millones de libras) y que rechazo varias veces premios honoríficos por parte de la reina de Inglaterra.
Destino Arrakis.com
La Sra. Lowry e Hijo (2019).
Soy un hombre que pinta. Nada más, nada menos.
En la línea de la reciente El Padre (con el gran Anthony Hopkins), llega con cierto retraso -está rodada en 2018- el biopic del pintor británico L.S. Lowry, tan conocido en Inglaterra.
-No les culpes por ser pobres, madre. No tienen la culpa.
-Claro que sí. Somos de clase media.
Timothy Spall (saga Harry Potter, El Último Samurai) encarna al célebre pintor impresionista inglés de la primera mitad del pasado siglo. Por su parte, la considerada en el mundo anglosajón como una de «las actrices más grandes de su generación», Vanessa Redgrave, interpreta a la dependiente madre del pintor. Una anciana clasista, conservadora, aporofóbica y egoísta venida a menos, que sufre y hace sufrir a su propio hijo por su infelicidad debida, entre otras cosas, a su declive económico, moral y físico.
La esperanza mueve el mundo, madre.
La película, dirigida por un habitual del teatro británico, aburre sobremanera a pesar de contar con dos extraordinarios actores de método, dos veteranos de primera -Redgrave está fantástica- y de compartir con el espectador la crítica que hace al floreciente sistema industrial británico (floreciente para los ricos y la burguesía, desde luego).
Tú siempre ves belleza donde nadie la ve.
Aún habiendo sido educado por una mujer absolutamente nada empática con el más desfavorecido, Lowry rechazó cinco honores durante su vida, incluyendo el título de caballero (Sir) en 1968, y por lo tanto, tiene el récord de los honores británicos más rechazados. Era, sin duda, un hombre sencillo que solo quería mostrar la vida tal y cómo la veía denunciando a través de su obra la pobreza que le rodeaba (pintó más de 9000 cuadros y dibujos).
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 5,5
https://www.filmaffinity.com/es/film475632.html
Siguiendo la estela de otras propuestas biográficas sobre la vida y la obra de grandes autores, La Sra. Lowry e hijo se siente distinta. Parte de la figura de uno de los artistas británicos más famosos y queridos. No obstante, se deja de lado su obra para centrarse en algo muy específico: la compleja relación con su madre, Elizabeth Lowry.
A lo largo de los noventa minutos de metraje, se nos introduce en el hogar de los Lowry para ser testigos del amor que le profesaba a su madre y la dureza con la que esta lo trató, machacándolo para que renunciara a su pasión por pintar. Ambos se nos muestran como personajes en busca de algo inalcanzable, en un constante tira y afloja. Mientras Elizabeth desea llegar a ser alguien de bien para salir de la ruina y lograr la felicidad, Laurie se mantiene en ese vínculo nocivo para ambos a la espera de hacer feliz a su madre y obtener su reconocimiento.
Esa búsqueda imposible mutua y el choque constante ponen de relieve un guion anodino y una trama que, sin conseguir llegar a avanzar nunca, hubiera funcionado mejor como secundaria. Sin embargo, no todo los errores se manifiestan en estos dos puntos.
Tras un inicio confuso, Adrian Noble, conocido por sus obras de teatro, revela un pobre manejo del lenguaje fílmico y, por ende, de la cadencia, el ritmo y la forma de desenvolverse con la cámara frente al elenco.
En un aparente desconocimiento a la hora de enfocar la historia, el director se lanza a usar un amplio abanico de recursos sin ton ni son y sin un sentido específico y razonado. De esta manera, el público se encuentra con una mirada a cámara y un flashback que no se vuelven a repetir, con las voces en off de ambos protagonistas o con molestos fundidos. Estos últimos, además de ser excesivos, demuestran un uso nada justificado –a veces son transiciones y otras veces son intentos poéticos de superponer imágenes– y hacen caer al film en una sobreexplicación que ya es abundante de por sí en los diálogos. Además, parece que en momentos use esta técnica de conectar planos por dudas sobre la eficacia del texto o sobre la capacidad de su reparto de transmitir al espectador. Todo esto se une a un montaje caótico, precipitado y desconcertante que descoloca en más de una ocasión.
En el cuadro que traza Noble no hay espacio para la vida del artista, solo para el constante choque con su madre. El interés de Laurie por capturar el modo de vida a su alrededor, su mundo, sus ensoñaciones y su verdad podrían haber sido un gran ejercicio de puesta de escena usados en beneficio del relato, pero son pinceladas desechadas y falsas promesas hacia el auditorio, como la secuencia de los obreros al salir de la fábrica.
Asimismo, el largometraje posee dos aspectos muy destacables que permiten que uno se sienta cómodo sentado frente a la pantalla y esperando a ver qué se sucede: la ambientación y los intérpretes.
La Sra. Lowry e hijo vuelve a demostrar la calidad estética y el detallado diseño de producción de las películas británicas, sobre todo aquellas históricas o de época. Consecuentemente, se puede respirar autenticidad por la sutileza con la que se consigue enmarcar la etapa –hasta en los pequeños detalles– y la atmósfera lograda.
En cuanto a la dinámica entre ambos protagonistas, es sin duda uno de los factores que mantienen el argumento a flote. Junto a una Vanessa Redgrave, que se encuentra postrada en la cama todo el tiempo, Timothy Spall vuelve a ponerse en la piel de otro pintor tras su magnífico rol en Mr.Turner. Ambos, lejos de conseguir las mejores interpretaciones de sus vidas, salen airosos por su capacidad de captar el interés de la audiencia en sus respectivos papeles.
Al alejarse de la esencia del artista y centrarse en la simple riña materno filial, todo el alboroto propuesto por La Sra. Lowry e hijo acaba llevando a nada. Simplemente, vemos cómo L. S. Lowry es retratado como un simple hombre que, por amor, se subyugó a una madre incapaz de amarlo como él quería y apoyarlo cuando él la necesitaba.
A pesar de que algunos puedan encontrar un rato de desconexión en ver a dos grandes actores desenvolverse a duras penas, no hallarán aquí un gran biopic sobre una importante figura. L. S. Lowry sentencia, en más de una ocasión, que él solo es un hombre que pinta, nada más y nada menos y al pie de la letra se lo toma esta cinta.
http://www.contraste.info
Lo bueno:
Mrs Lowry&son permite conocer a un pintor inglés , desconocido por lo menos para mi, y su biografía con estos dos grandes del cine que hacen llevadera esta película como si de una obra teatral se tratase (el dominio de la madre sobre su hijo durante toda su vida da miedo) y se deja ver únicamente por tener conocimiento sobre él (tiene museo propio, según muestra las últimas imágenes de la película).
Lo malo:
La película va de un pintor inglés muy conocido en su casa a la hora de comer y de la cabrona de su madre que no para de putearlo, sobre todo después de cargarse al marido.
Entre cabezada y cabezada puedes percibir unas interpretaciones soberbias de los protagonistas y un trabajo de ambientación muy bueno.
La parte de más acción de la película, si exceptuamos el matricidio virtual que escenifica el protagonista al destrozar parte de sus lienzos, se da en los títulos finales cuando te cuentan que pasa tras el fundido a negro.
En resumen, flema británica concentrada.
No recomendable su visionado si tienes que conducir o realizar actividades peligrosas
*Un hombre que pinta
Uno de los pintores más respetados de Reino Unido, durante el siglo XX, revive en la La Sra Lowry e Hijo. Adrian Noble aborda la figura de Lawrence Lowry desde una vertiente más hogareña y costumbrista. De esta manera, se introduce en la enfermiza relación que mantuvo con su madre, para quien dedicó enteramente su vida mientras estuvo viva. El guion marca perfectamente el desprecio y las humillaciones de su progenitora, poniendo mayor detalle en su frustración constante de una vida que no llega. Frente a esa atmósfera derrotista se asoma una mayor luminosidad en Lawrence, que, a través de su prima, plantea reflexiones sobre el significado de la belleza y la perfección artística. Sin embargo, flaquea este influjo reflexivo al darle siempre mayor importancia al efecto familiar, lo que no deja degustar el debate introspectivo.
A lo largo de la película se comprende a la perfección el tipo de toxicidad que unían a madre e hijo, pero se hace tanto hincapié en ello, que puede resultar algo reiterativo. Inclusive, el momento cumbre del film, donde se desarrolla más emoción y violencia, se consume ante una resolución más pausada. El espectador se queda con ganas de conocer más la propia visión del mundo de L.S. Lowry, por lo que se echa en falta un mayor equilibrio en la forma de abordar su vida. A pesar de especificarse las motivaciones del pintor, no profundiza más en él y no se obtiene ese viaje vital que le marcó. Aun así, es una historia interesante, que permite vislumbrar detalles que hacen el relato sincero y tierno. El final cierra con cierto edulcorante, resolviendo demasiado fácil el conflicto principal.
*Solos madre e hijo
Uno de los puntos más fuerte de La Sra Lowry e Hijo es la elección actoral protagonista. Para comenzar, Vanessa Redgrave esta pletórica, en ese arranque amargado y en esa forma de transmitir la ensoñación y el desgaste personal que pasa por su personaje. Hay escenas en las que se convierte en un auténtico cóctel de malas sensaciones, lo que indica el gran trabajo realizado por la actriz. En alguna parte, se puede echar algo en falta una mayor humanidad y cercanía, dado que se mantiene en un perfil antagonista en todo momento. Por ende, no permite que oxigene como debiera. No obstante, se valora la naturalidad y verosimilitud con la que impregna la pantalla, ya que pese a la naturaleza de su personaje, no se excede en el dramatismo o exageración que pudiera caer.
Luego, Timothy Spall controla a la perfección ese mundo interior no tan fácil de entender, a través de un lenguaje no verbal muy bien llevado. Además, su interpretación va evolucionando a lo largo de todo el film, lo que le permite explotar más los distintos estados por los que pasa su personaje. En algunos momentos, se echa en falta que dé más potencia, pero lo compensa con aquellas secuencias con las que ilumina la película. Tiene muy buen feeling con el elenco infantil, que aunque no tiene una gran presencia en escena, le permite a Spall disfrutarlo. Después, el duelo junto a Redgrave tiene una sinergia muy realista, en ese juego de dominación psicológica. Por último, Wendy Morgan se convierte en un leitmotiv que se consume en una interpretación elegante, sutil y con energía, que contrasta con la de sus protagonistas.
*La mente del artista
Un biopic es una pieza que permite conocer mejor a la figura de la que se está hablando. Sin embargo, cada vez es más complicado encontrar autenticidad en la forma de elaborar la identidad visual de este tipo de proyectos. En La Sra Lowry e Hijo se ha apostado más por una visión específica, alejándose de figuraciones o simbologías. Por lo cual, la propuesta no es tan artística, algo que podría haber encauzado más el proyecto para aportar mayor innovación. Dicho de otra manera, visualmente no se propone un imaginario o una realización plástica más allá de lo ya conocido de forma estándar. Aun así, se utiliza positivamente el uso del color y cómo se juega con las percepciones para embriagar al público en esta tormentosa situación. La balanza entre el ahogo y la liberación se plasma de una forma interesante.
Para obtener ese Ying y Yang artístico, el punto de vista parte con una buena resolución de los espacios abiertos y una estupenda concreción espacial del hábitat natural de L.S. Lowry. Gracias a ello, el público puede llegar a entender, mediante sus ojos, lo que se explica con las palabras, o la felicidad callada del pintor. También hay que aplaudir la dirección de fotografía, que sabe moverse entre tonos más oscuros y de pesadumbre y aquellos más claros. Después, el ritmo es ameno, tranquilo, lo que deja una sensación llevadera y es un buen entretenimiento para el espectador. No hay fuegos artificiales, ni un dinamismo pronunciado, pero mantiene la ligereza. El final es un bonito homenaje a su figura, con sus respectivas referencias, lo que deja un buen sabor de boca.
*Conclusión
La Sra Lowry e Hijo muestra una visión más cercana y costumbrista de la vida del pintor Lawrence Stephen Lowry, a través de la tormentosa relación que mantenía con su madre. El guion explora las inquietudes del artista, pero se ven opacadas por la reiteración del conflicto principal. Vanessa Redgrave y Timothy Spall realizan una labor estupenda, que podría haberse aprovechado con algo más de potencia. Asimismo, a nivel visual, no arriesga pero obtiene un resultado entretenido y ligero, que causa interés en el espectador. La historia de un hombre que pinta, donde se explora más su vida familiar y no tanto su mundo interior.
Escrito por Diego Da Costa