La gran burbuja del arte contemporáneo (TV)
Sinopsis de la película
El director y crítico de arte Ben Lewis ahonda en el mercado del arte contemporáneo y la burbuja económica que se ha creado a su alrededor, especialmente durante lo que llevamos del siglo XXI. El mercado del arte contemporáneo está inmerso en una burbuja que no ha parado de crecer en los últimos años. Muchos inversores han usado las obras de nuevos autores como una forma de especular y conseguir así mayores beneficios económicos o conseguir disminuir sus impuestos. Durante el 2008 el comentarista de arte Ben Lewis intentó dar una respuesta a la espectacular subida que estaba experimentando el mercado del arte contemporáneo, recorrió las casas de subastas, galerías e incluso casas de grandes coleccionistas como José Mugrabi, que posee 800 obras firmadas por Andy Warhol. El clímax de esta burbuja -con precios récords durante los 5 años precedentes de obras de Andy Warhol, Francis Bacon y Mark Rothko- se alcanzó en septiembre del 2008, cuando el artista Damien Hirst vendió parte de sus obras en una subasta de Sotheby por 111 millones de libras -una cifra sin precedentes, y más para un artista vivo-. La increíble paradoja -e ironía- es que la subasta se desarrolló justo el mismo día -15 de septiembre 2008- que quebró la firma financiera Lehman Brothers, y con ella daba comienzo una gigantesca crisis económica mundial… que parece no afectar a este mercado repleto de nuevos valores en forma de arte.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Great Contemporary Art Bubble (TV)
- Año: 2009
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
6.5
88 valoraciones en total
Una incipiente escalada en los precios del arte desde los inicios del siglo XXI denotarían las cualidades de una autonomía capaz de progresar independientemente de lo que la depreciación de los activos tradicionales pudiera sugerir, y por sobretodo, lográndolo sin un enriquecimiento cultural sustancial que contraste esta repentina inflación con la demanda y evolución del mercado del arte. En alusión a esto, y por sobretodo gracias a la potenciación del arte de lo nuevo (crítico y fundamentado en el despliegue de lo reciente) surge un interesante mercado que bajo los alcances de un potencial estético que está mudando hacia nuevos formatos y nuevas narrativas, advierte también sobre el poder de la especulación dentro de una constitución solemne como medida que identifica y trasciende a todos aquellos coleccionistas, galeristas, curadores y artistas en un territorio que demanda por sobretodo la denotación de una actitud infranqueable, elemento que por demás siempre ha sido característico dentro del arte y que ahora más que nunca, en una época de determinada vulnerabilidad, es capaz de situar al arte desde una nueva perspectiva de objetividad distinta.