La Guerra de los Mundos
Sinopsis de la película
Cerca de un pequeño pueblo de Estados Unidos cae algo que, a primera vista, parece ser un meteorito. Los vecinos acuden al lugar del acontecimiento y descubren que un extraño objeto de que emerge una especie de ojo que empieza a disparar un rayo mortal. Es una nave marciana que, junto con otras muchas, ha llegado a la Tierra para conquistarla. La invasión está teniendo lugar simultáneamente en todo el planeta y ni siquiera la bomba atómica podría detenerla. La humanidad está perdida.
Detalles de la película
- Titulo Original: The War of the Worlds
- Año: 1953
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.6
60 valoraciones en total
La Guerra de los Mundos no es que sea una gran peli. La historia es fiel a la obra de H.G. Wells (la invasión, los hechos y el desenlace), pero no te involucra de manera especial en las sensaciones de ningún protagonista, por lo que tampoco te involucras mucho en la peli y su desenlace es lo único que atrae. Las interpretaciones no son muy buenas y los efectos especiales, hoy en día, pueden parecer bastante cutres.
Pero sí hacemos una relación entre el tipo de película y su época, debemos decir que es una buena peli. La historia de ciencia ficción se recrea con bastante realismo, algo que para la época (en comparación con lo ya hecho dentro del género) era realmente notable. Además, esos efectos especiales, en los 50s, eran de lo más adelantados (no sólo porque ganara el Óscar, simplemente siendo objetivos).
En fin, creo que es una peli que ningún cinéfilo debería perderse.
No es un inconveniente que no se respete la línea argumental del libro al pie de la letra. El concepto es lo importante, no el escenario.
Spielberg mejoró los efectos en la nueva versión, pero poco más. Es una pena que metiera la pata hasta el fondo con sus infantiles trampas de guión y montaje (que explico más detalladamente en su crítica correspondiente).
Aquí disponían de poco dinero, actores de talento limitado y tramos de guión que han quedado algo ingenuos (la mayoría de los cuales se han mantenido, incomprensiblemente, en la versión nueva, e, incluso, se han añadido otros peores), pero por lo menos no engañan en ningún momento, la historia es coherente consigo misma.
La película conserva esa cuidadísima narración que diferencia no ya sólo el cine, sino cualquiera de las obras literarias de antaño, que no necesitaban provocar para ganar premios ni buscar la enésima vuelta de tuerca, sino entretener (algo fundamental) y, si se ofrecía la ocasión, criticar o filosofar.
También destacan una impresionante fotografía en technicolor y el montaje.
Lo mejor: el gran ritmo, el principio, cuando sólo se ve el misterioso meteorito, cuando el doctor y Sylvia quedan atrapados en zona conquistada (momentos de tensión esperando ver a los extraterrestres físicamente), el apocalíptico final en la ciudad, en el que las masas desesperadas se atropellan entre sí, y, por supuesto, la VIEJA quiosquera anunciando a voz en grito, pero indiferente mientras hace punto, los alarmantes titulares de los periódicos.
Lo peor: algunas ingenuidades, como los sobrehumanos científicos que lo deducen absolutamente todo con un simple golpe de vista o el típico narrador en off de la serie B que sobra en esta ocasión, pues da un aspecto de cómic que no pega mucho con la historia de Wells, y un bajo presupuesto (hay imágenes de archivo intercaladas demasiado cantosas).
Creo que todavía está por hacer la adaptación definitiva .
Dos apuntes previos:
Uno: Aunque me reconozco como lector impenitente debo decir que no he leído el libro de Wells por lo que no haré referencia alguna a la fidelidad de la película con los planteamientos originales del autor.
Dos: Entre las críticas absolutamente trabajadas e interesantes de los compañeros de aficiones siempre tiene que haber y así las encontramos, las de quienes están convencidos de que el cine nació con ellos, que confunden el buen cine con el cine más espectacular y que seguro reconocen a Grifith, Lang, Murnau ó al mismísimo John Ford como personajes de Los Increíbles ó similar. Y ustedes y yo sabemos que increíbles si que lo son, pero la cosa no va por ahí…
Porque, del 1953 al 2007 han pasado 54 años y no me negarán que son muchos. Y además la pelicula no ha envejecido demasiado bien, quizás por tratarse de una serie B, buena eso si, pero B al fin y a la postre. Pero siendo objetivos y tratando en lo posible de remontarnos en el tiempo no podemos dejar de reconocer la calidad y originalidad para la época de los efectos especiales, tanta, que no representa sorpresa alguna la concesión de un Oscar por tal motivo. Y a quien le parecen fuegos artificiales le deseo años de vida para que compruebe que les parecerá a las generaciones futuras los efectos Spielberg, gran director, rey Midas de esto, pero que comparte Partenón con otros, de todos los tiempos, la mayoría no tan poderosos en lo que a finanzas se refiere pero de una calidad contrastada y que no desmerece en absoluto de la del director de ET.
La película aprovecha el tirón Orson Welles, eso es evidente, pero los tonos religiosos y moralizadores, especialmente en su desenlace, limitan un tanto una obra que pudo ser algo más, a pesar de andar escasa de money money. Además de los espléndidos (para la época) efectos especiales y de un cromatismo más que interesante la película destaca por su imaginación, aunque seguro que en esta faceta Byron Haskin deberá rendir tributo de pleitesía a H.G. Wells. Lo afirmo con seguridad aún sin haber leído el libro…
Primera adaptación cinematográfica basada en la novela del mismo título de H.G. Wells, considerada en su momento como el máximo exponente de terror rojo a la Guerra Fría de aquella época en la década de los años 50, y a su vez como una película que causó un gran impacto, comparable con la celebre y polémica retrasmisión radiofónica realizada por Orson Welles el día de Halloween de 1938 que hizo creer a muchos norteamericanos que estaban siendo relamente invadidos por los supuestos marcianos.
En su momento fué un proyecto largamente acariciado por el productor Geroge Pal y Cecil B de Mille quienes con un presupuesto considerable, lograron crear una película muy innovadora para su época, ganando por ello el Oscar a los mejores efectos especiales a título póstumo para Gordon Jennings en un conjunto muy bien orquestado por el director Byron Haskin que haciéndo uso de escenarios ambientados dentro de los estudios donde se filmó, y estupendas maquetas y miniaturas obra de Albert Nozaki, logra mostrarnos una de las más devastadoras batallas jamás filmadas de la humanidad contra la invasión marciana.
También cabe destacar el empleo del montaje obra de Everett Douglas y del sonido de Gene Garvin y Harry Lindgren, quienes también fueron nominados para el Oscar por su labor.
La película es francamente soberbia para exibir con toda la crudeza y contundencia de su época, las apocalípticas imágenes de la película en su parte final.
Dado que el texto original trascurría en la época victoriana de la Inglaterra del siglo XIX, la decisión de su guionista Barre Lyndon y de George Pal fué, que se decidiera adaptar la trama de la historia y su contenido a la norteamerica de los años 50, asegurando así su éxito comercial en las taquillas de todo el mundo.
Se trata en pocas palabras, de una obra maestra de la ciencia-ficción de obligada visión para los aficionados al género nostágico de aquella época dorada como fué la década de los 50, gracias a la cual su director Byron Haskin se consagró como el gran director que fué con está película y con otras producciones durante las décadas de los años 50 y 60.
No deja de tener su encanto esta producción de Serie B, con unos efectos visuales y sonoros 100% artesanales. De todas formas, es obvio que a estas alturas no puede pasar del aprobado, ya que la inquietud que generaron en su día el libro o el programa radiofónico de Orson Welles, aquí dan paso a leves sonrisas y cierta condescendencia.
Algunos diálogos y situaciones son realmente absurdos, y las interpretaciones están muy lejos de lo medianamente aceptable. Aún así, la historia es entretenida y en ningún momento tienes la sensación de que te están tomando el pelo.
Tal vez si los marcianos no hubieran tenido esa apariencia tan ridícula el film habría gozado de mayor reconocimiento, pero supongo que el presupuesto no daba para más y los guionistas no pasaban por su mejor momento….aunque he de reconocer que las naves estaban más logradas, pese a su esperpéntica velocidad.
Lo mejor: una parte final de película más que digna.
Lo peor: que es prácticamente imposible tomársela en serio.