La ola
Sinopsis de la película
En Alemania, durante la semana de proyectos, al profesor de instituto Rainer Wenger (Jürgen Vogel) se le ocurre hacer un experimento para explicar a sus alumnos el funcionamiento de un régimen totalitario. En apenas unos días, lo que parecía una prueba inocua basada en la disciplina y el sentimiento de comunidad va derivando hacia una situación sobre la que el profesor pierde todo control.
Detalles de la película
- Titulo Original: Die Welle
- Año: 2008
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7.4
83 valoraciones en total
1) Un profesor tiene que dar un seminario sobre Autocracia, aunque deseaba hacerlo sobre Anarquía. Tras establecer una definición básica, según la cual un sistema autocrático es aquel en que un tirano impone su voluntad como ley suprema, y considerar los alumnos que en Alemania está aprendida la lección histórica con el escarmiento del infernal periodo nazi, se le ocurre al profesor un experimento: por juego, establecer provisionalmente en la clase un régimen autoritario, a ver qué se siente.
2) El profesor adopta formas disciplinarias: exige ponerse de pie para hablar, llamarle señor, sentarse con la espalda derecha, controlar la respiración, poco a poco, marcar el paso, escoger uniforme, potenciar el espíritu de equipo y el sentimiento de pertenencia al grupo. No tardan en diseñar logos, insignias, saludos… Aspiran a constituirse en un movimiento influyente.
Aunque algunos alumnos manifiestan escepticismo, la reacción mayoritaria es entusiasta, cercana a la fascinación ante el poder intimidatorio y el liderazgo vociferante, y con el paso de los días se hablará de armas y acción.
3) El profesor dice estar experimentando, con fines pedagógicos. Fuera de clase, habla de su pasado de anarquista okupa, canta rock en el coche, vive con su mujer en una casa flotante. Pretende que tiene bajo control la situación, pero no siempre lo parece, porque los conflictos cobran envergadura velozmente.
4) La película sigue algo más de cerca a media docena de personajes representativos (de la total docilidad, de la rebeldía, de la indecisión, del oportunismo trepador) pero se ciñe de modo bastante funcional y económico al curso del experimento, con eficacia, en una estética supeditada a la intención cívica.
A los alemanes, a los occidentales en general, plantea una seria cuestión: ¿Hemos aprendido la lección? ¿Ya no va a volver a ocurrir?
Escoge no dar una contestación cerrada. Más bien, alimenta la duda.
Enumera las condiciones que favorecen en la sociedad la adhesión al autoritarismo dictatorial:
-Alto nivel de desempleo
-Injusticia
-Inflación
-Decepción política
-Nacionalismo extremo
5) La película reitera la pregunta: ¿Hemos aprendido la lección?
Y pasa al espectador la tarea de responder.
¿Es posible que un sistema dictatorial vuelva a implantarse en Alemania?….O…¿en España, tal vez?
El experimento sociológico que el profesor Rainer practica con sus alumnos sobre la autocracia va a tener unas consecuencias terroríficas e inesperadas. Y es que pronto el experimento deja de ser un juego. Es cierto que se podía haber ahondado más en las causas que llevan a los alumnos a comportarse de esa forma, también es cierto que el cambio radical que se produce en la forma de actuar de éstos, en menos de una semana, resta verosimilitud a la cinta. Sin embargo no debemos olvidar que estamos ante una película, y que tan descabellado como lo que se narra en la cinta fue, por ejemplo, el auge del Nazismo.
Pero lo que la película intenta transmitir, y lo consigue, es la facilidad con que puede germinar el totalitarismo en una sociedad que, por sus circunstancias, es carne de cañón para el resurgir de dicho fenómeno. Para los alemanes de los años 30 los problemas eran el desempleo, la inflación y sus consecuencias.
Los jóvenes de la película en cambio tienen una vida ejemplar. O eso es lo que parece. Pero escarbando un poco vemos que se sienten solos, incomprendidos, sin motivación, sin ideales por los que luchar, con una familia que no les presta atención, rodeados de gente egoísta como ellos. Serán carne de cañón para la ola.
No es descabellado pensar que podríamos estar avanzando sin darnos cuenta a una sociedad autocrática. Desde luego, no sería cosa de una semana. El recorte de nuestros derechos y libertades se produciría gradualmente. Pero posiblemente, como ocurre en la película, cuando nos quisieramos dar cuenta sería demasiado tarde. La Ola se nos habría ido de las manos.
La mayor virtud y el mayor defecto de La ola es el mismo: es una película didáctica para hacer reflexionar a los adolescentes. Por eso la narración se expresa en sus términos, no en los de un adulto: la música es muy moderna, salen muchas tribus urbanas, muchos grafittis, mucho internet y mucho mocoso de teleserie juvenil. Es tan efectiva como efectista y logra su objetivo: estoy seguro de que a cualquier chaval de 16 años con más de dos neuronas le resultará fascinante y se preguntará si es posible que resurja un sistema totalitario en nuestros días.
Y respondiendo a esta pregunta, yo digo que sí que es posible, y si no vengan a visitar el País Vasco. En mi tierra hay una amplia masa social con una idea muy clara y muy excluyente de cómo son los verdaderos vascos. Al que no comparte el ideal o los objetivos, se le margina, se le expulsa o se le mata. Expresado en los términos de la película: si ETA asumiera responsabilidades de gobierno, no nos encontraríamos muy lejos del I Reich Vasco.
Los alemanes asumen el pasado con responsabilidad y ya desde después de la guerra supieron qué hacer con los nazis. Nosotros no lo tenemos tan claro…
Aunque muchos aspectos de la película me han defraudado (en el spoiler lo especifico), el mensaje que transmite me ha conmocionado y a la vez atemorizado. Como en todas las películas de adolescentes que se hacen en el mundo, recurrimos a los tópicos de alumnos: el pijo, el marginado, el deportista, el radical o el que se deja arrastrar por la masa pero aun así tiene ideas que no concuerdan con sus compañeros(si tienen la posibilidad de ver The klass , una película de Estonia del año 2007 me parece,o incluso la española Cobardes estarán de acuerdo conmigo).Pero, en cada aula, a no ser que los colegios ya no sean como lo eran cuando hace aproximadamente 4 años estaba en el instituto, siempre ha habido un joven al que podemos asociar rápidamente con algún personaje de la película.
El proyecto del maestro pierde credibilidad (respecto a la duración del metraje), pues en apenas cinco días es capaz de transformar a una clase e incluso a un colegio en una masa a su merced, pero ¿es posible que este proyecto sea loable a largo plazo? ¿Es posible que en una sociedad a la que llamamos civilizada como es la europea vuelvan a surgir autarquías? Un momento del metraje me ha hecho reflexionar, cuando dos estudiantes discuten sobre los logros de su generación: NINGUNO. Tal vez ese sea el problema, que nos lo han dado todo hecho. No sabemos lo que es pasar hambre, vivir sin libertad o luchar por algo que creemos que necesitamos. Buscar a Paris Hilton en Internet es nuestra meta, y tal vez muchos piensen que una ola sea necesaria para volver a creer en la juventud y tener un motivo para seguir adelante…o no.
Buena película.
Otoño de 1967. California.
Un profesor de un instituto dirige un proyecto sobre el totalitarismo. A los cinco días el proyecto debe ser cancelado.
Aunque es cierto que la velocidad a la que Gansel narra los hechos y convierte a jóvenes estudiantes en miembros de La ola es, cuanto menos, poco creíble no nos queda más remedio que aceptar que dichos hechos ocurrieron con la misma celeridad en 1967.
¿Es posible otro Franco en España? Evidentemente, la respuesta parece clara y contundente. El caldo de cultivo de la década de los treinta no tiene nada que ver con hoy en día, pero hace unos tres años y hablando un poco de la política de cada país, una amiga francesa me preguntó:
¿Es posible otra guerra civil en España?
Su pregunta me cogió de sorpresa. Reaccioné rápidamente contestando con un NO. Luego en la cama la noche se me hizo larga. ¿Por qué preguntó eso? ¿Qué imagen estamos dando para que quede la mínima posibilidad a plantearse dicha pregunta?
¿Es posible una dictadura en un país civilizado y moderno? No hace ni treinta años países democráticos como Chile o Argentina estaban sumidos en una.
La calidad de esta cinta no la mido por la pericia del director (pues no existe), ni la mido por actuaciones sobresalientes (porque no existen, sólo cumplen). Por supuesto no lo haré a la hora de evaluar niveles técnicos porque es deficitaria y si nos ponemos a mirar la música mejor salimos corriendo. Debería haber una norma en la que no se pudiera emplear música alemana (exceptuamos clásica y étnica). El uso de esta música mata el cine. Mediremos los aciertos de la Ola por que los pelos se me pusieron como escarpias, porque plantea cosas muy interesantes, nos hace plantearnos ciertos tópicos y dudar, y porque nos sacude con virulencia.
Y cuándo terminen de ver la película contéstenme: ¿es posible?
Este es el mayor logro de La Ola.