La guarida (C)
Sinopsis de la película
Mario conduce de noche, bajo la lluvia, por una carretera solitaria. De repente, se detiene. En medio de la carretera hay una mujer desorientada y manchada de sangre, no recuerda lo que le ha pasado ni cómo ha llegado hasta allí. Mario decide conseguir ayuda y parar en el primer sitio que encuentren: el bar La Guarida. Allí les acogerán y les socorrerán de buen grado hasta que la verdad empiece a salir a la luz. Puede que para entonces el bar ya no parezca un lugar tan seguro.
Detalles de la película
- Titulo Original: La guarida (S)
- Año: 2018
- Duración: 15
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Opinión de la crítica
Película
6.7
100 valoraciones en total
A las 19:00 se repitió idéntica rutina. Primero, el corto patrio La guarida. Mario se encuentra a una mujer desorientada en la carretera conduciendo de noche. La recogen y ambos se detienen en el bar La Guarida, lugar donde la hospitalidad se mostrará envenenada cuando aflore una trágica verdad. Un corto dramático ambientado en el franquismo que construye su terror a partir de recrear la dura atmósfera opresiva de ese momento. Crimen castigado sin juicio, crueldad entre prójimos. Bastante buen corto, de lejos de los mejores de la semana.
Este pedazo corto es la confirmación que el cine español hace buen cine en formato cortometraje. Esto es algo que no debería sorprender a nadie. Pero La historia se desarrolla en las postrimerías del franquismo un muchacho en un día de lluvía recoge a una muchacha este la lleva a un bar llamado la Guarida. Y lo que parece un corto tranquilo rapidamente se transforma en un film a lo Peckinpach. Donde la venganza es el único punto de no retorno. Con una atmosféra asfixiante y un guión muy cuidado de Iago De Soto (Guión también de Joan Abelló) construye uno de los mejores cortometrajes de género no solo de este año sino de años…. Con unos personajes tan adorables al principio y tan horribles al final. Pero era el final de una era de una época y eso trasmite la guarida.
Puntuación: 8,5
1976: Los albores del posfranquismo
Es por ello que con este referendum el rey Don Juan Carlos I, pida a todos los españoles este crucial paso hacia la democracia… Uno no termina de ver encajar este maravilloso comienzo, sutil, sin resultar evidente, típicamente fordiano, casi un guiño a El hombre que mató a Liberty Valance, 1962: ya no hay vaqueros de verdad en el Oeste, el Salvaje Oeste pasa a ser la tierra de los abogados.
Parece que la España del posfranquismo pasa a ser la de esos primeros licenciados universitarios, concretamente un cartógrafo, un hombre de razón y moderado que representa ese idealismo que emanaba de Jimmy Stewart en la película mencionada con anterioridad. Noche, lluvia que no cesa y…
La tensión con cuenta gotas
Y Iago de Soto les invita a su guarida, donde él se ocupa progresivamente de ir crispándonos los nervios gracias a la escritura del guionista, Joan Abelló, que es plenamente consciente de qué va la cosa: un planteamiento que allana y engancha prácticamente al instante al espectador, que no para de preguntarse que le ha ocurrido a esta joven con cara de ángel.
La candidez típica rural hace acto de presencia inmediata, un hecho bastante tópico y que por un momento nos de la sensación de estar ante un episodio de Amar es para siempre… Hasta en las formas, pero no queridos: nunca juzguen un libro por su tapa. Y mucho menos los primeros tres minutos de un cortometraje, lo que sería la duración total del mismo para un largometraje en su planteamiento.
La receta Carpenter
¿Y si planteamos La Cosa, 1982, a la inversa? Hay quién diría que en el cine español experimentos así en forma y contenido son imposibles. Yo sé que un tal Enrique Urbizu discreparía largo y tendido acerca de semejante afirmación, sobre todo porque se lo escuché decir en una conferencia y se me quedó grabado a fuego.
Por fin, por fin dos creadores cogen la sartén por el mango (sí, me refiero a Iago de Soto y a Joan Abelló) preparan el sofrito de incógnita con un aliño de suspense, nos lo sazonan con elementos de época, añaden algo de, por muy contradictorio que suene, realismo-teatral, aderezando bien el espacio (la guindilla y el picante para luego) y van cocinando el drama a fuego muy, muy lento. El thriller es el plato fuerte, estos son solo los entrantes, queridos.
Si Peckinpah levantase la cabeza… reventaría la tapa del ataúd
No hay lirismo del inglés, hay un contenido grasiento, desagradable, del que solo unos pocos están dispuestos a mancharse las manos, ¿podéis oler el hedor? Sí, es la sed de venganza, y también como magnífico elemento del campo, está en lo más profundo de las gentes de este nuestro relato posfranquista rural. Y es que Hobbes ya lo dijo: El hombre es un lobo para el hombre.
Y qué lobos, y qué tensión, y la cámara lenta no se nos antoja gratuita, no hay estética por la estética, simplemente un momentum que penetra en la retina de nuestro cartógrafo protagonista, un hombre de fe ciega en el progreso, en la democracia, en los derechos humanos… La música asciende, la lluvia los empapa, no hay juicio que valga, ni el representante de la ley puede hacer nada al respecto, ya está todo decidido.
Y la puntilla para el final
Que los estereotipos ya cansan… Pero en este caso, voy a reconocer que está justificado, desde el agente de la ley que decide dejarse llevar por las circunstancias con tal de no quedar mal con los suyos, pasando por el tonto del pueblo con falla del habla, de breve aparición, sí, muy en la línea de John Mills en La hija de Ryan de David Lean (1970), por el enjuto con tara, el matrimonio que regenta la tasca céntrica del lugar, el protagonista idealista, la chica en apuros…
Y ese cuadro, qué puedo decir, señores, me lo veía venir. Y aún con ello, la tensión, el mal rato y la sobresaliente dirección actoral, fotografía, ambientación, arte, todo, absolutamente todo eleva el resultado a uno de los mejores cortometrajes que ha dado nuestra España, ya sí democrática, ¿lo es? ¿O acaso ya no hay más guaridas? ¿Estáis seguros?
Escrito por Álvaro Panadero Jiménez
https://cinemagavia.es/cortometraje-la-guarida-critica/