La noche más larga
Sinopsis de la película
Un abogado y un fiscal militar recuerdan el juicio sumarísimo que condujo a los últimos fusilamientos decretados en 1975 por el Generalísimo Franco, poco antes de su muerte. Los acusados eran unos jóvenes pertenecientes a una organización terrorista que habían asesinado a un sargento de la Guardia Civil.
Detalles de la película
- Titulo Original: La noche más larga
- Año: 1991
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.4
49 valoraciones en total
La temática sobre los últimos fusilamientos del franquismo tiene su miga. El deplorable hecho fue vendido por los opositores al régimen como un crimen político y por el gobierno como una demostración disuasoria de fuerza y poder. El caso es que el juicio fue una farsa y en una revisión sería anulado. Tampoco se podría ejecutar actualmente la pena de muerte, abolida en Europa y en la mayor parte de los países del mundo. No obstante, el relato deja claro que los tres condenados eran clarísimamente culpables, dos como ejecutores materiales de un asesinato y otro como cómplice y encubridor. La crónica, con su parte novelada, se basa en el libro del periodista Pedro J. Ramirez. En el guion colabora el director Manuel Gutierrez Aragón, toda una garantía. La trama no da lugar para el descanso. El excelente trabajo de los actores le da total credibilidad. El film es para ver. Deja constancia, para futuras generaciones, de cómo fue la historia real de forma bastante aproximada. Los documentos fílmicos al principio, recogiendo eventos registrados en noticieros cinematográficos, ya merecen la pena por sí mismos. Ilustran la actualidad de este momento.
Pasable película que quiere reflejar los momentos históricos de los últimos fusilamientos en la España franquista el 27 de septiembre de 1975 en Hoyo de Manzanares en Madrid.
La historia que aunque pasó de verdad nos la quieren camuflar de ficción sin dar siglas y basándose en el libro de Pedro J. Ramírez El año que murió Franco alrededor de uno de los tres integrantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) ejecutados en el año 1975 tras un consejo de guerra sumarísimo (muy breve) en el que fueron condenados a pena de muerte por el asesinato de un teniente.
Precisamente al ser un juicio sumarísimo vemos en la película cómo fue realmente: Los abogados de los terroristas solicitaban la venia para realizar alegaciones denegándolas el presidente y ante la insistencia de aquellos fueron desalojados de la sala. Una semana más tarde fueron fusilados, enterrados y días más tarde trasladados en féretros a sus localidades de origen.
La verdad es que en internet y en medios escritos hay muchísima información sobre el caso pero aquí que me centro sólo en la película:
En 1990 a través de varios flashback Juan Echanove (el abogado defensor) y Juan Diego (el fiscal militar) nos cuentan los sucesos acaecidos 15 años atrás (arriba citados) comenzando con el recuerdo de Gloria (Carmen Conesa) llegando a Madrid en tren desde Vigo para tratar de ayudar a su hermano Fito (Gabino Diego).
Resulta vistoso el encuentro de los dos letrados en la estación de Chamartín para posteriormente coger un tren donde metaforicamente harán varias paradas para recordar aquella historia tan importante que marcó sus vidas por vías separadas pero paralelas en el recuerdo de esa mujer rubia que deseaban los dos.
En cuanto a los actores pues bien Juan Echanove y Juan Diego pero Carmen Conesa, Gabino Diego y María Galiana no están a la altura de esta película pues resultan inadecuados, la primera por notarse su acento catalán y su falta de dramatismo ,el segundo por poner un torpe acento gallego y ridícula su interpretación, será porque está encasillado en papeles tontos y cómicos y la tercera por sobrar su papel de madre que más parece la abuelita de Caperucita Roja.
La cantante Rosa León, metida siempre en causas políticas canta tanto al inicio como al final Mi Querida España, Esta España Nuestra de Cecilia y Gracias a La Vida.
Un dato:
La pena de muerte fue abolida en España en 1978
La idea es buena. Las interpretaciones también. El ritmo de la película es adecuado y consigue enganchar hasta el final, pero los papeles de los personajes están un tanto exagerados y estereotipados, con algunas escenas un tanto peliculeras Los enamoramientos de la chica no pegan con la trama principal, no casan bien, sobre todo la escena final, innecesaria y que estropea la película. Ese final no viene a cuento, no tiene ningún sentido y no aporta nada, salvo que el mensaje que se quiera dar es que al final el tema principal no era lo realmente interesaba a los personajes, sino que realmente estaban más pendientes de sus enamoramientos , más importantes para ellos que la suerte de los enjuiciados.
La noche más larga es una película que enaltece el cine español. Una maravillosa cinta en tono dramático y ácido, donde la mayor de todas sus virtudes es la más absoluta falta de pretensiones, y rodada por un genio de la dirección. Visionar esta maravilla supone introducirnos en aquel momento de la historia reciente de nuestra España.
Capítulo aparte merecen el protagonista de esta soberbia película, un Juan Echanove magistral, no interpreta, vive la cinta y están metidos en el guión de la cabeza a los pies. Gracias Juan.
Resumiendo: De lo mejorcito del cine español.
Este poco afortunado film del irregular García Sánchez (del que me encanta Divinas palabras y La corte de Faraón), pese a ser un plausible alegato contra la pena de muerte, no está a la altura de lo que postula. Y es que esta triste historia sobre unas sumarísimas ejecuciones inútiles, es contradictoria en diferentes campos y por diferentes motivos que apunto más abajo. Soy de los que aborrece la pena capital, porque en conciencia y como buen cristiano pienso que nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, además de que una muerte no enmienda ni corrige a otra muerte. Pero también creo que ninguna muerte es justificable y mucho menos por motivos políticos, es triste pensar cómo sigue habiendo gente que utiliza la violencia para conseguir sus propósitos.
Como decía es contradictoria porque tratan de coexistir dos planteamientos imposible de ensamblarse. De una parte la pretensión del productor Andrés Vicente Gómez y de su mujer Carmen Rico Godoy co-guionista, de hacer un film testimonial sobre los últimos fusilamientos del franquismo para lo que compran los derechos del libro de Pedro J. Ramirez El año en que murió Franco, cuyo proyecto retoma el cineasta junto a Gutiérrez Aragón buceando en la desmemoria colectiva, recrear el ambiente que se respiraba en aquellos años y concluir con una especie de ajuste de cuentas contra el PCE. En el argumento hay temas de las dos aproximaciones, aunque haya triunfado claramente la segunda, pero el film no se beneficia en nada de semejantes tensiones. El propio José Luis García Sánchez se definía como un progre irredento, ex militante del Partido Comunista español, expulsado por discrepancias con el aparato y sus dirigentes.
Pero lo más grave de esta película es que García Sánchez, cuyo cine siempre se decantó por el esperpento, huyendo de los grandes temas, del trascendentalismo, ridiculizándolos, utilizando contra ellos el sarcasmo y la irreverencia como armas arrojadizas, en esta ocasión se nos pone serio contándonos los fusilamientos del 27 de Septiembre de 1975. Presenta a unos verdugos y a unas víctimas, los primeros son los militares, la guardia civil y el comunista Antón (Guillén Cuervo), que se muestran como muy malos, el film en este sentido es absolutamente maniqueo. Mientras que las víctimas son Fito (Gabino Diego) y sus dos compañeros de comando, definidos como imbéciles, o para ser más amable, unos pobres ignorantes en cuyo cerebro han crecido las perversas larvas depositadas cuidadosamente por unos siniestros adoctrinadores que los utilizan como carne de cañón, mientras que ellos permanecían en la retaguardia de la lucha contra la dictadura.
La trama está mal hilvanada, el guión hace aguas por todas partes, las relaciones entre los personajes son de unos diálogos bochornosos, causa asombro las relaciones afectivas entre los personajes, los actores están muy desaprovechados pese a la calidad de todos ellos. Tan sólo se sostiene por la carga emocional de los acontecimientos, lo patético de una situación límite, todo ello contado en varios flash back durante un viaje en tren donde se vuelven a encontrar el idealista abogado defensor de los infortunados (Juan Echanove) y el pragmático y cínico fiscal Menéndez, un hábil vividor que sabe adaptarse perfectamente a los nuevos tiempos democráticos. Ni siquiera el papel de Gloria, la hermana de Fito, la personalísima Carmen Conesa, está suficientemente desarrollado en sus relaciones con los hombres que se cruzan en su estancia en Madrid. Una película desaprovechada y sin garra para el tema tan doloroso que aborda.