La piel quemada
Sinopsis de la película
Historia sobre el problema de la masiva migración desde las regiones más deprimidas de España hasta las más prósperas y desarrolladas. En un pueblo de la Costa Brava, un albañil empieza su jornada de trabajo. Al mismo tiempo, en un pueblo andaluz, su mujer y sus dos hijos inician el viaje para reunirse con él. Durante el tiempo que él ha estado solo ha tenido una aventura con una turista belga, que le ha descubierto un mundo insospechado.
Detalles de la película
- Titulo Original: La piel quemada
- Año: 1967
- Duración: 110
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te detallamos un listado de opciones de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.9
52 valoraciones en total
De las mejores películas españolas, por no decir la mejor, curiosamente ignorada por los interesados de siempre. Es un retrato de la triste realidad a la que se vieron abocados cientos de miles de españoles que tuvieron que escapar del rancio abolengo del señoritismo caciquil de las regiones de la península que hoy en día son mas… ¿progresistas?.
Bienvenido, Mister Marshall o Plácido, esta estuvo nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, son muy buenas, pero sin lugar a dudas, el retrato de la España de la época conseguido por Josep Maria Forn y la interpretación de Antoni Iranzo, rayan la genialidad.
A muchos les cuesta creer que en la cinematografía española se encuentren, no sólo joyas del cine -que las hay- sino también películas que cuenten con una valía asombrosa, aguanten el paso de los años y merezcan ser visionadas varias décadas después. Y el caso de La piel quemada, de 1967 y del director catalán José María Forn, es uno de ellos.
No es únicamente la temática del trabajo la que le otorga un aire post-neorrealista al film. Son también ciertas secuelas de la guerra (aun siendo distintas guerras) todavía visibles incluso estando el desarrollismo en pleno auge. Bien podrían haber firmado la cinta los herederos del neorrealismo italiano Zurlini, Bellochio, Comencini y compañía, y quizá habría recibido más reconocimiento con el paso de los años. Pero no, fue Forn el que la hizo y, aunque se trate de un tema que se ha dado y se sigue produciendo en todo país en vías de desarrollo, se trata de una película puramente española.
Lo es porque se reflejan unos hechos muy concretos de la historia de España, como son los movimientos migratorios que se asentaban en las regiones más ricas del país durante la década de los sesenta. Y lo es más aún por los conflictos que trata, por suerte o por desgracia, muy a la orden del día: el durísimo trabajo de la construcción, el turismo extranjero en las costas españolas y la emigración del pueblo, de la miseria y de la más absoluta humildad, al mundo desarrollado. Ese mundo tan añorado y deseado no es más que un pueblo corriente de la Costa Brava, como es Lloret de Mar. Eso sí, un lugar que sigue repleto de turistas décadas después, donde por entonces trabaja José de albañil. Allí espera a su mujer, sus hijos y su hermano, que van de camino desde Andalucía durante prácticamente todo el metraje, pues se trata de un largo desplazamiento el cruzar España, más aún haciéndolo con los medios más precarios del momento. Y se trata de un enorme acierto para el ritmo de la película que los parámetros temporales aparezcan delimitados de una forma tan clara. En este caso, es el viaje de los miembros de una familia y el padre que la espera, alrededor del cual se componen una serie de flashbacks de lo más inquietante, para adentrarnos en el sobrecogedor pasado de la familia. De esta forma, se consigue mantener al espectador en vilo durante todo el trayecto, pues uno sabe que éste desembocará en un final y lo está esperando con gran intensidad e impaciencia.
(sigue en el spoiler sin revelar el argumento)
Magnífico largometraje de 1967, a medio camino entre el drama neorrealista y la película social, estamos ante un film áspero, duro y melancólico, pese a los eventuales toques de humor y desparrame. En él se cuenta el drama real de los emigrantes del sur de España, obligados por las circunstancias a dejar su tierra y emprender el camino, normalmente por vía férrea, de Cataluña, región que ya desde los tempranos años 50 se encontraba más desarrollada que la empobrecida Andalucía, pero que en los 60 cuenta con el añadido del turismo, el cual ya empezaba a ser internacional.
La película, amén de su indudable valor artístico, con esa fotografía en blanco y negro, seca y austera, y tan próxima que casi podemos oler las gotas de sudor o de alcohol, o esos flashbacks tan oportunos y bien construidos, como el de la boda o el del terrateniente, tiene un innegable valor histórico, pues tan real es la historia de los campesinos andaluces, murcianos, extremeños y manchegos que huyeron hacia Cataluña en busca de una vida mejor, no contando siempre con la simpatía y comprensión de los catalanes, tan real es eso, repito, como la situación que a la larga se ha creado en esta región, la de los charnegos independentistas, simbolizado en esa profética frase de la película: los hijos de éstos serán más catalanistas que usted .
Rodada en los polvorientos barrios-cueva de Guadix, Purullena y en la estación de Benalúa (todo en Granada), en la ciudad de Valencia, en la de Barcelona y en la Costa Brava, la película se sustenta también por las estupendas actuaciones de los actores protagonistas, ese Antonio Iranzo que conforma un albañil andaluz, trabajador pero embrutecido y arrastrado por las circunstancias, o Marta May como su sufrida, inocente y melancólica mujer, quien con su mirada lo expresa todo. Ciertos personajes son tan reales que parecen sacados verdaderamente de la estepa accitana. Enternecen los pasajes de los niños pidiendo comida o refrescos, o cuando los campesinos recurren a las canciones de su tierra para darse ánimos. También sorprenden algunas escenas y diálogos, por su contundencia y significado, no obstante, la censura cortó ciertas cosas.
En resumen, una película muy recomendable, dura, realista, necesaria e inexplicablemente olvidada.
Pocas películas reflejan tan fielmente una época como este retrato de los años del desarrollismo, en pleno boom del desarrollo turístico de la zona mediterránea, y más concretamente en Cataluña. Con muy atinadas pinceladas sabe reflejar aspectos tan dispares como el uso del catalán por aquellos años, el trato al charnego, la vida rural en la Andalucía profunda (literalmente profunda, pues Guadix es el pueblo natal de los protagonistas), con todas sus limitaciones o miserias, sociales y laborales, el tremendo contraste con la vida en plena zona turística, donde si no se alcanza la libertad, al menos se llega a rozar, y donde oportunidades hay para quien las busque de un modo u otro, etc.
Guión sencillo y excelentemente desarrollado, acompasándolo al esforzado y largo viaje de la familia, cruzando media España, y hasta se mantiene cierto suspense al final del mismo con la llegada a Lloret del Mar.
Incluso las, tal vez en exceso, largas escenas festivaleras consiguen transmitir una sensación de hastío muy apropiada.
Algunos detalles destacables:
Buena película sobre la inmigración interior hacia Cataluña en la década de los sesenta gracias al boom turístico de la Costa Brava. En tono de drama costumbrista se nos cuenta la historia de un albañil andaluz que tras unos meses de duro trabajo consigue alquilar una modesta vivienda para que su mujer y sus hijos puedan reunirse con él en Cataluña. Muy buenas interpretaciones, marcadamente realistas, y un muy acertado uso del flash-back para ayudar al espectador a comprender las motivaciones de los personajes en el contexto histórico y los problemas de la vida diaria para integrarse en una región tan particular como la catalana, donde el sentimiento nacionalista de algunos se emplea a menudo como arma arrojadiza contra los que llegan de fuera. Pese a todo, y a pesar de rodarse en época franquista, ningún catalán podrá quejarse amargamente del mensaje de la película, ya que si bien existe una cierta crítica contra el comportamiento de cierto sector de los catalanes, son mayores las alabanzas hacia una tierra que permitió a muchas personas en su momento salir de la miseria en la que se encontraban en su lugar de origen.
P.D.: Su protagonista, Antonio Iranzo, actor de raza, además de hacer de tipo carismático de barrio en La estanquera de Vallecas, fue el que puso la voz a M.A., en El equipo A.