La pasión ciega
Sinopsis de la película
Joe y Paul Fabrini son dos hermanos que tratan de abrirse camino por su cuenta como camioneros. Tras unos duros comienzos, las cosas comienzan a ir bien, pero la ambición de Joe y la aparición de una mujer obsesionada con él hará que todo se complique.
Detalles de la película
- Titulo Original: They Drive by Night
- Año: 1940
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
7.4
35 valoraciones en total
Interesante título, aunque poco conocido. No es de las más conocidas peliculas de Raoul Walsh, pero a mi me parece uno de sus mejores films. Está dotada de un buen ritmo y George Raft realiza uno de sus mejores papeles, aunque es Ida Lupino la que hace una mejor interpretación como una especie de femme fatale obsesionada con Raft.
Se trata de un film difícil de adscribir a un género determinado y esa es una de las razones para verlo porque Walsh consigue dotar al relato de unidad a pesar de que navegue entre un drama de tintes sociales y el cine negro, aunque no exento de cierto tono de comedia en algunas situaciones.
La siempre buena dirección de Walsh, un acertado reparto con unos buenos Bogart y Sheridan además de los ya citados Lupino y Raft y un guión bien construido hacen de La pasión ciega un título altamente interesante y recomendable.
Que Walsh es un genio de esto, no se le escapa a nadie. Su forma de dirigir actores, generar situaciones de interés y establecer propuestas narrativas está solo a la altura de los privilegiados.
La pasión ciega (melodramático título puesto a They drive by night, tan sencillo como ellos conducen de noche ) es una película menor de un tiempo mayor.
La historia se inicia como un ligero filme de contenido social. centrado en el mundo de los esforzados camioneros, en unos Estados Unidos que luchan por reestablecer la normalidad que les robó la gran depresión. En el debate entre ser asalariado o emprendedor se encuentran los hermanos Fabrini, camioneros poseedores de los valores a defender por la emergente sociedad norteamericana. Sin embargo, su periplo nos lleva de forma sorpresiva entre el drama social (sin alcanzar a Las uvas de la ira) y el trhiller criminal (sin llegar a joyas como Testigo de Cargo).
Sin embargo hay que reconocerle la habilidad para desubicar al espectador, el ritmo acertadisimo de todo su metraje, la utilización de los secundarios (todos ellos fantásticos en sus roles, sobre todo los que aportan al filme un toque de humor que aligera la trama) y la utilización del factor sorpresa para acabar por mostrarnos un filme negro con una maravillosa femme fatale que se come todo lo demás. Ida Lupino está fabulosa (es decir, absolutamente odiable) en su papel de pérfida infiel en potencia y es la imagen que quedará siempre de esta película en mi memoria.
Una nueva obra maestra de Walsh. Es increíble la portentosa habilidad narrativa de este hombre, su capacidad de síntesis y concreción son pavorosas. Lo que más llama la atención a la gente que se acerca a este film es la cantidad de cosas que pasan, y eso que solo dura 90 minutos, pero uno se va con la impresión de que ha estado largo tiempo al lado de los personajes de la película, que los conoce de sobras. Estos personajes, hecho también remarcable, son numerosísimos, asistimos a todo un desfile de los mismos, lo que no impide llevarnos dicha sensación de conocerlos casi a la perfección. La trama, así mismo, avanza y evoluciona de manera notable, de tal forma que si uno ve la primera media hora y la última, apenas creería que forman parte de la misma historia (si no fuera porque los personajes sí que son los mismos). Y es que Walsh va al grano, quita todo lo accesorio y se deja de tonterías para ir a las entrañas de las cosas, a lo esencial. En manos de otro la película hubiese durado considerablemente más, cuando no es en absoluto necesario (me estoy imaginando ahora a Edward Zwick ( Leyendas de pasión , El último samurai , Diamante de Sangre ) dirigiéndola). Porque hoy en día uno se acerca a las películas (que ya duran de media 120 minutos ¿Es que las historias DE VERDAD lo requieren?) con la impresión de que con unos cuantos tijeretazos mejorarían bastante. Eso con Walsh es imposible, no se puede ser más sintético. No es que prefiera las películas rápidas o cortas a las demás, pero cuando no hace falta más, no hace falta…
Las virtudes de la película son tantas que ni Walsh, con su capacidad de síntesis, podría enumerarlas. Los actores rayan a muy gran altura, especialmente Ida Lupino en el complejo y riquísimo papel de Lana Carlsen. El guión es de esos que tanto gustan a los críticos, a lo perfecto engranaje de relojería . La fotografía de Edeson, toda una eminencia, está más que a la altura, con sus contrastes y su potencial dramático. Pero por encima de todo está el gran Walsh. Los encuadres son tan precisos y tan acertados que no es posible pensar en otros más idóneos en ningún momento. Los primeros planos de Ida Lupino son arrebatadores. Especialmente brillante es la secuencia del acontecimiento (no quiero desvelar nada) protagonizado por ésta (sabéis a lo que me refiero), pero en general todos los encuentros entre ésta y Raft (El actor con menos luces de la historia, que rechazó los papeles protagonistas de El halcón maltés y High Sierra, cuanto le debe su hermano Bogart) están maravillosamente filmados. A esto se le debe sumar el hecho de que sea del año 40. Y es que Walsh entre los años 39 y 42 (es decir, 3) filmó The Roaring 20s , High Sierra , Murieron con las botas puestas , Gentleman Jim y ésta, ¡Entre otras!, todas ellas películas imprescindibles en la historia del cine americano (y mundial). Nada más que decir.
Película dirigida en 1940 por Raoul Walsh, basada en parte en la novela de A. I. Bezzerides. El argumento nos sumerge en la vida de dos hermanos camioneros que sueñan con ascender y llegar a tener su propia compañía.
Indudable obra maestra en donde se dan cita nada menos que George Raft y Humphrey Bogart (los dos hermanos), Ann Sheridan (guapísima camarera, por ella suspiran todos) e Ida Lupino (impresioniante), esposa de Alan Hale, propietario de una flota de camiones.
Está estructurada claramente en dos partes bien diferenciadas. La primera se centra en la carrera profesional de los dos hermanos y la segunda va tomando forma de cine negro. Pasa del drama social al melodrama y al film noir con una desenvoltura admirable.
Denuncia las condiciones de trabajo de los transportistas (apenas duermen, no ven a sus familias durante semanas,…). Está llena de innumerables detalles. Por ejemplo, los títulos iniciales, con camión y semáforo incluído.
Es un ejemplo de concisión y de aprovechamiento del tiempo cinematográfico. Las secuencias de carretera son espectaculares, muy auténticas.
Los actores están en estado de gracia. Bogart, que aparece cuarto en los títulos de crédito, tiene un papel secundario. George Raft lleva el peso de la peli y desde luego, lo sabe hacer muy bien. Ann Sheridan tiene unos diálogos maravillosos, haciendo de camarera en un restaurante de carretera y su enfrentamiento con Ida Lupino es también magnífico.
Sin duda, sobresale Ida Lupino: maneja a su marido, lo esquiva y gasta cientos de dólares.
Realiza una actuación absolutamente antológica, de lo mejor que puede verse. Pasa de la más tierna dulzura a la exigencia en cuestión de segundos. Tiene una gran seguridad en su actuación. Walsh le regala unos primeros planos que para mí han entrado ya en la historia del cine. Con este film saltó a la primera plana.
Por poner alguna pega: el personaje del borrachín.
En definitiva, una desconocida y muy recomendable película que merece la pena ver.
De lo que he leído y con lo que me quedo, porque es tan acertado que por sí mismo vale una crítica, es con un comentario en relación a su primera hora en comparación a la última: hay tantas cosas y tan diferentes que si nos saltamos la parte intermedia podríamos pensar que son películas diferentes de no ser porque los personajes son los mismos. Hay muchísima materia prima, los personajes evolucionan, aparecen unos y desaparecen otros y en todo este ir y venir pasamos por todo tipo de momentos de acción, tragedia, cine negro, drama romántico… y todo esto sin perder coherencia ya que los personajes principales mantienen su linealidad lógica, aunque eso sí, les pasa de todo.
A menudo hay quienes pecamos de mirar atrás, yo mismo reconozco que mi opinión es que hay más y mejor cine en B/N, no siempre es así pero en este caso rotundamente sí. El maestro Walsh pone en práctica todo su arsenal de buen cineasta y mata y remata con una historia de camioneros, de currantes, de luchadores, llena de pasión, celos y con todos los ingredientes posibles. Nada que envidiar al cine actual, es más, absolutamente por encima del cine actual.