La mujer que llora
Sinopsis de la película
En una aislada casa en los Alpes franceses, Dominique llora cuando Jacques vuelve tras una larga ausencia. Ella llora y se deprime, tal vez por que se da cuenta de que esta vez no se trata de una infidelidad fugaz. Dominique se derrumba, sin poder apoyarse en nadie, ni siquiera en su adorada hija. Lo que es peor, se aterroriza al darse cuenta que empieza a odiar a la niña. Nada la puede calmar y se convierte en una situación que la asusta más y más…
Detalles de la película
- Titulo Original: La femme qui pleure
- Año: 1979
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
6.8
27 valoraciones en total
Escrita, dirigida e interpretada por Jacques Doillon, se rodó en la Alta Provenza (Alpes franceses) con un presupuesto ínfimo. El realizador, tras un receso, rodó en 1978 dos cintas: La golfilla (1979) y la que comentamos. Producida por Danièle Delorne e Yves Robert, se estrenó en 1979 (Francia).
La acción principal tiene lugar en una vivienda aislada de los Alpes franceses, a lo largo de varias semanas del otoño de 1978. Narra la historia de Jacques (Jacques Doillon), de unos 35 años, casado con Dominique (Dominique Laffin), de 32, padres de una niña, Lola (Lola Doillon). Las infidelidades conyugales del marido provocan en Dominique una grave crisis emocional, que da paso a una profunda depresión psicológica. La amante del marido, Haydée (Haydée Pilotoff), se ve en una situación incómoda con más problemas que satisfacciones.
La película explica la historia de una pareja en descomposición, que tras 4/5 años de convivencia, se enfrenta a un amor en declive, que da paso a una etapa terminal. Las causas son diversas: infidelidades, romances extramatrimoniales, desaparición de la pasión y emergencia del desamor, insuficiencia del amor a los hijos para mantener unida a la pareja, inviabilidad del sexo con reproches y otras. Las consecuencias suelen afectar a los dos miembros de la pareja. La mujer, habitualmente la parte más débil, puede verse abocada a un estrés emocional intenso, hecho de sentimientos de abandono, desconsideración y maltrato. La depresión, el desconcierto y la desorientación, pueden llevarla a buscar amores insensatos (cliente del bar), improbables (Haydée), insuficientes (sexo solitario) o insatisfactorios. Incidentes poco relevantes suelen ser el motivo que permite constatar la imposibilidad de vivir solos y la necesidad de buscar nuevos horizontes de amor estable. El marido también sufre consecuencias de la desunión. Éstas pueden ser rebotes de la depresión contagiosa de la mujer, interrupciones en momentos inoportunos, alteraciones de la armonía de la nueva pareja, aproximaciones de la parte ofendida a la amante con citas y visitas sin sentido, etc. La crisis suele extenderse a los hijos y a otros miembros de los círculos familiares. Las crisis de pareja tienden a afectar emociones profundas, instintos biológicos y patrones psicológicos difíciles de manejar y controlar. El film no da lecciones ni ofrece moralejas. Su objetivo es explicar un drama psicológico que se repite con frecuencia y forma parte de la cotidianeidad. De ahí el tono documentalista del relato.
La música está ausente del film. La fotografía, de Yves Lafay, busca encuadres próximos y primeros planos psicológicos, pone la imagen al servicio de la acción y realza la inquietud interior de Dominique. El guión desarrolla un relato bien construido y creíble, de notable sobriedad. La interpretación es austera y convincente, con algunas sobreactuaciones. La dirección crea una obra sincera y singular, muy en la línea de su estilo personal.