La ronda de noche
Sinopsis de la película
Retrata un periodo trágico de la vida del pintor Rembrandt van Rijn, cuando el artista pierde a su mujer y a sus tres hijos. En esa época, hacia 1642, es cuando -por encargo- pinta uno de sus cuadros más conocidos, The Night Watch (La ronda de noche), el lienzo que refleja la conspiración de un vil asesinato.
Detalles de la película
- Titulo Original: Nightwatching
- Año: 2007
- Duración: 134
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia de esta película en formato HD y 4K. Seguidamente te detallamos un listado de posibilidades de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
5.6
31 valoraciones en total
Escuchar las palabras del propio director en las que dice que está reinventando el cine (y también otras disciplinas tales como la ópera) debería bastarle a cualquiera para hacerse una idea de la personalidad egocéntrica y presuntuosa de este individuo. Pasa con muchos de los cineastas que vienen de las artes plásticas: que si la creatividad de los demás directores actuales está atrofiada, que si el cine debería ser un medio eminentemente visual…
No digo yo que el futuro del cine no esté en alguno de los experimentos multimedia interactivos que también está haciendo este señor (DVDs, páginas en Internet…). Pero de una cosa estoy casi seguro: como los contenidos que se ofrezcan sean tan poco atrayentes como los de sus películas, el batacazo puede ser bestial.
Lo realmente curioso es que Greenaway se escribe sus propios guiones, que sus historias tienen una base textual que podría servir para cualquier otro enfoque más clásico. El caso de la La ronda de noche no es una excepción, y su problema es el mismo de todos sus anteriores films (sin excepción): una puesta en escena teatral con protagonismo de lo visual que hace que la insuficiente historia resulte fría, falsa y vacía.
Pero lo peor de todo es tener que oír de su boca comentarios, en tono de reproche, en los que se queja de la vaguedad intelectual de los que no nos identificamos con sus propuestas. Puede ser eso, puede ser nuestra incultura, nuestro simplismo radical. O quizás sean las pataletas de quien ve que no es capaz de innovar realmente, de quien se repite, de quien ve cómo los críticos que antes lo encumbraban empiezan a aburrirse con sus tonterías, de quien tiene dificultades para encontrar financiación, de quien sabe que nunca llegará a ser como Buñuel o Bergman. Pues ¿sabes lo que te digo, Peter?: TE JODES. Te jodes como tantos otros mediocres nos tenemos que joder.
Soy parcial: me encanta Greenaway, me encanta Rembrandt, me encanta el Barroco.
Advertido esto, la película es un derroche de imágenes, discurso a veces difícil y sugerencias cruzadas. Pero no estoy de acuerdo con que es más de lo mismo. Greenaway abandona apuestas más crípticas como la serie de Tulse Luper o caminos farragosos como El libro de Próspero. Aquí presenta una historia, una tesis cultural y un fascinante relato sobre un episodio de la vida del pintor holandés, centrado en el misterioso cuadro de la Ronda Nocturna y sus posibles interpretaciones.
Greenaway no estudió nunca cine, sino dibujo y pintura, y eso se nota en casi todos sus films, desde los primeros cortometrajes hasta su última película estrenada hace poco, Nigthwatching, o La Ronda de Noche, título dado en nuestras salas. Su principal objetivo ha sido siempre la creación de la imagen, y eso significa que sus puestas en escena utilizan más la estética de la pintura que la del cine propiamente dicho.
La película de Greenaway se asienta sobre dos pilares de guión básicos: por un lado, los supuestos secretos e intrigas (conspiración de asesinato incluida) en torno a la ejecución del cuadro de Rembrandt, por otro, las experiencias amorosas y sexuales del pintor con las tres mujeres que influyeron en su vida: su esposa Saskia (que le proporcionaba estabilidad familiar), y sus criadas Geertje (su amante) y Hendrickje (quien le cuidó en el final de sus días). Rembrandt pasó de ser una figura admirada y cotizada a la más absoluta miseria en sus últimos años, fruto de la disminución de encargos reales y de los ataques constantes a su persona. Y es que Rembrandt refiere, en más de una ocasión, a través de sus cuadros, una sociedad ultraconservadora pero, a la vez, tremendamente hipócrita, que esconde una extremada codicia por el dinero y unas costumbres (tras su impoluta fachada) más que licenciosas, que incluyen la homosexualidad, la prostitución y la corrupción de menores. La animada vida amorosa del pintor, junto a su carácter impertinente y arrogante, molestaban seriamente a los altos estamentos de la época, dominados por los rigores oficiales del calvinismo, que vieron su ocasión de venganza tras la realización de este lienzo, en el que las sugerencias eróticas, las rivalidades económicas y las intrigas criminales se muestran en clave tras el telón de fondo del retrato de la milicia de arbuceros de Amsterdam.
Destaca la interpretación de Martin Freeman en el papel de Rembrandt, que logra transmitir esa riqueza de matices del personaje, ese ser contradictorio y complejo, un tanto inestable (capaz de pasar en segundos de la más absoluta melancolía a la ira incontenida), bebedor, lujurioso y sin complejos, a pesar de retratarse como un hombre menudo, bastante maltrecho y no demasiado cuidadoso en cuanto a su higiene. En conjunto, una película vanguardista, que rompe con las estructuras habituales en cuanto al modo de contar las cosas, y que aporta, también, otro punto de vista sobre el arte, la pintura y, como no, la historia, de la mano de un director ciertamente polémico y muchas veces incomprendido, pero del que no se puede dudar (guste o no), que posee un gran talento como cineasta, a pesar de que el esfuerzo intelectual que exija ver alguna de sus películas no siempre pueda resultar demasiado cómodo.
En ninguna de las críticas que he leido sobre esta película (tanto las de los críticos profesionales como las de los internautas) he visto una referencia a algo que me parece evidente y es la actualidad de la misma y cómo desde una sutileza inusitada Greenaway nos está hablando, interpelando del tema de actualidad más candente (recordemos que la película es de 2008 como lo demuestra una referencia que el mismo greenaway hace en la película, y no en 2007 como aparece aquí): la crisis económica mundial y sus culpables. El capitán asesinado es la humanidad, el capitan advenedizo presunto instigador de la muerte del anterior representa la banca mundial (recordemos que era descendiente de una importante familia de banqueros holandeses, así como su acólito el teniente y los demás conspiradores), Rembrandt es la figura del intelectual que a través de su obra denuncia el hecho y acusa al capitán asesino y sus secuaces. Greenaway hace a través de su película el mismo juego de representación-realidad que en su momento hizo el pintor flamenco y a través de una artificialidad hecha arte acusa de una manera simbólica y sin referencias directas (como hizo Rembrandt) a la banca y los gobiernos (la connivencia con la ex-reina de Francia) de la situación de catástrofe actual. Y no sólo eso, en la frase final insta a los cineastas (hay varios pasajes de la película en los que Greenaway compara la pintura con el hecho cinematográfico) y artistas en general a que tomen el relevo del autor de La ronda de noche y asuman el papel del verdadero intelectual y denuncien los atropellos que la codicia de los banqueros ha provocado y va a provocar en nuestro mundo. Ese Jaccusse de Zola se hace cada vez más perentorio y esta película es el aporte del director inglés a la función subversiva y regenadora de la verdadera intelectualidad.
P.D. Recomiendo una nueva visión de la peli después de leer esta interpretación y vean las expresiones del propio greenaway en algunos pasajes y la intencionalidad de sus palabras en esos momentos
Siendo la única película de Greenaway que he visto, no puedo hablar de su obra en general, o de sus obsesiones como autor, de lo único que puedo hablar es de su trabajo aquí, que obviamente presenta una personalidad muy pronunciada. Su acercamiento a Rembrandt y su obra viene dado desde un punto de vista pictórico y teatral, que según avanza la película va dejando claro el poco interés que tiene el director en presentar una película cinematográfica, sino mas bien al contrario, ocultando y reduciendo en la medida de lo posible el elemento mas propio del cine, el montaje. Evitando la mayor parte de las veces realizar movimientos de cámara, y cuando los usa, son tan lentos que pasan a ser imperceptibles ya que su utilización no es narrativa, sino para cambiar de un escenario a otro y debido a la sobrecarga de contenido visual de la mayoría de los planos que acaban distrayendo al espectador de esos movimientos. Así la mayoría de las escenas de la película están concebidas como cuadros estáticos, narraciones pictóricas donde el movimiento es casi un lastre, y desde enfoques de cámara puramente teatrales (lo que vuelve a ser una muestra de voluntad anti-cinematográfica, ya que no solo nos lleva a pensar en el teatro, sino en la época del nacimiento del cine, cuando aun se veía a este como un simple teatro grabado y la cámara permanecía estática a lo largo de toda una secuencia manteniendo el mismo plano) la iluminación, la fotografiá, el vestuario….todo menos quizá las actuaciones intenta reproducir el ambiente de los cuadros de Rembrandt. ¿Lo consigue? En mi opinión, no, Rembdrant aspiraba a representar la realidad sin idealizaciones, Greeaway al tratar de darnos esa realidad sacada de sus cuadros lo que consigue es quitarle naturalidad y falsificarla. Eso no quita para que el principal merito de la película sea su belleza plástica y todos esos elementos técnicos anteriormente mencionados. Y a modo de defensa ante eso, el mismo Greenaway inserta en la parte final un dialogo sobre lo que pretendía Rembrandt con su cuadro La ronda nocturna que encaja perfectamente con la película, así parece decirnos el director que sus pretensiones con la película son las mismas que las del cuadro, equiparando en cierta medida ambas obras.
Si sus méritos son muchos, sus defectos no son pocos. Un metraje excesivo, escenas sobrantes por anecdóticas o faltas de contenido y que en muchos casos parece que Greenaway haya metido todas las ideas que tuvo de como rodas escenas sobre un mismo tema, así esos temas quedan repetidos hasta la saciedad. Un ritmo demasiado lento, que hace que una película ya muy larga, parezca mas larga. Exceso de personajes en la trama. Debilidad de la presentación del tema conspirativo (al final, a ratos parece que sea un código DaVinci cualquiera).