La marquesa de O
Sinopsis de la película
Siglo XIX. Norte de Italia. Julieta, la marquesa de O, es una hermosa y joven viuda que vive con sus padres. Durante el asedio de su ciudad por las tropas rusas, la Marquesa sufre un intento de violación, pero se salva gracias a la intervención de un apuesto caballero ruso, el Conde. Meses después, Julieta, inexpicablemente, está embarazada. Incapaz de aceptar esta vergüenza, su familia la echa de casa. Sin recordar contacto alguno con ningún hombre y convencida de su inocencia, Julieta deberá descubrir quién es el padre de su hijo.
Detalles de la película
- Titulo Original: La Marquise dO (Die Marquise von O...)
- Año: 1976
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
6.8
51 valoraciones en total
¿Por qué el paladín de la naturalidad, el filmador de la hierba en crecimiento, escoge un texto del neurasténico prusiano Von Kleist, cuya riqueza expresiva es, a efectos cinematográficos, comparable a la gracia que otro prusiano, el venerable Kant, luciría a la hora de contar un chiste?
¿Se ha cansado del estilo de los Cuentos morales y se ha ido a la otra punta? ¿Le hacía ilusión salir en uniforme militar, como sale en los primeros minutos, en actitud marciana?
Los personajes, con teatralidad envarada, se lanzan a largos y ceremoniales parlamentos, a soliloquios aparatosos, con retórica de aprendiz de vocabulario filosófico. Y Rohmer se apunta con deliberación al arcaísmo: mediante negro y carteles separa escenas. Así, inserta citas literales del texto original.
A distancia de entomólogo, no está filmando la vida cotidiana francesa sino un texto al pie de la letra, el espeso tramado de un texto pretencioso que le interesa por su tema.
Aguarden, no se impacienten, que todo esto me viene bien, ya verán. No hagan demasiado caso a estos personajes, no hace falta que se identifiquen con ninguno… Gocen mientras con la foto de Néstor, y el vestuario, y los muebles, que ya verán… .
¡Bien, maestro, pero no tarde usted, que lo de Von Kleist está siendo un pestiño de bi-Gott!
En un dieciochesco casino prusiano la viril parroquia da chupadas a sus pipas y se sonríe con sorna al leer un aviso del periódico: la viuda marquesa de O. comunica que, sin poder explicar cómo, se halla embarazada y solicita se persone el padre, si existe, con el fin de conocerlo.
Un extenso flashback (raro en Rohmer) regresa al momento en que, durante un asalto de tropas rusas, la marquesa es salvada in extremis de la violación por un apuesto oficial, encarnado por Bruno Capablanca Ganz.
Mientras Julieta, la marquesa, se repone sedada sobre un lecho, yace igual que en el cuadro El íncubo , de Füssli, contemporáneo de Von Kleist. El íncubo no está sentado sobre ella, claro, pero ronda cerca, implícito.
Los primeros síntomas de embarazo, meses después, dan origen a un descomunal conflicto: Julieta ha de responder de su inexplicable estado ante una familia y una sociedad extremadamente intransigentes.
(Sigue en el spoiler)