La leyenda del Minotauro
Sinopsis de la película
Cada cinco años, el pequeño pueblo costero en el que habita Theo se enfrenta a la tragedia del secuestro de nueve jóvenes que son ofrendados al Minotauro, dios al que veneran los despiadados soldados del Rey Deucalión, y que habita en los cimientos de un palacio lejano. Theo, valiente y audaz, consigue introducirse en el barco que transporta la nueva remesa de mártires para rescatar a la joven que ama, quedando abandonado a su suerte, junto a sus compañeros, en el laberinto que custodia el Minotauro…
Detalles de la película
- Titulo Original: Minotaur aka
- Año: 2006
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
3
93 valoraciones en total
Nuevamente estamos ante una película sin ningún fundamento que se carga toda la maravillosa mitología antigua, que es sagrada, vamos. Aquí se presenta al típico protagonista que en vez de ser un Superman es un Superzoquete, ya que no cumple las expectativas del héroe en absoluto. Del resto del reparto sólo conozco a Tom Hardy y al cara de ladrillo, Rutger Hauer. Tópicos manidos hasta la saciedad y una falta de estructuralismo y de misterio llevan a tragarse hora y pico de una película tan mala, que hasta los efectos visuales son pésimos. Del laberinto se puede salir de este bodrio, apagando la tele, claro. Mala.
Tremenda birria que viene a demostrarnos que los dioses no existen, pues si existieran, no permitirían que se mancillara su nombre de forma tan infame.
El director, un tal Johnny English, nos presenta todo lo que podríamos esperarnos de alguien con ese nombre: un esperpento que se asemeja más a una comedia que a una epopeya de aventuras terrorífica. Herramienta totalmente eficaz para sufrir como mínimo un ataque de vergüenza ajena (yo sufrí varios, como si fuera un combo), es innecesario decir que se pasan el famoso mito del minotauro por el forro de los cojones. Supongo que la última vez que los guionistas escucharon el relato fue cuando tenían 3 años, de boca de un tipo que acostumbraba a desayunarse una botella de ron, y así quedó la historia.
Los personajes son más planos que la bandeja una tarta, acorde con las sobreactuaciones sonrojantes de los personajes (y en algún momento, descubrí que esto parecía más una de Scary Movie que otra cosa, cuando una de las actrices pone una mueca y se desvela como una nueva Anna Faris, con la misma cara, en serio). El desarrollo de la historia comienza por ser no muy prometedor para hundirse en un pozo sin fondo de desesperación y basura cuando los protagonistas caen en el laberinto. El minotauro ha pasado de ser un ser mitad hombre, mitad toro, a ser un híbrido entre toro, cabra y gato sphynx, de tamaño variable, para adaptarse a cualquier situación. Su animación resulta, además, totalmente ortopédica y nintendera. Está repleta de situaciones tan inverosímiles como sonrojantes, la ambientación es de cartón piedra, y el vestuario se basa en una combinación de cinta aislante y disfraces de cavernícola. Es tan predecible que te autonombrarás Oráculo mientras la estés viendo/sufriendo. Y las muertes resultan tan poco imaginativas que preferirás que te pongan delante cualquier otro slasher de palo antes que seguir dejando que tus retinas se destruyan.
Al final, ni los créditos acompañan, pues parecen de teleserie en plan El club de medianoche . Pero claro, luego se desvela el motivo de tanto patetismo inusitado… Entre el montón de países que copro-ducen, encontramos el nombre de España… ¡Ahora encajan todas las piezas!
Gran vestuario, gran peluquería, gran maquillaje y gran higiene (es una película que pretende recrear épocas del pasado?). Y los personajes tampoco enganchan: pasan de superficiales a exagerados.
Y el minotauro? TAMPOCO se salva. Feo sí, pero muy mal recreado. Efectos especiales digitales mal empleados…
Sinceramente, los que han organizado esta película probablemente habrían triunfado recreando una historia contemporánea en Beverly Hills con gente guapa.
NO SE TE OCURRA PERDER 90 MINUTOS DE TU PRECIOSO TIEMPO. El que avisa no es traidor.
La idea de ambientar una película casi íntegramente en el famoso laberinto del Minotauro tiene su gracia, pero también sus riesgos, fatalmente cumplidos: el film no es otra cosa que unos San Fermines en unas cuevas de cartón piedra, con su toro embolado y sus valerosos espontáneos (esa tía dejándose caer encima del cuerno, olé su puntería). Lo cierto es que tratándose de un videoestreno no esperaba una recreación del mito demasiado elaborada y respetuosa, y en efecto así ha sido. El reparto, pese a contar con testimoniales presencias de culto del calibre de Rutger Hauer e Ingrid Pitt, está formado en su totalidad por actores de tercera regional en el que la figura de Tony Todd (algo así como la versión afro de Robert Englund, dada su afiliación al género) se impone como la estrella de la función, con ese look de drag culturista tan desconcertante, los decorados y vestuarios parecen robados de una televisiva producción Reimi, tal es la sensación de pobreza que transmiten, y la labor del director en las escenas de acción se limita a salpicar las paredes de sangre y meter una perforación de asta cada dos por tres. Qué poca imaginación, de verdad.
¿Y qué tal el monstruo?, os preguntaréis. Pues en los planos largos aparece torpemente digitalizado y en los planos cortos y americanos es sustituido por un remedo de cuero artesanal de movilidad ortopédica y sonrojante. Y, francamente, no sé en cuál de las dos versiones luce más ridículo el pobre animal. Por supuesto, no es lo único ridículo del asunto. El sufrido espectador también tendrá que tragar con diálogos estúpidos del tipo es más grande que cualquier lobo , refiriéndose al Minotauro, joder, es que si fuera más pequeño no sé de qué estaríamos hablando, ¿de una vaquilla, quizás? Pese a todo, no llegué a aburrirme del todo contemplando este delirio, e incluso disfruté de esa corte de mulatas esculturales y de la sensualidad de la princesa. Y aunque la concepción de los personajes adolezca de los mismos problemas que el resto de epopeyas modernas (el físico y la mentalidad no encajan con la época representada), el film no me parece del todo horroroso. Es más, a veces me recuerda a un simpático capítulo de Xena. Sólo que Xena no se tomaba en serio a su misma. Quizás sea este su mayor defecto: la falta absoluta de sentido del humor.
Por lo demás coincido con lo expuesto por Sevenforce en el spoiler, especialmente en lo relativo al desenlace: lo siento, señor English, pero al ir a matar le salió la estocada caidísima y el toro agoniza en la sombra. Más suerte la próxima vez (si le ofrecen la oportunidad, que lo dudo).
Lo mejor: el cuerno en la boca.
Lo peor: las lorzas de Todd (y su faldita de caucho).
Cuando leí la sinopsis sobre Minotauro me creó expectativas que distan del resultado final, por su inadecuada adaptación y los recurrentes estándares del género. Con una duración de 93 minutos la fallida elección se vuelve evidente a los 25 minutos (y me he visto tolerante) al ser predecible y peor cuando el esperado esperpento hace su aparición, mal concebida y lograda.
Y Olé mientras todos corren, yo bostezo, mientras tratan de salir del laberinto busco las diferencias del set, ya que es más que evidente el bajo presupuesto para situar al espectador en el laberinto del cual el más inteligente y sagaz tendrá la oportunidad de resolver y matar al toro. Los efectos especiales penosos, la caracterización ineficaz.
No pierdan su tiempo los amantes de la literatura, ¡Se lo que hicieron el verano pasado! Solo que ubicados en un pasaje de la mitología griega. ¡Qué valor! Para hacer este tipo de trabajos.
Vergüenza