La masa devoradora
Sinopsis de la película
Una masa amorfa llegada del espacio que consume a todos los que cruzan en su camino. Cada vez que se alimenta aumenta de tamaño de forma espectacular, poniendo en peligro a un pequeño pueblo. A pesar de las burlas de la policía, Steve Andrews (Steve McQueen), su novia y sus compañeros intentarán alertar a todo el mundo de la amenaza que supone la masa devoradora.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Blob
- Año: 1958
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
5.5
28 valoraciones en total
No podemos tomar en serio una película que no es de miedo ni de ciencia ficción. Pero la ví cuando era pequeña y me asustó, recuerdo el impacto que me provocó Steve McQueen, no podía creer lo apuesto que era, y sigo pensando que fué una de los actores más bellos que existieron. La trama es una pavada absoluta, una masa gelatinosa cae sobre el planeta y se traga todo lo que se cruza por su camino y el asunto es escapar y escapar. Por supuesto hay una parejita joven que huye hasta llegar a un final increíblemente tonto. Pero provoca ternura ver el film, es como una película de Ed Wood, sabemos que son malas pero las amamos.
Una pareja joven, se encuentra mirando al cielo deseando ver una estrella fugaz. Cuando su espera es recompensada, ven en realidad un meteorito que cae cerca de donde ellos están. Se dirigen a buscar la zona de impacto, pero les es imposible localizarla. Es entonces cuando encuentran a un hombre, corriendo, gritando cosas sin sentido. Tiene en la mano una herida, y una extraña masa que no se puede quitar. Es entonces, cuando la pareja decide recurrir al médico del pueblo para aclarar que está pasando.
Película de culto. Clásico del cine de terror y ciencia ficción, que tuvo un éxito abrumador en la época, aun siendo producida por una pequeña compañía. La película no solo tuvo éxito por sí misma, sino que este ser imparable ha entrado a formar parte de los mitos del cine.
El guión pertenece a ese selecto grupo, donde la simplicidad tiene su encanto. Hay que ser coherentes y entender la época en la que se hizo la película. En un momento donde este tipo de películas, de serie B, con historias tan inocentes triunfaban entre la gente. En realidad no ha envejecido tan mal, pero ha perdido gran parte de la angustia que generaba por las muertes. Tan solo le queda el misterio. Y solo porque este ser viscoso resulta ser imprevisible. Parece oportunista en cuanto a su modo de atacar, pero sobretodo letal e imparable.
Los efectos especiales brillan por su ausencia. La masa viscosa es vista varias veces, pero se la reconoce casi más por la cara que ponen sus víctimas cuando se la encuentran. Es una mezcla entre el terror más agudo y la sorpresa más repulsiva imaginable. No veremos largas ni detalladas secuencias de gore o como el bicho devora a la gente. Casi todo ocurrirá fuera de pantalla. Reduciendo así en gran medida la violencia que subyace en estas escenas, pero no la carga emocional que evocan. Es una lástima, que la película dure apenas hora y media. Se hace un poco corta. Sientes que le falta algo más de consistencia en las escenas y menos en el apartado de pasear de un lado a otro sin sentido a los protagonistas. Más acción y menos perder el tiempo.
Los actores que vamos a encontrar son todos desconocidos, a excepción de Steve McQueen. Steve consigue una buena interpretación. Te crees su papel, como joven no tomado en serio por la autoridad. Pues estos creen que la juventud solo quiere divertirse y desobedecerles. El resto de los personajes, incluido la masa devoradora, son bidimensionales. No se invierte apenas en darles relevancia. Simplemente se usan para que la historia avance.
Es muy posible que no contente a los que están ávidos de efectos especiales. Ni de escenas de acción al límite o buscando el gore más salvaje. La cinta tiene su valor más allá de todo esto, como un referente de las películas de terror. Hay que verla como un clásico, que ayudó a desarrollar el género.
En una pequeña localidad norteamericana aterriza en pleno campo un meteorito en el que se destapa una masa gelatinosa que se irá extendiendo de forma casi implacable. Recuerdo el agobia que me transmitía ver esa masa avanzar y arrollar todo lo que se encontraba en su camino, uf! El crecimiento de la repugnante forma va in crescendo y no hay Dios que la pare.
Realmente este es un film de consumo rápido y escasas pretensiones. Pero es tan pequeña en sus pretensiones como agradable como divertimento. Sobra en él en particular una pésima música de fondo, pero bueno, la película es un clásico del cine del terror de la época. Quizá si la viera ahora no me impresionaría tanto, pero créanme que en un niño sí causa miedo.
Sé que la peli es cutrecilla, tiene defectos repetidos hasta la saciedad: la gente que se queda paralizada por el terror, el niño, la señora inaguantable y los adolescentes incomprendidos que acaban salvando al mundo. Es predecible al máximo, si, pero estas pelis hay que valorarlas en su tiempo, al igual que el primer King Kong de cartón ha sido superado posteriormente por otras películas que la han mejorado. Como he dicho, si le doy un 7 es porque es un clásico del género y además tiene una cierta calidad técnica y estética que hace que se pueda ver sin problemas.
Ah, la solución para destruir la masa: en el spoiler.
Saludos
El primer papel como protagonista de Steve McQueen (aunque ya entonces era conocido por varios papeles secundarios, la mayoría como el malo de la película) es un film de ínfima calidad, que no obstante, se ha convertido en una película de culto con el paso de los años. De hecho, la escena en la que el monstruo ataca un cine es bastante conocida. El film tuvo una segunda parte Beware! the Blob (1972) dirigida por Larry Hagman (el J.R. de Dallas), un re-make en 1988 y un nuevo montaje en 1991 (Blobermouth) en el que se añadía una boca al monstruo, y en la que el monstruo y McQueen eran cómicos que se disputaban el público del pueblo.
Film independiente, dirigido por Irvin S. Yeaworth Jr. ( Dinosaurios , 1960). Se rodó en Chester Spring, Downingtown, Rursford y Valley Forge (Pensylvania, EEUU), con un presupuesto de 150.000 dólares. Se estrenó el 12-IX-1958.
La acción tiene lugar en una pequeña localidad de EEUU en julio de 1958. Narra la historia de Steve Andrews (Steve McQueen), que en compañía de su novia, Jane Martin (Aneta Corsaut), es testigo de la caída de un meteorito en las cercanías del pueblo. Movido por la curiosidad, va al lugar del impacto, donde encuentra a un viejo granjero (Olin Howard), con una masa gelatinosa prendida en la mano derecha, procedente del meteorito. Tras dejarlo en manos del médico, avisa a la policía, que no da crédito a sus palabras.
La película, una sencilla pieza de ciencia ficción y horror, de serie B, se ha convertido con el paso del tiempo en una obra de culto, emblemática de las realizaciones del género de los años 50. Dio lugar a una suecuela Beware! The Blob (1972) y a un remake, El terror no tiene forma (1988), de poco relieve. Realizada con escasos medios, ofrece unos efectos especiales de factura artesana, que desbordan fantasía e ingenio. La acción desarrolla un suspense creciente, ya que la masa mata a unas 40 personas y pone en peligro la vida de todos los habitantes. El protagonista, Steve, forma parte de un grupo de adolescentes y jóvenes infractores, que tienen refriegas frecuentes con la policía por cuestiones de tráfico y temas menores de orden público. La obra trata el tema de las relaciones de los adolescentes y jóvenes, poco cuidadosos de las normas y convenciones sociales, frente al comportamiento de los mayores. Defiende a los jóvenes, gracias a cuya intervención la población es alertada y puesta a salvo. Rinde homenaje al cine de terror, a través de la película Dementia (1955), de John Parker, que se proyecta en la sala del pueblo. La escena más recordada del film es la del pánico que se apodera de la sala, cuando el monstruo penetra en ella.
La música reproduce una partitura muy sugestiva, que incorpora la canción Beware of the Blob , de Burt Bacharach, que alcanzó el número 1 de la lista de éxitos de EEUU. La fotografía se sirve de planos cortos, intensamente iluminados y de poca profundidad. Hace uso de un cromatismo vivo y bien contrastado. Con frecuencia sitúa los personajes frente a fondos negros uniformes y planos. El guión construye un cuento de miedo y horror, que cautiva por su sencillez. La interpretación de McQueen, en su primer papel protagonista, es correcta, pese a la diferencia de edad entre la suya real y la del personaje al que da vida. Es loable la intervención de Aneta Corsaut. La dirección apuesta por la tolerancia y la comprensión de los mayores y exalta el coraje de los jóvenes.
Película de culto, prototipo del cine de Sci-Fi de los 50, de lectura entretenida y de gran interés por las intervenciones primerizas de McQueen, Corsaut y Bacharach.