La mansión de los horrores
Sinopsis de la película
Un excéntrico millonario invita a cinco personas a su mansión, donde se dice que se han cometido crímenes. Les ofrece 10.000 dólares por pasar la noche allí, incomunicados, hasta que vuelvan los criados. Los invitados no se conocen entre sí ni tampoco al anfitrión, pero necesitan dinero. En un momento dado, empiezan a ocurrir sucesos extraños en la casa.
Detalles de la película
- Titulo Original: House on Haunted Hill
- Año: 1959
- Duración: 75
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Opinión de la crítica
Película
6
63 valoraciones en total
Lo primero que llama la atención de la película de William Castle es que todo lo que hay en ella parece como de diez años posterior a cuando realmente se realizó. Tan solo la edad de Vincent Price delata una cinta que bien podría haber sido de los años setenta sin ningún problema.
Pero, más allá de esta peculiaridad, la película goza de un montón de buenos puntos que pueden conseguir que te aterres todavía a día de hoy, y eso que estamos ya curados de espantos. La trama es una mezcla de terror con thriller, y como si de una novela de Agatha Christie se tratara contamos con un argumento enrevesado y difícil de adivinar.
Una grata sorpresa y un ejemplo de que cómo envejecer bien. Nunca aparece entre los clásicos más nombrados, pero sería merecedora de ello. Deja en evidencia todos los añadidos que se metieron en el remake posterior.
La existencia del remake supone, amén del factor económico, una especie de insulto a la inteligencia del espectador (no siempre es así, cierto, pero la gran mayoría de producciones de este tipo confirmarían la afirmación), una forma sutil de decir que, bajo el disfraz de adaptación a los nuevos tiempos, es imposible que el público de hoy sepa captar los códigos por los que se rige el cine clásico.
En el caso de House on haunted hill el proceso de visionado inverso, es decir, primero el remake y después el original, sirve para constatar que ni su nueva adaptación era tan mala, a pesar de sus excesos videocliperos y desmanes argumentales ni el original una obra maestra ni que sea por comparación.
Lo que sí es destacable es el sentido totalmente opuesto de lo que es una producción. Aún buscando la misma clase de terror que obvia una mínima coherencia argumental a favor del susto fácil, sí hay un trabajo más artesanal capaz de reírse de su propia escasez de medios y convertirlo en un arma a su favor. Es evidente que tanto la estética, sea a nivel a nivel meramente decorativo, como el tratamiento de la puesta en escena se configuran a través de una excesiva ingenuidad kitsch que, sorprendentemente, nunca llega a desentonar, entre otras cosas porque su escasez de medios obliga a trabajar estos factores de forma cuidadosa para llegar a crear las sensaciones de angustia y terror (aunque a veces casi da la sensación de asistir a una comedia negra) que las grandes producciones pueden obtener mediante el uso efectos especiales de gran presupuesto.
Este es un clásico producto de serie B, con todos los defectos que ello pueda implicar, pero que sabe combinar de forma sabia el entretenimiento en su versión matineé más desenfadada con una concreción temporal y estilística más que notable. Un cocktail de sustos y risas adornado con el toque elegante de un Vincent Price en estado de gracia , una combinación que por momentos puede resultar risible, pero que ha superado perfectamente el paso del tiempo, posiblemente porque su honestidad naïf es algo que en cine nunca pasa de moda.
La verdad es que me esperaba encontrar una película simplona y con dos sustos tontos pero me llevé una grata sorpresa. Esta película desprende un cierto encanto a clásico de terror y resulta entretenida y resultona, sobre todo por su giro en la trama. También destacable es su curioso comienzo, narrado de manera muy original.
Además, existen algunas curiosidades en torno a ella. Su director, William Castle, inventó para esta película el sistema Emergo, que consistía en una caja negra de la que en el momento crucial salía un esqueleto de tres metros que volaba mediante cuerdas por el patio de butacas. Por otra parte, Vincent Price, que interpreta al millonario anfitrión, fue un actor de éxito en películas de terror de los años 50 y 60. Tim Burton, gran admirador suyo, le propuso un papel en lo que sería su último trabajo, interpretando al padre inventor de Eduardo Manostijeras.
Discretísima.
La premisa inicial, ciertamente sugerente, da paso a un desarrollo bobalicón y a un final tan precipitado como decepcionante.
Que un actor tan maraviloso como Elisha Cook esté aquí tan desperdiciado hace sangrar los ojos.
Algún momento perturbador hay, pero vamos, el desperdicio de posibilidades en esta película es infinito.
La presencia de Vincent Price, como la de Agüero, hace milagros, pero hasta cierto punto, por desgracia.
Interesante film de William Castle (Los 13 fantasmas 1960) una cinta clásica serie B de bajo presupuesto (en blanco y negro) de finales de los años 50, la cual fue protagonizada por el sensacional Vincent Price actor fetiche del cine de terror de aquella época. La mansión de los horrores es la versión original, en 1999 salió el remake del film House on Haunted Hill . Visionando el film, este deja claro que tiene bastante influencia del maestro del suspense Hitchcock y sobretodo su argumento es muy similar a la novela Diez Negritos de Agatha Christie … una cinta con una buena atmósfera lugúbre que mezcla el suspense y el misterio como si de una novela policíaca se tratasé. Las actuaciones son muy buenas (Price está genial) y hay bastantes diálogos que profundizan y desarrollan bien los personajes, mientras van ocurriendo cosas extrañas en la casa (asesinatos, suicidios…) con toques paranormales de fondo.
Un film muy entretenido que engancha desde el principio hasta su magnífico desenlace.