La mansión bajo los árboles
Sinopsis de la película
Jill (Faye Dunaway) es una joven norteamericana que vive en París con su marido Philippe (Frank Langella), un genio de la informática. Cuando él le dice que va a abandonar su trabajo, a Jill no le parecen convincentes las razones que alega para justificar esta decisión. Pero, cuando desaparecen sus hijos de forma misteriosa, y descubre que han sido raptados, entonces se entera de que su marido trabaja para una poderosa y secreta organización.
Detalles de la película
- Titulo Original: La maison sous les arbres
- Año: 1971
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
5.2
29 valoraciones en total
El prestigioso director francés René Clement (¿Arde París? A Pleno Sol) rodó ésta irregular mezcla de thriller y melodrama que sinó pasa por telefilm es que se anticipó a su tiempo y que, a excepción de sus principales protagonistas norteamericanos (Frank Langella y Faye Dunaway) el resto del elenco es europeo.
Un matrimonio de Estados Unidos establecido en París vive apaciblemente y como puede sin que ella tenga la más mínima sospecha que su marido ha estado trabajando para una misteriosa organización que se dedica al espionaje empresarial y que lo extorsiona hasta tal punto que ve amenazada la integridad de su familia, es decir, de sus dos hijos pequeños, siempre corriendo y, casi, revoloteando con hula-hoops en el parque como previa amenaza de acabar engullidos en las calles de París.
Esa situación de chantaje es sin embargo la excusa pretexta para sacar a luz la inestabilidad de un matrimonio (de aquí a que el film derive más en melodrama que en cinta de suspense), resquebrajado por los acontecimientos que van creciendo de forma pausada para no darle más emoción y cambiar drásticamente de género. Se echa de menos una buena dirección por lo cual la película naufraga en unas pasivas conclusiones.
Es muy posible que, el escritor Arthur Cavanaugh, haya leído la novela de Evelyn Piper, Bunny Lake is Missing (1957), la cual, ocho años después, fue llevada al cine con el mismo nombre, bajo la dirección de Otto Preminger. En su novela de 1966, The Children are Gone, Cavanaugh vuelve a ocuparse de los niños desaparecidos, las mujeres con hogares en crisis, la responsabilidad que, en principio, recae sobre ellas, los trastornos psicológicos, los comisarios que entran en el juego… y la solución que, finalmente, queda en otras manos.
>, resulta favorecida por cierta composición de imágenes que, a ratos, nos deja captar el pulso de un verdadero artista. La banda sonora de, Gilbert Bécaud, ofrece algunos temas muy interesantes. También, la trama goza de un suspenso que se va desarrollando de manera lenta, pero, claramente perceptible, sobre todo desde que sabemos que, Philippe, está siendo amenazado por la organización de espionaje industrial a la que ha renunciado para dedicarse a algo más digno.
>, se deja ver… siempre que no tengas grandes expectativas.
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Con el deseo de hacer algo bien sólido, la novela de, Cavanaugh, fue puesta en manos de los acreditados guionistas, Sidney Buchman y Eleanor Perry, quienes trabajaron de la mano del director, René Clément, y sin crédito, los también escritores, Daniel Boulanger y Ring Lardner Jr., hicieron algunos retoques. Esto parecía asegurar un thriller de primera línea y una trama que se sumara a los grandes momentos que, el realizador francés, había tenido antes.
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También la actuación de, Faye Dunaway, resulta muy afortunada con esas crisis de memoria que la convierten en víctima de la incomprensión, ¡y las sospechas!, de ciertos personajes… lástima que esto se torne un tanto reiterativo y la trama central se diluya a ratos, aplanando un poco la tensión. Por su parte, Barbara Parkins (a quien recordamos por la serie de tv, Peyton Place), hace una buena segunda como Cynthia, la amiga que se ha vuelto muy íntima de la familia y siempre está presente para enterarse de todo.
Menos interesante está, Frank Langella (aquí con un olvidable aspecto de chico de los 60’) buscando -¿inútilmente?- redimirse… y una lástima que, Maurice Ronet (el hombre de la organización) e incluso, Patrick Dewaere (en un cameo sin crédito), hayan tenido tan breves presencias.
Lo peor de todo sucede en los últimos minutos, y creo que, el clímax del filme -si es que así puede llamarse-, a otros, como a mí, nos ha dejado bastante desencantados.
En fin que, esta incursión en el thriller, no es de lo mejor del director que antes nos diera, Plein Soleil o Le Passager de la Pluie, entre otros brillantes títulos, pero, en todo caso, <
Título para Latinoamérica: <