La saga Crepúsculo: Eclipse
Sinopsis de la película
Tercera entrega de la popular saga de vampiros basada en las novelas de Stephenie Meyer. Bella (Kristen Stewart) tendrá que elegir entre Edward (Robert Pattinson) y Jacob (Taylor Lautner). La ciudad de Seattle es devastada por una serie de misteriosos asesinatos que va en aumento, mientras una vampiresa busca venganza. Bella debe escoger entre su amor por Edward y su amistad con Jacob, consciente de que su decisión puede originar una batalla entre vampiros y licántropos. Rodeada de peligros y con su graduación acercándose, ahora se enfrenta a la decisión más importante de su vida… Dirige David Slade (30 Days of Night, Hard Candy).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Twilight Saga: Eclipse (Twilight 3) aka
- Año: 2010
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
4.7
36 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alex Meraz
- Alex Rice
- Anna Kendrick
- Ashley Greene
- Ben Geldreich
- Billy Burke
- Booboo Stewart
- Bronson Pelletier
- Bryce Dallas Howard
- Byron Chief-Moon
- Cainan Wiebe
- Cameron Bright
- Catalina Sandino Moreno
- Charlie Bewley
- Chaske Spencer
- Christian Serratos
- Dakota Fanning
- Daniel Cudmore
- Dawn Chubai
- Elizabeth Reaser
- Gil Birmingham
- Iris Quinn
- Jack Huston
- Jackson Rathbone
- Jodelle Ferland
- Julia Jones
- Justin Chon
- Justin Rain
- Kellan Lutz
- Kiowa Gordon
- Kirsten Prout
- Kristen Stewart
- Leah Gibson
- Mariel Belanger
- Michael Welch
- Monique Ganderton
- Nikki Reed
- Paul Jarrett
- Peter Facinelli
- Peter Murphy
- Robert Pattinson
- Sarah Clarke
- Taylor Lautner
- Tinsel Korey
- Tyson Houseman
- William Belleau
- Xavier Samuel
No deja de ser curioso como historias en apariencia inocentes esconden subtextos, crepúsculo es un ejemplo perfecto. Si nos fijamos en el modo de representar la sexualidad encontramos una curiosa dualidad. Por un lado tenemos un reparto cuya función es hacer fantasear al público femenino y un tema morboso, el vampirismo. Por el otro un subtexto conservador y reaccionario.
Necesariamente el vampirismo tiene una alta carga sexual, pocos textos se han resistido a explorar de alguna otra forma la sexualidad vampírica. Una sexualidad que suele ser desenfrenada, sangrienta, violenta, instintiva. En Eclipse en principio también es así. Todas las iniciaciones de los vampiros que componen la trama están vinculados a un acto sexual y violento: una violación y su venganza, una relación de dominación en tiempos de guerra. Sin embargo estos personajes reprimen sus instintos sexuales, como ellos mismos dicen no catan la sangre humana. Todos han acabado salvándose gracias a una relación heterosexual y duradera, un matrimonio. Arrastran la culpa de sus pecados, de haberse liberado sexualmente, según ellos no tienen alma.
Y entre ellos el que se siente más culpable es Edward que busca una esposa que le dé sexo conyugal. Edward representa, él mismo lo dice, los valores más conservadores. Y aunque a él le avergüence ser vampiro, haber estado liberado sexualmente, a su virginal Bella le sobran hormonas y le falta desahogo. Dispuesta incluso a morir, pues Edward puede matarla si se acuestan, Bella no deja de insistir en que quiere ser vampiro. Pero Edward le pone la condición del matrimonio para liberarla sexualmente.
En el triángulo falta no obstante un personaje, el lobo (que gran turrón). El lobo simboliza una relación carnal, un aren de descamisados e hipermusculados varones dispuestos a saciar sus placeres. Jacob propone a Bella una relación mucho más progresista, en la que la relación sexual no implica un compromiso de por vida, al contrario que Edward (en el caso de Edward una relación de por muerte).
Lo que nos plantea esta película es la elección de una adolescente entre liberarse sexualmente o esperar al matrimonio. Edward sigue encarnando al prototipo del héroe machista, cuya misión es conservar la virginidad de Bella, siempre desde el otro lado, porque él sí ha tenido la oportunidad de liberarse sexualmente. Solo hay que ver con quien se queda.
Millones de adolescentes, que no se atreven a ver una buena (que las hay) película porno, van como locas al cine para ver los músculos de Jacob. Y sin embargo aunque las jóvenes aplauden (literalmente en el cine) las escenas de Jacob sin camiseta, también aplauden la escena en la que Bella acepta a casarse renunciando así a su sexualidad. La mojigatería de nuestra sociedad es el caldo de cultivo perfecto para que las jóvenes recurran a este tipo de textos que juegan a excitarles mientras les adoctrinan en la virginidad y el sexo matrimonial. Una película que logra eclipsar la sexualidad.
Película meramente de transición y que, sinceramente, sobraba. La saga Crepúsculo cae en picado al utilizar como recurso el morbo. Sí, el morbo. ¿Le quieres? A ti te quiero más. Pero yo más. No tú no. Ella me quiere a mí. Y a mí… Y ahora les meto a los tres en una tienda de campaña y a ver qué pasa.
Situaciones surrealista, muy forzadas y con diálogos facilones que te sacan los colores de la vergüenza que pasas…pero aquí qué coño está pasando.
Lo primero es que ya cansa que todo el universo quiera atrapar, morder, comer y matar a la muchachita sin gesticulación facial. ¿Pero por qué?
Lo segundo, ¿desde cuándo le gusta el lobo? Menuda cagada. Y de las gordas. La escena en lo alto de la montaña…puff.
En fin, que yo me he quedado igual. No sé qué hay de nuevo…ah sí, que Bella es una guarrilla.
Nada que contar, parecen tres mendrugos que no tienen nada que decirse entre ellos (al espectador ya ni hablamos). No tiene nada. Pongo en duda si contaban con director de fotografía, y en caso de contar con uno, este tío tenía un trauma con los vampiros de niño, ha querido vengarse y ha hecho el agosto. El caso del guionista es el más claro. Desde que fueron declarados en peligro de extinción, ya no resulta extraño ver películas sin guionista. Los diálogos surgen de la más insustancial y trivial improvisación. (Así que sigues siendo tu , Y tu sigues siendo tu ) O conversaciones de lo más típicas cuando estas con tu pareja en la cama: ¿Tú crees que tengo alma? dijo el vampiro a su amada.
Y viendo que la improvisación de los protagonistas brillaba por su ausencia y mediocridad, deciden que para completar la película lo mejor es colarnos entre medias historias incongruentes de personajes secundarios, que resultan igual de anodinas y superfluas. Porque nada de lo que cuentan protagonistas ni secundarios aportan nada al ciudadano de a pie.
El perfil cernícalo de un público que roza el analfabetismo al que va enfocada, no hace sino reafirmar el estado mental putrefacto en el que se encuentra la juventud de hoy en día. Y es que como dijo un día Woody Allen: El universo se expande .
Esta es probablemente la película más aburrida que he visto nunca.
Es tan aburrida que esta vez ni siquiera se escuchaban gritos y suspiros en la sala cuando la película anda tan perdida que se agarra a mostrar músculos y miraditas románticas.
No cuenta nada interesante, tiene diez minutos de acción y el resto de la cinta es diálogos empalagosos en plan te quiero mucho – yo más .
Todo el metraje se centra en lo cachas que está uno de los protagonistas y lo romántico que es el otro.
En definitiva, el trio protagonista lo componen: la adolescente estreñida que tiene la misma cara de infeliz las tres películas de la saga, el enclenque lechoso que cuando se pone al sol se lleva de lentejuelas y parece un anuncio de svaroski y, finalmente, el cachas que como no sabe actuar sólo puede aportar quitarse la camiseta toda la película.
Y como todo esto no llena el metraje mínimo (sino con 15 minutos de película hubieran bastado y todos los de la sala lo habríamos agradecido) pues se dedican a meternos flashback de todos los actores secundarios, historias que no vienen a cuento ni aportan nada a la historia (bueno, en realidad es que no hay historia).
En resumen, las únicas críticas positivas que veréis de esta película serán de adolescentes quinceañeras cuyas hormonas disparadas nublan su capacidad de juicio.
El pretexto de este bodrio infame no es otro que hacer caja al precio que sea: detrás de un $ se sucede otro, y así hasta el infinito.
Tan mala como las anteriores, el perfil intelectual del nefasto público al que va destinada, confirma que la juventud actual está acabada: el infantilismo mental, la putridez estética, el miserable concepto de puesta en escena que despliega esta basura, sólo pueden provocar en el espectador la sensación de desvalijamiento monetario .
Un fraude como otros tantos de Hollywood. Descaradamente burdo, y con una estética de video-clip que termina de hundir cualesquiera posibilidades.
Pura basura, reiteramos.