La misa ha terminado
Sinopsis de la película
Tras ejercer sus funciones en una isla del sur de Italia, un joven sacerdote es destinado por sus superiores a una parroquia de Roma. Allí se reencuentra con su familia y sus amigos e intenta, en la medida de sus posibilidades, cambiar las cosas, pero el fracaso le acecha, y su posterior crisis personal y profesional le hacen cuestionarse su labor dentro de la Iglesia…
Detalles de la película
- Titulo Original: La messa é finita
- Año: 1985
- Duración: 95
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de posibilidades de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.6
37 valoraciones en total
Inicio esta crítica transcurrido el primer tercio de la película, cuando el planteamiento tendría que haberse establecido… y lo único que encuentro es una sucesión de imágenes que van perfilando la cotidianidad de un sacerdote destinado a una extraña parroquia. Ni siquiera esa rutina es algo entretenido.
Continúa ¿resolviendo? cuestiones prosaicas… pequeños conflictos que van surgiendo, sin que alguno de ellos interese, pues en ningún momento se consigue establecer (al menos en mi caso) empatía con lo que estoy viendo.
Me estoy dando cuenta, que la película tiene tan poco que comentar, que me planteo borrar este escrito, a la vez que la valoro con un uno.
Último apunte: Transcurridos 35 años de su estreno, y tras ser muy premiada en su momento, creo que a pocos interesará, ni lo que cuento, ni lo que ofrece esta desconocida producción italiana.
Hay críticos que cobran por hacer críticas de cine, que han considerado esta película como obra maestra y pequeña obra maestra . Supongo que se refieren al sentido general de creación de una obra y al sentido general de creación de arte. Es decir, que en arte se puede considerar maestro freír un huevo, colocarse con un solo pie encima de un banco o pintarle a un guijarro de río dos puntitos y una curvita y venderlo a 6 euros. En tal caso, por supuesto, todo eso y esta película también, son obras maestras de arte .
Se trata de un filme típico de Nanni Moretti, donde aborda un tema serio y con gran atractivo (véase también el caso de Habemus Papam ) y lo mediocriza hasta el hastío, hasta el sopor, hasta el merengueo más diabético posible.
A priori, la historia es bien interesante: se centra en un joven presbítero y la soledad que conlleva el ejercicio de su profesión a pesar de hallarse rodeado de personas a casi todas horas, pero Moretti aborda ese temazo con bastante sosería y menos gracia, convirtiéndolo en un simple pellejo sin chicha ni limoná.
¡En fin, qué le vamos a hacer, Morettti hasta la fecha no da para más!
No sé si es por mi querencia a los films de curas enfrentados al dualismo humanidad-fé (Los Comulgantes (Bergman), León Morín Sacerdote (Melville), Diario De Un Cura Rural (Bresson), Sor Citroen (Lazaga)) o porque, directamente, la película es buena se mire como se mire, pero aquí hay una gran obra. Con un estilo formal clasicorro, de esos de plano fijo cuasi pétreo (con una profundidad de campo bestial y muy bien integrada en lo que quiere decirnos Nanni) que sólo se ve alterado por travellings y zooms contados que sirven para decirnos que el cura está perdiendo la chola (de puro duelo que existe en su cabeza), Moretti cultiva una crueldad importante sobre el personaje principal (y, por ende, para consigo mismo) para exponer qué sucede cuando el ser humano no puede separar dicha condición de lo que se presupone es su oficio vocacional, en este caso el ejercicio de la curia eclesiástica y el ministerio de la fé. Y lo hace a las bravas, sin dar tregua al personaje: le pone en el brete de tener que lidiar con una infidelidad de su padre (muy parecido físicamente a Jose Luis Lopez Vazquez) a su señora madre, con una hermana algo frescales que se queda en cinta y pretende abortar (magnífica esa amenaza ya en su casa, como ciudadano normal, de ¨si matas al niño después te mato yo a ti y me suicido¨) y, finalmente, con la muerte/suicidio de su madre como consecuencia de la intención del marido/padre de procrear con su nueva amante una vez casados por él, pobre hombre al que le pasan más cosas jodidas que a El Fary en un capítulo de Menudo Es Mi Padre. Porque a toda esta mierda le acompañan otras varias que no le afectan tanto al darse en miembros de la comunidad que no son familia directa, pero aquí, al amigo, todo vecino le pide consejo mientras le salpican la caca a presión. El oráculo de la mierda con alzacuellos, vaya.
Esta confusión de identidad a la que me refería se hace patente en que raro es el momento en el que el cura no lleva la sotana, solo quizá cuando juega con niños, ya que parece considerar la infancia como la única pureza no corrompida (como bien señala en su homilía final rememorando en alto el momento más feliz de su vida). Y el cambio de actitud que experimenta desde sus bienintencionados inicios al ambiguo final (¿se va a suicidar?) se va haciendo cada vez más agrio, casi difícil de soportar para el espectador, acostumbrado a ver en el cine a los curas como seres calmos, con temple, sensatez y, desde luego, incapaces de gritar a un niño, pegar a una hermana o hacerle un súplex a su progenitor. Son humanos, señores. ¿Quién no ha intercambiado algún archivo de menores con ellos por Internet? Pues eso.
El cine de Moretti es el típico cine de autor. Un signo más es que él mismo interpreta. Tiene casi siempre un montaje fragmentario, que corta las escenas. Todo con un humor sarcástico, singular, muy propio. A veces acierta y a veces no.
Esta es de sus primeras películas, de cuando tenía poco más de 30 años. El tema del sacerdote que duda de su vocación es un clásico pero Moretti lo trata con un cierto desconocimiento de la vocación, como desde fuera.
Sí que suceden cosas (al menos cuatro historias paralelas) pero algunas escenas son inverosímiles y sin gracia (salvo quizá para Moretti), como lo de meter al cura en la pila del agua por una reyerta sobre un aparcamiento. O la escena del juicio, con reacciones inverosímiles. Como cuando la hermana le dice que quiere abortar: Si lo haces te mato a ti y luego te mato yo.
Quiero decir que a Moretti a veces se le va la pinza. Cuando logra profundizar más, como en Caro diario o en La habitación del hijo está mucho mejor.
Gustarme no me ha gustado, pero me parece interesante como un elemento más para analizar la filmografía de Moretti. Sentiría que el juicio sobre una película en concreto alejara a algunas personas de un cine como el de Moretti.
Obra temprana y superlativa de Moretti. El director italiano muestra su faceta más irreverente y relata la historia de una forma desenfadada y punzante. El humor es absurdo, a veces incluso cruel. El planteamiento argumental puede enganchar, un sacerdote de pueblo que ve cómo en su entorno más próximo todos los valores en los que cree se desmoronan sin remedio. Hace gracia observar sus reacciones más instintivas y primarias como forma desesperada de autodefensa. La idea es buena, y el mensaje también. El problema es que, de puro agudo, el conjunto resulta naif. La combinación con momentos más intimistas o decididamente románticos no funciona bien. Algo no acaba de cuajar. La magia que Moretti conseguiría en algunos momentos de Caro Diario aquí no aparece por ningún lado, aunque haya paralelismos en cuanto al tono en que se cuenta la historia. La película no emociona. Se alternan escenas ocurrentes con otras que son pura caricatura. Uno no sabe si siente simpatía o aversión por el pobre cura…
La apruebo por lo arriesgado de la apuesta y la brillantez de algunas ideas puntuales. La misa ha terminado es una historia ácida, pero carece de ironía. No hay sitio para los matices, la reflexión, ni el doble sentido. Las inquietudes del protagonista se muestran con crudeza y, lo que es peor, totalmente desmenuzadas. El título ya lo dice todo, casi no hace falta más. Es interesante lo que se cuenta, pero no cala …